# De Fake A Date

"No dormiré contigo"

He estado toda la semana intentando cancelar la reservación que ya estaba desde hace semanas atrás y desgraciadamente, apenas me llegó la notificación. Era aceptar el lugar todo pagado, gracias a la benevolencia de la editorial o buscar un lugar por nuestra cuenta cuando probablemente, esté casi todo lleno por las fechas.

Otra probabilidad era dormir en la calle y vaya que lo estaba considerando seriamente.

¿Por qué tenían que invitarlo a él también? Maldición.

Ya no necesito maquillaje de payaso ya que tengo toda la cara así en estos momentos.

Camino de un lado a otro mientras llamo a Aeron, mi única salvación para esta catástrofe. El verdadero hombre que resuelve cuando todo se cae a pedazos y está fuera de nuestro control.

Por más que llamo, no responde y mi desesperación aumenta. Debemos solucionar esto ahora o nunca. ¡Ya es mañana la reservación!

Mis manos tiemblan, siento un nudo en la garganta y decido llamar a Kieran.

Odio la sensación de incertidumbre y nervios frente a lo que está fuera de mi poder.

Contesta de inmediato y suena como si estuviera jugando videojuegos.

—Kieran… ¿Viste la confirmación de nuestra habitación? —apenas y puedo decirlo.

Me cuesta decir en voz alta “nuestra habitación”, sin contener la resignación.

—Ajá, es la 1010 del hotel Royal, ¿verdad? Si llamas para apresurarme, no te preocupes que ya tengo todo listo —su tono es, curiosamente, neutral. Como una plática común y corriente cuando en definitiva no es así.

¿Vamos a dormir bajo el mismo techo y no tiene nada más que decir? Es lo primero que hablamos en semanas, y no sé cómo decírselo sin sonar grosera o malagradecida.

No hay de otra, seré directa, eso funciona mejor en los hombres:

—Escucha… No dormiré contigo.

El silencio llega como si fuera la calma después de la tormenta hasta que responde y debo separar mi teléfono por el volumen de su alterada voz.

—¡Estaba en altavoz! ¿Puedes ser menos imprudente la próxima vez?

Siento una patada en el orgullo. Encajo las uñas en mi palma y paso saliva antes de ahogarme por el coraje.

—¡No habrá próxima vez y es tu culpa! Mira, agradezco tu compañía en este gran evento y en todo el proceso, pero el hecho de compartir habitación me parece “demasiado”. No tiene lógica cuando tú no vas a presentar conmigo como si fuera una promoción pagada o lo relacionado al trabajo.

Da un largo suspiro y noto cierta indignación.

—Entiendo la incomodidad sobre este inconveniente, sin embargo… ¿Por qué me lo dices un día antes de la reservación? Acaso, ¿deseas que termine durmiendo en mi auto, en el suelo o en el pasillo? Ya sé, de pura casualidad, ¿no planeas que termine junto a los contenedores de basura del hotel?

Río al pensar en las opciones con ese tono serio y ofendido a la vez.

—No había pensado en ello, no suena tan mal.

—¡Hablo en serio! —responde al instante. —Técnicamente, soy “tu novio”. Me invitaron desde hace más de un mes y acepté, ¿Acaso no revisaste tu correo?

—¡No! Porque no tengo gente que haga el trabajo sucio para mí como otros. Añádele el tropo “solo hay una cama”, en nuestro romance falso. Me niego. Oye, y de casualidad, ¿Dónde está Aeron? No me sorprendería que huyera de ti.

—Muy graciosa, para tu sorpresa también es humano y está de vacaciones con su familia en la playa. Fuera de la civilización, de la señal y de ahora en adelante, ciertas personas que una vez lo llamaron “niñera”, y ahora necesitan urgentemente de su crianza. Y ni pienses en que alguien más reemplace mi lugar, es mi no negociable.

Bufo con molestia y me cruzo de brazos.

Es un terco a más no poder, probablemente por eso chocamos. Cada uno quiere salirse con la suya.

—No puedo razonar contigo, Kieran Finnloch.

—¿Ahora es cuando me dirás que me odias, Rhiannon Moirath? O tal vez, querer terminar conmigo cuando te cuento algo… No puedes, o más bien, no te conviene si no quieres meterte en problemas legales por el contrato.

—¡Métete el contrato por…! —me detengo y respiro, el escucharlo reír abona a mi furia. —Está bien, si tanto anhelas dormir conmigo, pero te aviso que si intentas tocarme… Nos vemos en el tribunal y añade cargos de acoso sexual hacia tu parte, lleva buenos abogados. Sobre aviso no hay engaño, nos vemos, “cariño” —cuelgo sin dejarlo siquiera protestar y me sacudo con repudio ante esas últimas palabras.

Kieran eres un desgraciado, ya me las pagarás. La venganza es un plato que se sirve frío.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.