02 de Agosto del 2023
Bogotá, Colombia
Querido:
Esta es la primera carta que te escribo, porque no puedo soportar un día más el peso de lo que no te digo en el pecho.
Cuéntame, ¿alguna vez has sentido que no puedes respirar? A mí me pasa todo el tiempo, sobre todo cuando me invade la incertidumbre de ti. ¡Sí, Querido! De ti, de ti y solo de ti; algunas veces de nosotros y no lo soporto, porque no quiero seguir escribiéndote y saber que no vas a leerlo.
Odio profundamente que me hagas pensar en el futuro y odio la manera en que sueño con uno. Pero no es mío sino tuyo, porque sigues invadiendo todo y lo odio; odio ver tus fotos, escuchar tu voz en videos; saber que existes y que lo haces sin mí. ¡Sin mí, Querido! ¿Cómo es que puedes hacerlo? Yo no encuentro la manera y me ahogo en la pena y la desdicha.
No sé si te quiero un poco más y tú un poco menos, algunos días siquiera quiero pensarlo. Siento que conozco la respuesta y no me gusta. De hecho, la odio, la odio tanto como a la idea del futuro en que ambos vivimos sin el otro.
Te lo suplico en esta carta, ¡respóndeme, Querido! Quiero hablarte y que me hables, te prometo que será novedoso y que, de alguna manera, también puedo invadir tus pensamientos del futuro. Odio la idea de seguir siendo dos extraños, de esos que se cruzan por la calle y no se reconocen, pero que, al mismo tiempo, sostienen en los dedos un hilo rojo que los une. ¡¿Lo entiendes?! Incluso me has hecho creer en el destino, cuando me he pasado la vida huyendo de la idea de que en realidad existe.
Te pido por favor no te asustes cuando por fin estemos frente al otro, escucha tu corazón y ven hacía mí que yo estaré esperando. Saldremos a caminar; si lo prefieres no hablaremos, no quiero presionarte. Sé que en el silencio también podrás conocerme y no te arrepentirás.
Tengo que concluir aquí Querido, pero te prometo que volveré a escribirte. Nos hemos condenado, eso es seguro. Creo en la terrible espera, que sin duda alguna lo es, cariño.
Sin ti todo es terrible.
Siempre tuya
A. D. I