Esa noche en el lago, me quedé dormida recostada en el cálido hombro de Kieran, ya sea por su calor corporal o su abrigo, fue un refugio para mi cuerpo. Para ser honesta, fue agradable aunque ahora mi espalda comenzaba a cobrar factura. Cuando me di cuenta de su postura toda incómoda al dormir como pudo, estábamos acurrucados el uno junto al otro, y ya era de mañana.
Los sonidos de la naturaleza fueron los primeros en despertarme, el sonido del agua, las hojas de los árboles moverse que causaban un aire fresco, renovador, los pájaros cantando, frente a un colorido, bendito y precioso amanecer que brillaba a lo lejos del agua.
Nos habíamos quedado dormidos en esa manta con toda esa arena y piedras alrededor, como si nuestra mera compañía fuera lo más cómodo del mundo. No compartimos tienda de campaña, mi mayor preocupación, sin embargo, sí creamos un ambiente íntimo al vernos en esta faceta; vulnerables, cansados, despeinados y apoyados uno sobre el otro en donde si me movía un poco más, juraba que podía escuchar el latido de su corazón.
No sé porqué nadie nos despertó aunque fueron solo unas cuantas horas, puedo intuir la respuesta de Elira para justificar su actuar con toda la intención con un: “Es de mala educación el despertar a los enamorados o a los muertos”. Una respuesta muy a su estilo, ventajas o desventajas de tener una amiga escritora y comparten el mismo humor.
Fue cuestión de tiempo para movernos con lentitud y deshacer esa peculiar posición, tuve que quitar mi mirada en su rostro dormido, la atención a su cabello esponjado y sus facciones con esa tenue luz la cual lo hacía lucir adorable. Su expresión relajada, sus largas pestañas, sus ojos cerrados, sus lunares, su piel con un leve color dorado por el reflejo del agua, la barba creciente que apenas es visible y por último, sus labios.
El golpe de realidad llegó cuando escuchamos a las familias cerca al intentar pescar o algo así, actividades acuáticas de las cuales, estábamos sumamente agotados para ser parte.
Dormimos durante todo el trayecto de regreso, que fue bastante al estar a las afueras de la ciudad y desde entonces, no hablamos mucho. Hemos estado ocupados con nuestras propias agendas y se subía el contenido que ya habíamos grabado juntos con anterioridad.
Es curioso, porque antes bastaba con enviarnos fotos de lo que hacíamos para entablar conversación o incluso, me enviaba fotos de Caguama simplemente existiendo. Un cambio abrupto de comunicación aunque inevitablemente, recordaba fragmentos del viaje en la mínima situación posible.
Y es difícil admitir que extraño su presencia cuando sé perfectamente que debo acostumbrarme a su ausencia, que será definitiva en tan solo unos meses más. ¿Está mal el admitirlo?
Ese viaje fue un respiro porque tuvimos el mutuo acuerdo de no subir absolutamente nada, hasta pasar algunos días, y fueron historias breves en nuestras redes sociales.
El hecho de vivir el momento sin cámaras ni personajes de por medio, sí se sentía como una amistad genuina, real y una única compañía que disfrutabas cada interacción, eso mientras duró. Ahora hemos regresado a la realidad, a nuestro trabajo.
¿Cómo le hacen los actores para proteger sus corazones de los sentimientos a largo plazo? Necesito consejos, urgentemente. El mantenerme enfocada en el itinerario de la presentación de mi libro me ha salvado más de una vez de caer en esos pensamientos intrusivos.
¿Amor? ¿Es acaso posible que sea eso o es solamente la emoción e intensidad del momento? El creerte lo que tanto predicas, la ilusión, fantasía e idea de la persona que crees conocer cuando han sido tan solo unos meses de convivencia forzada, eso quiero creer.
Ya es la semana de la presentación de mi libro “Arcadis”, en ”La Feria del Libro”. El gran momento ha llegado. Mi sueño está a nada de hacerse realidad, el presentarme frente a decenas de personas quienes apoyan y aman mis escritos.
Es una completa dicha y bendición el poder trabajar y dedicarte a lo que más amas con todo el esplendor de tu corazón, las palabras que tanto has sentido que crean una historia, todo un mundo por descubrir que queda plasmado para siempre. Ese es el mayor impacto, el dejar huella y el ser trascendental mediante tus escritos que has creado con tanto esmero, esfuerzo y sobretodo, amor.
¿Cómo es posible que he tenido esa oportunidad de lograrlo? A veces, siento que estoy flotando en una nube, de un sueño perfecto del cual no deseo despertar y el mentalizarme, aumenta mi emoción y nervios a su vez, una mezcla que las palabras no son suficientes para describir la magia y las sensaciones que todo de mí, transmite en mi usual serenidad.
Cuestiono si soy realmente buena, si tengo la calidad necesaria para ser así de reconocida, y por ello, me esfuerzo cada día más por ser mi mejor versión y dar lo mejor de mí. Para seguir cosechando los frutos que he sembrado y que el futuro me brindará por no rendirme cuando más dudo. Por convertir esa incertidumbre en fortaleza.
—¿Ya tienes todo lo necesario? Recuerda checar tu lista al menos, tres veces —Elira llega a mi habitación y ve mi maleta plateada ya empacada.
Me conoce a la perfección, es lo mismo que me repite en la cafetería cuando tenemos que hacer los encargos a los proveedores.
Apenas me doy cuenta que me quedé viendo a la nada, estoy un poco desconectada. Debería estar emocionada y brincando de alegría, pero en vez de eso, tengo miedo a fallar.