¿Un regalo sorpresa?

Pasaron algunos días desde que el video se hizo público, Aeron me envió algunos resultados, comentarios clave, estadísticas del engagement y resultó benéfico. Poco a poco la atención ha cambiado de buena manera, y me he enfocado a crear mi contenido, las marcas me han enviado más libros para reseñar y productos para promocionar. Me ha ayudado a despejar mi mente, estar en otro mundo en donde mi realidad no se hunde como el Titanic.

La cafetería ha recibido más clientes, las opiniones han mejorado, nos ha ido relativamente bien y he podido contratar a más personal para que reemplacen mi lugar, aún no me siento lista para enfrentarme cara a cara con las personas. Aunque la escena en la cafetería siga siendo un meme y está bien, no me encanta la idea, pero entiendo cómo es el internet.

Termino de editar mi nuevo video para mi canal, tengo una mascarilla hidratante y bebo de mi café frío. Tengo música coreana de fondo, es tranquila y me ayuda a relajarme.

Finalmente, he podido retomar mi ritmo de escritura hasta lograr terminar mi agenda para mi próximo libro que publicaré en físico, otra autopublicación. La parte positiva de ello, es la libertad creativa que tienes en todo el proceso y la negativa, es el elevado costo de cada aspecto que he cuidado meticulosamente. Todo el equipo detrás, edición, diseño, ilustración, maquetación, marketing y distribución. Debe salir a la perfección, ya que será mi segundo libro en físico.

Reviso los comentarios de mis libros y publicaciones, los he vuelto a activar y al menos, hay más positivos que negativos. De manera inevitable, reviso el perfil de Kieran y es increíble la cantidad de videos y publicaciones que sube, debe tener muchas personas trabajando para él o puede ser incluso un títere. Eso es triste, ¿Trabajará con alguna agencia? Para no hacerlo nunca.

Su contenido no me gusta en absoluto, es bastante polémico, lleno de bromas callejeras, actuaciones exageradas, experimentos sociales falsos y un sinfín de temáticas que no consumiría en absoluto. Y eso que cuando eres escritora y lectora, hay un lado oscuro en donde puedes terminar si sigues haciendo “scrolling”.

Recibo la notificación de que mi comida llegó a mi puerta, con emoción me levanto y la recojo. El personal del restaurante japonés ya sabe lo que siempre pido: Udon con el aguacate aparte y un Calpis súper frío. Es mi comida por excelencia de fin de semana.

De pronto, suena mi timbre y me quedo estática, extrañada. Me fijo quién es por la cámara de seguridad aunque no veo a nadie, es más un paquete que llegó.

¿Qué me enviaron esta vez? No tengo otras colaboraciones pendientes, aunque a veces mandan pequeños regalos sorpresa.

Sonrío y voy por el paquete, es una caja de color negro mate. Al abrirla con cuidado, se trata de una sudadera enorme de color morado con un dibujo de un hashtag de color oscuro y tiene brillos. ¡Es muy linda!

Al revisar la nota que tiene dice:

“No soy bueno con las palabras, pensé que te gustaría un pequeño regalo en cambio de mi intento de perdón”.

Atentamente; K.

Sonrío al ver su letra escrita a mano, es estilo cursiva, luce elegante.

Leo la etiqueta de la sudadera y tiene sus iniciales junto con más detalles. Es un lindo gesto, no me esperaba tener artículos de su tienda, y más si estaban agotados. No me lo creo, tengo una sudadera exclusiva que seguramente sus seguidores desearían y yo solo tuve que ser el payaso en ese circo.

Y para colmo, se ve cómoda para dormir, espero ese dibujo no pique o seré brutalmente honesta con su reseña aunque fuera gratis. Con ese pensamiento sonrío, acomodo el regalo para tomarle una foto y subirlo a mi historia en donde lo etiqueto, agradeciéndole.

No hemos conversado por privado todavía, hemos mantenido esa línea entre nosotros. Y las preguntas sobre mí las responde como si fuéramos realmente cercanos, es solo para mantener las apariencias. Y yo solo ignoro las preguntas sobre él, no quiero declarar nada falso.

Al checar su perfil, busco el video que grabamos juntos, claramente no tuvo el mismo impacto que el “En vivo”, que grabó, dejó público y encima, subió el pedazo del escándalo de nuestro primer encuentro. A pesar de eso, obtuvo “buen recibimiento”, si podría decirlo así. Además de aumentar de seguidores, los comentarios eran una mezcla de bromas en referencia a lo sucedido, apoyo, crítica al seguir creyendo que es actuado, una estrategia, y simplemente negativos al criticarnos a ambos por respirar, lo típico.

Hasta que llego a los bloopers y detrás de cámaras de ese video, en donde también sale el momento con las luces. Espera, jamás me di cuenta de eso, ¿Estaban grabando y él lo sabía? Ahora entiendo el por qué actuó de esa manera. Todo era falso, con razón estaban en alerta mis problemas de confianza.

El enojo me gobierna, miro los comentarios y para añadirle leña al fuego, hay incluso personas que les parecen “tiernos”, esos momentos. Comentan con emojis, recalcan las interacciones que tuvimos brevemente y hay otros que dicen que me “cuelgo de su fama”. Lo que me faltaba… ¡Y justamente acabo de compartir otra razón para alimentar esos comentarios!

Al querer borrar lo que subí, es demasiado tarde porque Kieran ya lo vió y me contestó al compartirlo en su cuenta. Grandioso.