# De Fake A Date

Tú encima mío...

Hasta llegar al presente, en donde Kieran me lee en voz alta los comentarios de ahora “nuestra audiencia”, la cual ha incrementado de manera increíble, es demasiado bueno para ser verdad. En lo que termino de maquillarme para asistir a un evento de creadores de contenido por una marca que le patrocina bebidas energéticas a Kieran y por lo cual, estoy sumamente nerviosa ya que es la primera vez que hago esto y aún más, nuestra actuación en frente de todos los demás. Mi playlist para ayudarme a motivarme a empoderarme, ciertamente funciona.

—¿Prefieres “Rhieran” o “Khian”? Nuestros seguidores han hecho encuestas en las cuentas en donde nos shippean —Kieran ríe y me hace sonreír lo bien que ha funcionado todo nuestro esfuerzo.

—¿Vas a ponerlo con un hashtag en una sudadera para tu tienda? —le respondo con otra pregunta y al escuchar su risa contagiosa, sé que así será. —“Rhieran”, me gusta más.

—Lo sabía, tú encima mío.

Sus bromas pícaras ya no tienen ese efecto en mí, me gusta ponerlo a prueba hasta que se retracta por seguir intentándolo.

—Siempre. Tenemos un poco de tiempo antes de irnos, ¿no? —bajo el tono de mi voz a uno seductor en lo que me pongo perfume. Y a pesar de no poder verlo, aún así puedo asegurar que tragó saliva por su silencio.

—En realidad, si nos tardamos un poco más… Nadie lo notará —me asusta al entrar de repente a mi habitación y me doy media vuelta de golpe. Estaba añadiendo los últimos detalles a mi maquillaje de esta noche en mi enorme tocador, estilo camerino. Lleno de luces y repleto de maquillaje como si fuera toda una “Beauty gurú”, del medio.

Ahora que está en mi habitación, siento un toque de nervios al estar en un espacio muy íntimo. Eso si consideramos que mi corazón está en huelga desde el 2018, lamentablemente.

Kieran está en la puerta de mi habitación, toca cuando me ve, nuestras miradas se cruzan, apago las luces de mi tocador y cuando me acerco para evitar que llegue más lejos, su expresión cambia radicalmente al verme en su totalidad. Sus cejas se levantan con interés y su boca se abre con sorpresa.

Sé que mi estilo hoy es totalmente diferente al habitual, con el cabello lacio en vez de las ondas en mis puntas, sombra oscura con tonos metálicos y gloss más neutral a los colores cálidos que utilizo. Sin embargo, ¿me veré rara?

Avanzo otros pasos más en los tacones que llevo y hacen ruido, mi conjunto de dos piezas de color índigo metálico me aprieta y cruzo mis brazos como si quisiera protegerme de alguna manera. Suelo maquillarme y vestirme así cuando estoy sola para practicar y experimentar porque amo el maquillaje, pero no esperaba esta reacción de su parte. Tal vez una broma y ya o un cumplido a medias en vez de su silencio con esa expresión extraña.

—¿Ahora tocarás para que te deje entrar como un vampiro? —suelto una broma y sonríe después de su trance, recuperando la razón y puede ser que el control.

Y en este preciso momento, no quiero pensar en la posibilidad de que me vea con diferentes ojos, porque puedo parecerle atractiva sin atraerle, ¿verdad?

Y él tampoco se ve mal, es más, su cabello ondulado hacia atrás se le ve muy bien. Me gusta la chaqueta de piel que lleva puesta y aunque siempre usa el mismo estilo, hoy tiene un toque distinto. A pesar de tener carisma, sabes cuando las personas tienen esa esencia especial, magnética y radiante, porque lo sientes. Yo lo siento.

—Te vez diferente sin flequillo —es lo único que dice y aunque me tranquiliza al sentir un peso menos de encima por mis pensamientos y preocupaciones, siento una pizca de decepción. —Y tu habitación que tan “prohibida” estaba, es muy linda. Bastante —mira alrededor y me termina de hundir con sus palabras.

¡Excelente, mi cama y mis muebles reciben un halago y yo no! ¿Y por qué me molesta tanto?

Cierro los ojos un instante y asiento con resignación.

—Iré por mi bolso —apunto a mi armario y cuando estoy por girarme, la música de fondo que era más de fiesta, cambia el ambiente de manera radical al tratarse de The Weeknd con las luces más bajas, cambian de rosa a rojo.

¡Grandioso! Ni mis pensamientos intrusivos me traicionaron tanto a este nivel.

—Rhia… —lo escucho y al girarme, está más cerca.

Mi corazón late tan rápido y el ambiente se ha puesto peligroso, tanto que como mecanismo de defensa, lo empujo, se tambalea y por ende, me jala del brazo. Y como una trágica desgracia, nos caemos casi al final de mi cama, juntos, y termino encima suyo como si no fuera suficiente.

Si esto estuviera en vivo… ¡Generaría al menos un millón de vistas al instante o incluso dos! Pero para mi desgracia, solamente estamos nosotros dos pasando vergüenza en este incómodo accidente.

Los segundos pasan rápido, mi corazón late como loco, mis manos están en su pecho, siento su respiración y los latidos acelerados de su corazón. Su olor fuerte me impregna la nariz, sus ojos me observan como si estuviera detallando cada centímetro de mi rostro hasta que me quita los cabellos pegados a mi gloss.

¡Maldición! ¿Por qué hizo eso y por qué no me quito?

—No sabía que ibas a hacer una demostración del por qué tú estás encima mío, Rhia —su sonrisa es diferente, ladea la cabeza y veo su mano acercarse a mi rostro. —Es una inesperada práctica.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.