De mi propiedad

Prólogo.

Mi mirada sigue perdida por todas esas personas borrachas y eso que apenas a pasado dos horas de que a iniciado la fiesta. Pensé que estas cosas eran divertidas pero no lo encuentro lo divertido. Sólo chicos y chicas besándose por todos lados, teniendo sexo y personas ebrias. Intenté bailar con alguien pero me aburrí a la segunda canción. Me arrepiento haber venido.

Cole se fue hace rato a una de las habitaciones de arriba con su novia a pasar un buen rato. Según sus palabras.

Varias chicas me han invitado a juegos de verdad o reto, hasta la botellita y siete minutos en el paraíso. Juego que no tengo ni la mínima idea de como jugarlo. 

Miró con atención el vaso de platico rojo que está en mi mano con contenido desconocido para mi. Huele como si fuera tequila.

Con la poca iluminación del lugar pude divisar a Morgan, la chica rubia la cual estuve enamorado hace cuatro años atrás. La verdad es que ya no siento nada por ella ya que vi su verdadera personalidad. Es una persona malvada, le gusta humillar a la personas inferiores para ella y además intentó aprovecharse de mi cuando tuvimos nuestra primera cita. Me sorprendió mucho que ella fuera así la veía como una chica buena que no mata ninguna mosca, pero las apariencias engañan.

Ella ahora ni me voltea a mirar por la denuncia que le puse, intentar colarse en mi casa ignorando toda la seguridad y amenzandome por violación por suerte las cámaras que están adentro de casa grabaron todo.

Yo nunca me he besado con una chica y eso implica no tener relaciones sexuales con ella. En el instituto soy conocido por el chico inocente. Soy muy tímido para tener una relación y se aburririan de mi rápido, no soy muy interesante. Me gusta leer igual que ver series todo el día. Aunque trabajó de modelo y eso quita mucho de mi tiempo. 

No soy tan feo que digamos, soy de tamaño 1.73 mi cabello es negro, mi ojos son de un azul intenso, mis labios son gruesos, mi nariz es repingada, mis cejas son pobladas y mi cuerpo se encuentra en buena forma.

Personas borrachas pasan a mi alrededor sostenindose de las paredes, un chico que viene tambaliandose hasta donde mi, veo su rostro como si estuviera verde y me alarmó.

- ¡No vayas a...! -  Muy tarde ahora estoy bañado en vómito.

- ¡Lo siento, Izan! - Escucho que grita por el ruido de la música.

Con un gruñido de mi parte salgo de ese lugar. El frío de la noche me golpea, respiro el aire puro que vindra la noche. Sacó mi playera y la tiró en césped, quedando con el torso desnudo.

- Niñito no debes estar a estas horas por aquí. - Me dice un señor muy fornido sacando un cigarrillo de su bolsillo.

- Son la once de la noche - Respondo viendo el reloj de mi muñeca.

Ríe mientras prende su cigarrillo.

- ¿Quieres? - Me enseña lo que fuma.

- No gracias, no fumo. - Hago una mueca. - ¿Qué hace en una fiesta de adolecentes? 


- Vijilo al amigo de una amiga.

 

- Confuso - arrugo la nariz.

 

- Sí - ríe.

De repente se escucha unos disparós por instinto me agachó tapando mi cabeza. Gritos y más gritos se escuchan adentro de la mansión de Fred. Un brazo jala de mi y veo que un hombre con una máscara de payaso. Intento apartarme de el pero ejerce más fuerza a mi brazo, forsejeo mientras gritó que me ayuden pero nadie me presta atención ya que se encuentran corriendo fuera de casa.

Una camioneta negra se para cerca de nosotros, saliendo más hombres con máscara. La desesperación y pánico se reflejan en mi.

De un momento a otro siento un golpe en mi nunca dejándome ver todo negro. Sólo escucho más disparos y gritos y alguien que me susurra en el oído que estaré bien y así dejarme en la inconsciencia. 

 


(***) 

 

 

Un pitido suena en mi cabeza sin dejar de parar, suelto un gemido lastimero por el intenso dolor. Abro los ojos encontrandome con una habitación que no es mía. Está es completamente opuesta a la mía. Sacó rápido las sábanas blancas de mi cuerpo. 
 

- Despertaste. 
 

Una mujer muy hermosa se me acerca con una bandeja que parce que fuera desayuno. Sus ojos son una combinación entre verde y azul, su cabello es negro, piel blanca. Viste solamente con una playera que apenas la tapa. Un rubor se apodera de mis mejillas. 
 

- ¿Quien eres? - Preguntó asustado. 
 

Ella deja la bandeja en la mesita de noche mientras arrastra un sillón quedando al frente de mi. 
 

Bajo mi vista a mi cuerpo y me alarmó al ver que sólo tengo los boxer que me puse en la fiesta. La chica desconocida que se ve que es mayor que yo me sonríe de una manera extraña mientras se acerca más a mi. 
 

- Te rescate. - Responde simple. 

 

- ¿Rescatarme de quien? - Digo incómodo por su intensa mirada. 
 

- De unos secuestradores, digamos que te he salvado que te sacarán los órganos. - Ríe amarga. 
 

- No tenías porqué salvarme - Digo levantándome de la cama pero ella me empuja de nuevo hacia ella haciendo que rebote varias veces. 
 


- Lo hice - sube a la cama y se mete entre mis piernas - y no sabes lo feliz que me hace que estes aquí conmigo y poder no dejarte ir nunca más. 
 




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