El transcurso en su auto fue un poco silencioso, hasta que pusimos nuestra playlist y cantamos un poco, lo cual nos ayudó para sentir esa complicidad nuevamente. Con la música de fondo y el aire nocturno, lo sentía como un escape a mi rutina y a mi usual yo.
Con este nuevo estilo que siempre había querido exponer ante los demás e ir por primera vez a una fiesta de este tipo. Era el plan perfecto para sentirme fuera de mi zona de confort y aún más, en su compañía.
¿Quién lo creería? Que terminaría al lado de aquel ruidoso y escandaloso influencer el cual ni siquiera soportaba su contenido y mucho menos, su falsa personalidad que a medida que hemos creado contenido juntos, he sentido que esa parte fingida, falsa, ese “personaje”, ha mejorado para bien. O al menos, eso siento cuando estamos juntos.
—¿Qué haces en este tipo de eventos? —le pregunto con curiosidad y saco mis notas dispuesta a anotar los detalles. Me siento como si fuera directo al exámen sin haber estudiado.
Al verme por un instante, ríe.
—No es nada grande, solamente son las apariencias. Es sencillo: Vas y te muestras, convives con otras personas, creas contenido, hablas con medio mundo sobre colaboraciones y negocios, finges pasar un buen rato, hay comida y bebidas gratis. Ah, y regalos de la marca —me lo cuenta tan rápido que me marea y encima, por el desorden en el orden cronológico.
—A ver, ¿tienen un itinerario? —intento no marearme para evitar un dolor de cabeza y él ríe despreocupado.
Claro, aquí la única que hará el ridículo soy yo.
—Visita su cuenta, están como “MIX”. Es una marca relativamente nueva y elegieron a varios influencers para promocionar su producto.
Le hago caso y analizo más sobre el evento antes de llegar al estacionamiento del lugar. En donde está casi lleno.
—¿Debo evitar decir o hacer algo en específico? —indago para mentalizarme.
Asiente.
—Anota esto —me indica y le hago caso. —Simplemente sé tú misma y déjate llevar. Listo, eso es todo.
Hago una mueca de desagrado y al verlo, sonríe con dicha.
—Hablo en serio, Kieran.
—Yo también —afirma y reniego, me sostiene de la mano y me mira por un instante. —Mira, Rhia. Asegúrate de intentar tener un buen rato, no pienses demasiado en los mejores ángulos, poses, expresiones y diálogos.
—Sabes que eso es casi imposible en un evento de esos en donde seguramente todas las miradas y cámaras están sobre ti. Debes tener algún tipo de filtro en la vida real —escaneo el código del itinerario de la invitación del evento y es una sencilla, es más “libre”, con horarios en donde empiezan determinadas actividades como agradecimientos, fotos de recuerdo, regalos, pista de baile e inicio de la barra libre.
Escucho a Kieran suspirar.
—Estarán más concentrados en su propio mundo que en el tuyo, eso te lo garantizo. Todo estará bien —aprieta mi mano y después la suelta.
Su pequeño gesto me hace quedarme en silencio, pensando en sus palabras y que él más que nadie, sabe de lo que habla. No me queda más que hacerle caso.
Nos bajamos, me estiro un poco y me preparo mentalmente aunque honestamente, siento nervios.
—¿Parezco acaso un personaje de “Euphoria”? No debí usar tanta sombra con estos brillos —me miro en el elevador reflejante y me acomodo mi ropa.
Kieran me observa y no dice nada, su expresión serena me deja con duda y curiosidad de saber qué hay detrás de esa obstinada cabeza. Mientras yo estoy pasando mis dedos por mi cabello y me aplico más gloss como si eso me ayudara a calmar los nervios de estar aquí.
¿Y si digo algo que no debo? ¿O no les caigo bien? ¿Y si me resbalo y hago el ridículo? Mis tacones se pueden romper y voy a lucir patética así. ¡Y las fotos! Las etiquetas vergonzosas de las fotos imprevistas.
Siento la mano de Kieran aferrarse a la mía y lo miro de inmediato, es como si con su calidez, quisiera reconfortarme y realmente lo agradezco.
—Eres preciosa, Rhiannon. No necesitas preocuparte por gustarle a los demás, es parte de tu esencia destacar —me sonríe con dulzura y cuando estoy a punto de tirar mi gloss debido a sus palabras, llegamos a la fiesta que está en la terraza del enorme edificio.
Las puertas se abren y escucho todo el alboroto que nos espera. Me quedo embobada admirando todo el espectáculo.
Hay una enorme piscina, y arriba de ella hay una gran pista con las letras de “MIX”, la música con diferentes mezclas que van desde el reggaetón, electrónica y circuit, se ven carteles de la bebida de la marca en diferentes colores, hay globos de decoración, una barra libre y varios spots de fotos con frases en colores neón. Hay pequeñas luces que adornan parte del techo, y más luces por el piso que son de colores.
Las personas bailan por doquier con sus bebidas en la mano o por su cabeza, toman fotos, graban videos y parece que realmente la están pasando bien, están muy ocupados en lo suyo, como dijo Kieran, que como creí que estarían. Esperaba algo más estilo “alfombra roja”, o más “fingido”. Tal vez no es tan malo como creía.
Siento que Kieran me jala de la mano, miro nuestras manos unidas y después a él.