De mi propiedad

Capítulo 9.

Rose Lewis:

- Sal de aquí. - Murmure lento, golpeando mi aliento contra su mejilla.

Ella negó.

Sonreí.

- No me separare de mi novio. - Alce ambas cejas.

Fingi sorpresa por su tono firme.

- No te estoy pidiendo que lo hagas - me burle -, simplemente te lo estoy ordenando, Gruber.

Fruncio el ceño enojada.

- Nadie me da órdenes. - Alzó su cabeza.

Reí.

- Ya veremos. - Di un paso atrás dándole una última calada a mi cigarrillo.

En un rápido movimiento me la acercó pegando el cigarrilo en la pared. Cerca de su brazo.

Su cuerpo tembló debajo mío.

- ¿Q-qué... ?

- Vamos, cariño. - Susurre en su oido -. No me dejes ser mala contigo - roce mis labios en el lobulo de su oreja -, no quiero que te asustes.

- Alejate.

- ¿Por qué lo haría?

- Sólo hazlo.

- ¿Asustada? - Pregunté -. Mi lindura tiene tus garras en su hermosa piel pálida.

- El le dijo a Cole que me dejará.

Aleje mi rostro haciendo que la vea fijamente.

- ¿Y? - Me burle -. Hizo bien mi Lindura.

Sus manos subieron hasta dar con mi cuello apretandolo.

-  Cole no puede dejarme. - Apretó más su agarré.

Me quedé quieta viendo su rostro rojo.

Subí mi mano hasta su cuello he hice lo mismo.

- N-nunca te toqué.- Apreté mi agarré igual que el suyo.

- S-suelta.

Negué.

Le di un rodillazo en su abdomen lo suficientemente fuerte para que me soltara y se tirará al suelo adolorida.

Tosi masajiando mi cuello.

- Fueras apretado más fuerte.

Ella me miró desde el suelo.

Su rubio cabello estaba desordenado y su rostro rojo.

- ¿Qué quieres?

- No te quiero cerca - murmure lento, casi saboreando las palabras -, puedes irte me ayudaste mucho en responder mis preguntas.

No tuve que repetirlo dos veces.

Anne Gruber ya había salido lo suficientemente asustada.

Recargue mi peso en una pierna.

- Señorita. - Michael inclinó su cabeza respetuosamente.

- Michael. - Hice lo mismo.

- El joven Izan quiere hablar con usted.

Mordi mi labio observando la vieja puerta cerrada.

- Déjalo pasar - lami mis labios -, por favor.

Fui hasta el escritorio agarrando mi cartera de ahí.

Vi la hora del teléfono.

2:43 pm.

- ¿Rose? - Me giré viendo ha Izan .

Este se acercó lento hacia mi. Cuidando de sus pasos, casi podría decir que no se me quería acercar.

Fingi una sonrisa.

- Lo siento por venir sin avisar.  - Masajie mi cuello adolorido.

Mi lindura parpadeo lento ha mi dirección dándole un leve vistazo a lo que estaba haciendo.

- ¿Qué...? - Alce una mano, callandolo.

- No paso nada.

- Y-yo...

- Lindura me encantaría hablar contigo hoy pero voy tarde ha una reunión. Tienes mi teléfono cuando quieras hablar conmigo sólo llámame. - Le di un rápido beso en su nariz -. Micahel estará cuidando de ti.

- Pero yo quería hablar contigo hoy. - Le regale una sonrisa.

Con cuidado pase mis dedos por su mejilla bajando lentamente por su cuello haciendo estremecer. Roce mis uñas en su playera y con cuidado fui hasta su brazo.

Unas marcas estaban ahí.

Roce mis dedos ahí.

Sentí como cogía aire.

- Mañana lo haremos con calma - prometí -, dile a Cole que también queiro hablar con el.

Izan Harrison:

Movía mi pierna nerviosamente debajo de la mesa.

Rose estaba al frente mío concentrada en lo que decía la carta de la cafetería.  Su ceño se encontraba fruncido y sus ojos azul y café estaban concentrados en la carta.

Ella me dio un rápido vistazo sonriendo un poco, pillandome que la estoy observando muy fijamente.

- ¿Ya sabes lo que pediras? - Asenti sin mirarla.

Saque mi teléfono de mi bolsillo delantero.

- Lindura - alce la mirada confundido -, la señorita te está preguntando algo. - Señaló a la joven quien estaba parada con un pequeña libreta.

- Disculpe ¿Qué decía?

Ella me regaló un pequeña sonrisa.

- Su orden por favor.

- Un té frio y un pedazo de pastel de chocolate.

Ella asintió escribiendo rápidamente.

- ¿Nombres?

- Izan y Rose. - Respondió por mi Rose.

Con una pequeña inclinación se fue diciendo que pronto llegará nuestras órdenes.

Prendí mi teléfono de nuevo usándolo debajo de la mesa.

- Lindura - casi podría decir que Rose está frustrada -, te estoy preguntando algo.

- Disculpa. - Frunci el ceño.

- ¿Qué es lo que querías preguntarme? - Su nariz se encontraba fruncida igual que sus labios.

Le escribí un adiós a Luz.

- ¿Yo?... Oh, yo. - Asenti -. ¿Q-qué paso con Anne?

Me acomode mejor en la silla.

Ella alzó ambas cejas he se inclinó en la mesa.

Obsevandome detenidamente.

- Te responderé si tú me dices por qué me estás ignorando.

Hice un mueca.

- Luz me estaba preguntado algo. - Respondí -. Ahora tú.

Rose ladio su cabeza claramente enojada con mi respuesta pero no dijo nada.

- Sólo le hice unas preguntas. - Sonrió apenas.

Frunci el ceño.

Anne se ha comportado extraño hace dos días. Sólo habla con Cole y cuando pasa al lado mío choca su hombro con mi brazo.

Podía sentir su mirada como unas cuchillas estos dos días.

Ahora tenía otra chica quien me odia.

Morgan y Anne.

¡Yo no hice nada!

- Su cuello tenía marcas. - Susurre.

- Igual que el mío.

Me quedé en silencio.

Tenía muchas cosas que decir y por algún motivo no salían de mi boca.

Ella lo noto.

- Lindura sabes... 

Nuestros nombres eran anunciados en un altavoz.

Ella me indicó que me levantará.

La seguí hasta que se paró en el mostrador de la cafetería y pago por las cosas.

Rápidamente la ayude con el capuchino y mi té frío.

Ella agarró una bolsa quien adentro tenía el embace con mi pastel.




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