De mi propiedad

Capítulo 6.

Rose Lewis:

- Ya Lindura.- Le doy un beso en su frente -.Ya todo pasó.

Este sollozo más fuerte.

- Cariño, ya por favor deja de llorar. - Le doy un vistazo a mi oficina buscando una distracción.

Ni que fuera un bebé.

- N-no.

Mis manos todavía tiemblan, todavía estoy asustada.

Señorita, un niño llorando está en la recepción. Dice que quiere hablar con usted, su nombre es Izan.

Todavía no me ha contado lo que a pasado. Pero se por lo asustado que está no es algo bueno y Michael no estaba con el.

- Izan por favor levantate de la alfombra que tenemos que hablar.

- N-no a-aquí. - Gemi quitandome los tacones.

- Está bien, Lindura - me siento en la olfombra, recuesta su cabeza en mis piernas -, me dirás por que saliste sin avisarle a Michael.

- E-es de día.

Doy un suspiro largo, sólo tengo treinta minutos, no falta mucho para la última reunión del día.

- ¿Y? Lindura, te dije que cuándo querías salir de tú casa llamaras a Michael.

El llora más fuerte.

- Y-yo le dije a M-michael que no s-saldría.

- Eso no importa, cariño. Me dirás que pasó exactamente.

Este intenta calmar su respiración mientras yo le doy suaves masajes en su cabello.

- Dos... Dos hombres me seguían. Eran muy grandes no había personas por el lugar y... Y estaba muy asustado, una chica pasaba corriendo, ella me ayudó a venir hasta aquí. Creo que perdí mi celular.

- Ya, cariño - lo consuelo quitando el rastro de lágrimas de sus pómulos -, debes confiar en mi por favor. Cuándo digo que no puedes salir sólo no debes, Lindura. Sólo trató de protegerte ¿Okay?

- Kay. - Río bajito por la manera que lo dijo.

- La próxima que quieras salir sólo llama a Michael. Su trabajo es protegerte no deberías avergonzarte.

- E-entiendo.

- Deberías tomarte un té todavía estás asustado.

- N-no, té no. 

- Bien entiendo. - Le doy otro vistazo al reloj que cuelga en la pared, menos de quince minutos.

- No contestabas el celular.

- Sí, lo siento. Estaba ocupada, mi teléfono estaba en silencio. Juro que la próxima vez no será así.

- ¿Habrá p-próxima? - Agarra de mi blusa, jalandola un poco.

- Es lo más probable. - Su cara de pánico es lo único que veo -. No te preocupes, Lindura. Todo esto lo resolvere.

- Nadie me cuidará en el instituto.

- Michael irá - ladea su cabeza con confusión -, yo lo resolvere. - Repetí -. No te preocupes.

- ¿Y si me llevan?

- ¿Qué?

- Y si esas personas me llevan.

Niego con mi cabeza, hago que me mire el rostro. Sus ojos azules están cristazilados e inchados por tanto llorar. Su labio está lastimado por tanto morderlo.

Arte.

- Eso no pasaría. - Le doy una pequeña sonrisa -. Y si es así, yo te salvaría, Lindura.

Este parpadea lento hacia mi dirección.

No responde, lo entiendo, estaba muy absurdo en su mundo. Se que intenta procesar que ahora todo cambiaría.

Todavía en la alfombra, Izan casi encima mío, en silencio.

Ya no podía ir a la reunión.

Izan Harrison:

Pasos cortos daba hacia el campus del instituto a lo lejos podía ver a Micahel.

Pude respirar bien.

Ella cumplió.

Me sorprendía la manera que hacia amigos fácil, estaba rodeado de personas.

El se mantenía serio respondiendo preguntas que le hacían.

Veía los rostros sorprendidos que hacían todos al ver pasar a Michael. Se ve que es un poco mayor además quien entra al instituto en mitad de año.

Negué con mi cabeza a las posibles cosas que pasaría si esa personas malas vinieran hasta el intututo.

No podían.

Eso es lo que pienso, no podían simplemente robarme con personas viendo.

¡Dios!

En serio sólo ruego que no vengan hacía aquí.

Camino por  los pasillos arrastrándo los pies con pesades, intentando localizar a Cole o a Luz por ahí.

O algunos de mis otros amigos.

Nadie.

Pasó esquivando varias personas quienes se interponian en mi caminata. Pareciera que todos tenían la hora libre.

Reunión de profesores, debería de ser.

Mis ojos se cierran con pesades, no pude dormir ayer.

Sentía que en cualquier momento alguien vendría y me llevaría y quien sabría que harían conmigo.

Es algo que carcome la cabeza ¿Qué harían conmigo?

Lindura, eres un niño rico y muy lindo.

No le encuentro la lógica ¿Buscaban dinero gratis? Y si era así dejarían de perseguirme.

Rose no podría estar mucho tiempo conmigo, lo entendía, o eso creó.

Tengo todavía diecisiete años y vivo con mis padres. No podía quedarme todos los días en su casa.

Y no tengo ni idea por que quiero quedarme en su casa.

- ¡Izan, te mataré! - Siento un peso en mi espalda haciendo que caiga de cara hacia el piso.

Gemi tocando mi frente, me remuevo quitando a la persona que se me tiró encima.

- ¡Cole, no deberías haber hecho eso! - Escucho un gritó femenino.

Parpadeo aturdido.

- ¡Se lo merece!

- No me importa sus problemas. Míralo pobrecito se dio un golpe muy duro.

Sacudo mi cabeza intentando levantarme sin esfuerzo. Me senté en piso mientras me arrastraba hacia la pared.

Varios estudiantes me miraban riendo acostumbrados ya verme en el piso por las bienvenidas que me daba Cole siempre.

- Idiota. - Susurre. 

Parpadeo a mi alrededor viendo a Michael el sólo dio un asentimiento de cabeza hacia mi dirección cuándo le hice una seña de que no se acercará.

Una castaña bajita se puso en mi visión. 


- Izan ¿ estás bien?

Asenti con la cabeza.

- Bien, Luz.

Frunzo el ceño hacia Cole quien me miraba enojado.

- Tú - me señala -, baño que sea rápido.

- Bien - sacudo mi cabeza -, Luz no demoraremos.

Ella sólo me vio con confusión pero no dijo nada.

- Yo estaré en la cafetería con Noora.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.