—Como lo acabas de escuchar, tengo un plan para escapar de aquí —comento Kael.
—Pero ¿Cómo? —respondió dudando Regedy.
—Lo he pensado desde hace mucho tiempo. Necesitaba a alguien más para llevarlo a cabo.
—¿Y ellos? —señalo a los compañeros de su celda.
—Ninguno se atreve.
—Dime ¿De qué se trata? —preguntó con más interés.
—Veras… Como te habrás dado cuenta, son dos los soldados que vigilan nuestro grupo. Si logramos distraerlos podríamos escapar.
—Te escucho.
—Mientras trabajamos, nos alejaremos lentamente del grupo hasta que nos pierdan de vista. El soldado seguramente vendrá a buscarnos. Ahí tú aparecerás y le dirás que me lastime trabajando, le guiaras hasta donde yo este escondido y le sorprenderé atacándolo. Una vez que este inconsciente buscaremos las llaves lo más rápido posible y nos iremos de allí.
—Pero nos custodian dos soldados.
—He observado que uno de los soldados siempre se va a otro lugar por un momento y luego vuelve con comida, seguramente se va a la cocina. Ese es el momento que debemos aprovechar. Además él no tiene las llaves.
—Parece sencillo, pero ¿y si fallamos? —pregunto con incertidumbre.
—Seguramente nos matarían o no lo sé. ¡Pero es mejor morir intentándolo que pasar toda nuestra vida aquí! —respondió con fervor en sus ojos.
—¿¡Sigues con esas ideas Kael!? —Interrumpió uno de los hombres que oía discretamente la conversación— ¡Ya te dije que es muy peligroso!
—Lo sé, pero ¡estoy harto de esto!
—¿Crees que yo no lo estoy? ¿Crees que los demás no lo están?
—¿Entonces porque no intentamos huir?
—No podríamos escapar todos ni aunque lo quisiéramos, no sabemos dónde tienen a los niños estas personas.
—Entiendo que teman por los niños es por eso que yo quiero intentarlo, no tengo padres ni hermanos, nada me retiene.
—Nosotros somos tu familia Kael, nos preocupas.
—En realidad quiero salir de aquí para ayudarlos a huir a todos ustedes. Me contaste hace tiempo que tu hermano es líder de una tribu, quiero pedirle ayuda a él.
—¿…Ayuda de mi hermano? —respondió pensativo— tuvimos nuestras diferencias en el pasado por eso nos separamos. No lo sé.
—Sigue siendo tu hermano. Le suplicare si es necesario.
—Parece que lo tienes decidido —respondió el hombre con resignación.
—¿Qué piensas Regedy? —Pregunto Kael.
Por una parte quería salir de ahí, pero consideraba también la idea de que si fallaba el plan seguramente moriría lo que le ponía indeciso. Pensó en lo que le había dicho Kael: es mejor morir intentándolo que pasar toda nuestra vida aquí.
—¡Está bien, intentémoslo! —dijo contagiado por el valor que veía en Kael.
—Tú te llamas Regedy cierto. No pude evitar escuchar las conversaciones que tenían. Lamento lo que le paso a tu tribu —comento el hombre.
—¿Usted es?
—Él es el Lucio, líder de nuestra tribu —respondió Kael.
—Ya veo.
—¿A dónde iras si logras huir? —le pregunto Lucio a Regedy.
—Pensé en ir a buscar al ser que masacro y destruyo mi tribu pero antes quiero ayudarles a Kael y a ustedes. Nadie se merece el trato que recibimos aquí.
—Entonces ya lo tienen decidido. ¿Cuándo lo intentaran?
—Mañana —respondió Kael—. ¿Dónde crees que se encuentre tu hermano?
—Posiblemente en Bigrass. El partió mucho antes que nosotros. Imaginen que el suelo es un mapa —dijo señalando con su dedo. Les hizo referencias para que pudieran guiarse y seguir un camino hacia Bigrass, intuyendo desde donde podrían estar ahora.
—Sera un viaje largo pero llegaremos. —comento optimista Kael.
— No puedo evitar estar preocupado y triste por lo que pueda pasar. Te criamos como a uno de nuestros hijos. Quiero que sepas que todos te apreciamos Kael —dijo Lucio conmovido. Le dio un abrazo por varios minutos recordando los momentos junto a él.
—Yo también los quiero a ustedes —respondió sentimental.
—Sera mejor que descansen —finalizo Lucio.
Era la tarde del día siguiente y todo había transcurrido igual que los anteriores días, Regedy y Kael se encontraban ansiosos y nerviosos porque estaban esperando el momento para iniciar su plan. Pasado unas horas como lo había previsto Kael, uno de los soldados se fue a traer comida. Kael le hizo una señal con sus ojos a Regedy para iniciar. El soldado tenía la mirada fija en todos por lo que no podían iniciar aun. Lucio noto esto y decidió ayudarlos distrayéndolo.
—Estoy con sed, podría darme un poco de agua —dijo Lucio acercándose al soldado.
—¡Quédate quieto ahí! ya sabes que no pueden recibir agua hasta que terminen su labor —le indico severamente.
—¡Por favor! —le suplico y se acercó más para que su mirada se centrase en él.
—¿¡No entiendes!?
Viendo esto los jóvenes que se encontraban talando los arboles aprovecharon y se alejaron cuidadosamente. Como propusieron, Kael se escondió en uno de los arboles a esperar.
Cuando Lucio volvió a su lugar el soldado noto que no se encontraban los dos jóvenes, y rápidamente trato de ubicarlos con su mirada.
—¿Dónde están los dos jóvenes? —les pregunto a los demás.
—Estaban aquí —indicaron.
Al oír la pregunta del soldado, Regedy se acercó en seguida.
—¡Mi compañero se desmayó! ¡Ayúdalo por favor! —suplico angustiado.
—¡Quieto ahí! ¿Por qué se alejaron tanto?
—Los árboles que estábamos talando están muy duros por lo que fuimos por otros.
—Si nadie les ordeno, no debieron irse. Deja las herramientas en el suelo. ¿Dónde se encuentra?
El soldado ordeno que Regedy caminara adelante, al llegar Regedy le indico que Kael se encontraba tras uno de los árboles.
—Tráelo aquí —le ordeno.
Regedy se fue acercando y desde otro de los árboles que estaba al costado salió Kael y golpeo fuerte en la nuca al soldado con la empuñadora del hacha, noqueándolo instantáneamente antes de que pudiera hacer algo.
Editado: 15.07.2022