# De Fake A Date

"Nuestra falsa relación"

Desde la fiesta, las fotos profesionales salieron a la luz, incluyendo las que tomaron en donde estábamos en el fondo y por supuesto, las de ambos, nuestras selfies. Era evidente para nuestros seguidores y los demás, que algo ocurría detrás aunque no lo decíamos.

Nos concentramos en aumentar la expectativa de nuestra audiencia a través de más de nuestras interacciones, comentarios en las publicaciones del otro con cariño y apoyo, indirectas con respecto a canciones, videos cortos juntos hasta ya estar en la recta final de revelar “nuestra relación”.

También me había puesto a trabajar duro en mi libro ya que aunque aún faltaban algunos meses más para su presentación, debía preparar todo hasta estar impecable. Mis días estaban llenos de juntas en línea para hablar sobre los detalles del diseño, su promoción, las opiniones, recomendaciones, observaciones y en sí, la orientación para su publicación.

A la vez que trabajar en mis cuentas de redes sociales para crear contenido, las promociones pagadas, y había comenzado a hacer pequeños vlogs en mi canal para intentar un contenido nuevo y pequeño sobre mi vida. Así podía compartir un poco de mis días, mis pensamientos y mostrar mi estilo, que me sacaba de mi zona confort. Era extraño el decir en voz alta lo que antes solamente escribía, era ciertamente liberador.

Mi vínculo con Kiera era más profundo de manera significativa ya que nuestra combinación caótica y complementaria, se sentía natural. Estar juntos se había hecho ya un hábito, que incluso sin tener que ser por trabajo, nos veíamos y disfrutábamos de nuestra compañía. Como dos buenos amigos.

—¿Sigues revisando ideas en Pinterest? Creí que ya lo habíamos hablado —Kieran reniega y se sienta a mi lado para ver lo que tanto hago en su laptop.

Ladeo la cabeza para observar las ideas que vamos a llevar a la fiesta de disfraces a la cual fuimos invitados por un conocido de Kieran que también es creador de contenido y al parecer, tiene bastante dinero e influencia. Es ahí donde decidimos que vamos a “demostrar que lo nuestro es oficial”. Y, ¿Cómo? Bueno, con la grandiosa idea de “un beso”.

Al principio, claramente la sugerencia de Aeron nos causó gran impacto e incomodidad, un largo silencio incómodo en que ni siquiera nos podíamos mirar como si fuéramos dos adolescentes. La conversación fue tipo:

—¿Y qué es lo que haremos para convencer a todos que estamos juntos? ¿Una publicación sorpresa en redes sociales? ¿Un video besándonos? —Kieran se recarga en su sofá y su cercanía repentina con esas imágenes en mi mente, me provocan sentirme cohibida.

Aeron niega y camina de un lado a otro por la sala, como si fuera un león enjaulado. Se pone una mano en la barbilla y se queda pensando.

Siento la mirada de Kieran, lo miro de reojo y río nerviosa.

—¿Qué tal una sesión de fotos romántica? —propongo.

—¿Nos vamos a casar o qué, Rhiannon?

No puedo exclamar porque mis palabras se atoran en mi garganta y me da hipo.

—¡Eso es! —Aeron grita de repente cuando los últimos minutos se la pasó escaneándonos sin hablar. —Un beso capturado de manera “accidental”. ¡Es perfecto! Debe ser en un lugar con bastante gente para que funcione —aplaude y se va a buscar algo en su tablet, seguramente el plan y pretexto perfecto para el escenario de ese mágico e inolvidable beso orquestado.

La sorpresa hace mi hipo desaparecer y Kieran posa su atención en mí. Intento mirarlo y al sentirlo, mira al otro lado.

Siento que los nervios y vergüenza no me permiten hablar, y ninguno hace ningún comentario tonto para alivianar la tensión. Nos quedamos ahí, incómodos en ese silencio sepulcral por lo que parecería la eternidad.

En la escena actual, la cercanía de Kieran al observar la pantalla, me hace sentir inquieta, nerviosa, de una manera diferente que cuando recién nos conocimos.

—¿Estás seguro de que no quieres ser Wybie y yo Coraline? O incluso, mira estos. Podemos ser Howl y Sophie —le apunto a las fotos y él niega sin dudarlo.

—Recuerda que debemos vernos “increíblemente bien”, porque no será cualquier fiesta ni cualquier momento. Vamos a causar sensación con nuestro beso —se acomoda en su alfombra y al mirar su rostro, no puedo evitar mirar sus labios y cuando me ve, me levanto.

—Podemos fingirlo, ¿verdad? —camino directo a la cocina y me sirvo un enorme vaso de agua. Estoy hablando por hablar.

—¿El beso? No es la gran cosa, Rhiannon. Es actuación —sus palabras despreocupadas me ofenden y me cruzo de brazos.

¿Cómo es que es tan insignificante para él? Un beso es importante, no es cualquier cosa por más falso que sea.

Miro de cerca la ventana y sus plantas son únicamente cactus.

—Ahora entiendo los cactus. Prefieres el “bajo mantenimiento”, en tus relaciones.

Me mira y luce genuinamente confundido.

—¿De qué hablas? —se recarga en el sofá y me mira, esperando respuestas.

—Me refiero a que es sentido común el que sí, definitivamente es importante. Al menos para mí lo es porque no voy ahí por la vida besando a randoms —me sirvo otro vaso de agua y lo bebo completo. —Nunca ganaré un premio por mi mediocre actuación porque mi lenguaje del amor es el contacto físico por si quieres tenerlo en consideración, Kieran.




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