19 de Octubre del 2023
Bogotá, Colombia
Querido mío,
Te pienso mucho más de lo que te lo digo y, pese a que he marcado una fecha, es otra en la que me siento a escribirte, y me causa un dolor terrible hacerlo. Los días han pasado sin pena ni gloria y no sé qué otra cosa hacer. ¿Dónde estás ahora, cariño, que te busco y no te encuentro? ¿Acaso has resentido mi ausencia y necesitas acoplarte a esta nueva vida de lejanía? Ambos hemos sido fuertes, manteniendo nuestras promesas, tú más que yo, y parece que mantendremos los muros levantados hasta que deje, en el cielo, de alumbrar el sol. (Nos quedan las noches, al parecer).
¿Crees que volveremos a tener alguna oportunidad? Quisiera poder mirar a alguien más sin pensar en aquello que tuvimos, quisiera, con ferviente deseo, desear a alguien más; me conformo con que me borre de la mente tu recuerdo.
No comprendes lo difícil que es habitar este mundo con la certeza de que no me piensas, no me extrañas, no me sabes… Si hoy dejara de escribirte o de verte, seguro no lo resentirías de la manera en que lo hago yo contigo. ¿Por qué? ¡Respóndeme! ¿Por qué apareces en mi vida? Irrumpes sin previo aviso y te llevas todo, todo… lo mucho y lo poco que tengo; me arrancas el corazón ¿y para qué? Me abandonas a mi suerte, presa del miedo, producto de la pérdida. Te llevas incluso aquello que no tengo.
Aquella noche, cuando me visitaste en los sueños, lo olvidé todo. Es cruel, ¿verdad? Sé que estabas ahí, pero no puedo recordarte y me pesa. Siempre has estado, terrible ausencia con la que me encargas; todavía no comprendo por qué sigo soportándola. Veo al cielo y digo que es momento de soltarlo, pero no sé si es tu memoria o quizá el inconsciente, quien me abraza, me impide moverme, y te quedas… Nos quedamos tan quietos, muriéndonos. Amándonos en aquel mundo paralelo, lejos de la ausencia, de los reclamos y los caprichos; entonces nos amamos, nos amamos ahí, suspendidos en el tiempo.
Con gratitud desmedida,
Siempre tuya
A.D.I