De La Luz A La Oscuridad

Capítulo 6

Al llegar el hombre y sus hijos con Nantos a su tribu, los otros humanos le cuestionaron por el elfo, aunque veían el mal estado en el que se encontraba, tenían cierta desconfianza sobre él y muchos opinaron que no deberían haberle traído, ante esta situación el hombre pidió que llamaran al líder para pedirle que le dejen ayudar al elfo.

—¿Qué sucede? ¿Por qué tanto escándalo? —dijo el líder abriéndose paso entre los demás.

—Bleo trajo un elfo a nuestra tribu —respondió otro de los hombres.

—Se llama Nantos, está en un mal estado como pueden ver. Solo queremos ayudarlo a mejorarse —comento Bleo.

—¿Dónde lo encontraron? —pregunto extrañado el líder.

—Mis hijos se fueron a pescar al rio atenari, fue ahí cuando lo vieron en la otra orilla a punto de ser atacado por un ligre, ellos ahuyentaron al animal y el elfo les pidió ayuda. Luego mis hijos me llamaron a mí para ver si podía hacer algo. Le pregunte que hacía por estos lugares y me respondió que lo perseguía alguien o algo y que se encontraba perdido. Parecía angustiado y asustado por lo que verlo así me provoco lastima y decidí ayudarlo.

—¿Y por qué esta inconsciente?

 —Se desmayó cuando hablábamos.

—Tus intenciones pueden ser buena Bleo pero no es un humano sino un elfo. —dijo con leve desconfianza acerca del elfo.

—Muchos de nosotros, los que formamos parte de esta tribu fuimos acogidos y recibidos en algún momento cuando parecía que no teníamos otro lugar a donde ir, Algunos enfermos y otros despreciados pero los ayudábamos. Este elfo necesita ayuda y yo quiero ayudarle.

—Ayudábamos a otros hombres pero no a elfos. Además cada vez los hombres de afuera son menos confiables y tienen malas intenciones, que podríamos esperar de un elfo que es totalmente desconocido para nosotros.

Los hijos de Bleo fueron los que más empatía sentían por Nantos, por el cual le suplicaron a su padre que tratara de convencer de todas maneras al líder de ayudar al elfo en caso este se negase.

—Yo me hare responsable de él, no noto ninguna mala intención. Solo quiero ayudarle y cuando este bien seguramente se ira —contesto decidido.

Ante la insistencia de Bleo, al líder no le quedo más opción que acceder a su petición pese a que seguía  teniendo incertidumbre respecto al elfo.

Con la autorización lograda, Bleo y sus hijos lo llevaron hasta su hogar. Lo pusieron en una cama y esperaron hasta que despertara.

—¿Quién es él? —pregunto la esposa de Bleo sorprendida al ver a Nantos.

—Es un elfo mamá.

Bleo y sus hijos le explicaron lo sucedido y también que debieron convencer al líder para poder ayudarlo.

—Es como lo dijeron. Los elfos tienen las orejas puntiagudas —dijeron los chicos fascinados al observarlo.

—Sí, así parece. Además su contextura es más delgada y también no posee barba como muchos de nosotros ¿o será que se habrá rasurado? —comento el padre.

—¿Dónde viven los elfos padre?

—No estoy seguro, oí que viven en un reino similar al de los hombres, aunque él dijo que venía de un lugar… del que no recuerdo su nombre.

—Sí, él dijo que venía de Hiloran ¿Ese será el reino de los elfos?

—No lo sé hijo.

—Como quisiera conocer el lugar donde viven ellos, como son sus casas, como visten o a que se dedican —indico emocionado uno de los chicos.

—Ellos viven muy lejos hijo, así que no deberías emocionarte tanto. Creo que deberíamos dejarlo solo, necesita descansar —finalizo el padre.

Luego de unas horas de permanecer inconsciente, Nantos por fin había despertado. Se levantó confundido y no sabía dónde exactamente se encontraba, se dirigió a una las entradas que tenía el hogar mientras recordaba que hacía antes de desmayarse.

—¡Ya despertaste! ¿Te sientes mejor? —le pregunto Bleo al verle.

—¿Ustedes son…? Si, ya recordé. Ustedes son los humanos que me ayudaron. Gracias nuevamente —dijo Nantos aun confundido— ¿Dónde estoy?

—Como te desmayaste, decidimos traerte a nuestra tribu. Este es nuestro hogar.

—Ya entiendo. Gracias por cuidar de mí —contesto. Tambaleo y se apoyó con esfuerzo en una las paredes para no caerse.

—No estás del todo bien, deberías volver a reposar.

—Sí, creo que sí.

En la noche Nantos sufrió por una intensa fiebre. La esposa de Bleo opino que quizás era producto por haber comido algo indebido o también que le pudo haber picado algún insecto cuando se hallaba en el otro lado. Busco algunas hierbas y con ella preparo una bebida que le pudo bajar la fiebre. El no haberse alimentado adecuadamente pudo haber complicado su situación pero afortunadamente para Nantos la familia de Bleo supo cuidarlo bien.

Al siguiente día Nantos se levantó con mejoras en su salud y la familia de Bleo lo invito a su cocina para que pudieran desayunar.

—¿Te sientes mejor? —le pregunto la esposa.

—Si, gracias a usted también por ayudarme. Lamento las molestias que les estoy causando —contesto Nantos.

—Ayer te veías muy mal, pensamos que no te recuperarías pero que bueno que estés mejor.

—Si… —respondió con suspiro.

—¿Y Cómo fue que te perdiste? Te pregunte eso antes de que te desmayaras —pregunto Bleo.

—No sabía por dónde iba. Fui a ese rio porque no encontraba agua, tenía mucha sed. Luego de eso me ataco un animal.

—Dijiste que huías de alguien.

—Así es, un ángel me venía persiguiendo.

—¿Qué es un ángel? —preguntaron los chicos.

—¿No han escuchado hablar de los ángeles?

—No —respondió la familia.

—Son seres muy poderosos.

—¿Cómo se ven?

—Físicamente se parecen mucho a nosotros, pero ellos poseen dos grandes alas en su espalda que les permiten volar.

Al oír esto, la familia quedo asombrada y con más interés acerca de lo que les decia, en especial uno de los hijos.

—¿Por qué te perseguía? —le pregunto uno de los chicos con más interés.



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En el texto hay: angeles, reinos, batallas

Editado: 15.07.2022

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