¿de quién me enamoré?

Capítulo 2

Caminábamos sonrientes por los pasillos de la universidad, nos habían entregado las notas de nuestro segundo semestre. Afortunadamente había probado todas mis materias con buenas notas; mi amiga de igual forma también lo había aprobado todas sus materias, aunque algunas con un promedio no tan alto, pero las había pasado y eso era lo que importaba.

Decidimos junto con otro grupo de amigos, ir a celebrar en un bar cerca de la universidad y de nuestras casas. Cómo era de esperarse el lugar estaba lleno, casi a reventar, costó mucho que pudiera darnos un buen servicio, pero como estábamos en grupo, fue fácil no darle tanta importancia. Por otro lado mi amiga Rosa estaba seduciendo a uno de los meseros y logró conseguir las bebidas, no gratis, pero sí más rápido, pasamos una noche muy agradable todos juntos, disfrutamos de la velada y decidimos irnos temprano a casa.

No estábamos ebrios pero si tenía algunas cuantas cervezas encima, yo vivía en un aparta—estudió sola, mi amiga Rosa también, claro que en el mismo edificio, así que subimos las escaleras juntas debido a que el ascensor justamente hoy decidió averiarse. Ella se fue a su habitación y yo me fui directo a la mía; no tenía sueño, cada que tomaba algunas pocas cervezas me costaba dormir, así que decidí ponerme a leer un rato.

Intente hacer mil cosas pero no lograba concentrarme en nada, ya había enviado mis trabajos pendientes, así que no tenía nada más por hacer. Decidí echarle un último vistazo a mi correo, para ver si de casualidad habían enviado algo de último momento pero no fue así, me picaban los dedos por enviarle un mensaje a el Sr. Misterio, pero no sabía de qué manera escribirle, jamás lo había hecho más que para hacer preguntas referentes a mi trabajo.

Tenía unas cuantas cervezas encima, así que mi estupidez estaba a la orden del día y mi falsa valentía estaba queriendo renacer entre las cenizas, me recosté en mi cama y tomé mi celular. Finalmente decidí escribir un mensaje, escribí varios pero todos los borraba, ninguno lograba convencerme, así que finalmente opté por un simple ¨Hola.¨ al hacerlo no lo podía creer, así que lancé lejos mi teléfono, por algún lugar de la cama y decidí ir a tomar una ducha, ya los tragos se me estaban subiendo y no quería que si llegaba a responder fueran mis cervezas quiénes hablarán por mí.

 Narra Sr. Misterio. 

Estaba en una cena ¨familiar¨ en conmemoración al matrimonio de unos amigos, cómo era de costumbre, me encontraba rodeado por un montón de personas frívolas, que lo único interesante por lo que tenían que hablar o buscar algún tema de conversación, era acerca de sus costosas vidas o simplemente para alardear de sus propiedades. Tomaba algo de whisky, con la mirada buscaba a mi acompañante entre la multitud, pero aparentemente se me había perdido, cosa que no me sorprendió del todo, seguramente andaba parloteando con otras mujeres

Luego de sacarle el cuerpo a una gran parte de personas, decidí sentarme a descansar, estaba agotado ya quería irme a casa, pero mientras mi acompañante aparecía era mejor sentarme. Escuché que mi teléfono sonaba y la verdad es que no tenía ganas de leer nada sobre trabajo, pero mi curiosidad pudo más, así que finalmente leí lo que me había llegado, para mi sorpresa era un mensaje de Jessica, una de las estudiantes que trabajaba para mí.

Fue una verdadera sorpresa a pesar de que no quería saber nada acerca de trabajo, siempre era agradable leer sus mensajes, donde en su mayoría de veces es para disculparse por la tardanza o simplemente armaba algún berrinche.

Leí el mensaje esperando encontrare con alguna escusa pero me sorprendí al leerlo.

De: Jessica Pierce.
 
 —Hola.

Sonreí al ver su atrevimiento, era realmente sorpresivo para mí, quizás quería hacer un jueguito o al igual que yo estaba aburrida, tenía una regla de no involucrarme demasiado con mis empleados, pero ella me resultaba encantadora. Además con responderle el mensaje no estaba teniendo ningún tipo de relación, ella no sabía quién era yo, así que mientras no nos viéramos, no estaba rompiendo del todo las reglas, intenté auto explicarle a mi conciencia.

No contestes— me volví a repetir, pero cómo era de costumbre no hice lo correcto.

Para: Jessica Pierce.

Hola, buenas noches ¿Sucede algo?

Sólo había sido cortes y respondí su mensaje, no le hice ningún tipo de pregunta extra laboral así que no había roto mi protocolo. Quedé esperando una respuesta por aproximadamente media hora, creí que se había equivocado de persona cuando me envío el mensaje o que simplemente se había quedado dormida, por lo tarde que era, cuando estaba a punto de ir en busca de mi acompañante finalmente respondió.

Narra Jessica:

Había salido de la ducha, busqué entre las sábanas de mi gran cama el teléfono, hasta que finalmente lo conseguí, revise y noté que había una respuesta de parte del Sr. Misterio, enseguida las manos comenzaron a sudarme y sentí un cosquilleo en la boca del estómago, de sólo pensar ¿Qué dirá ese mensaje?, tome algo de valentía, que no sabía de dónde había sacado y lo leí, no me sorprendió del todo su seca respuesta, era lógico que un hombre como él, tan ocupado, seguramente no podía estar perdiendo el tiempo con una señorita como yo.

Sentí mucha vergüenza por haber enviado ese mensaje y ahora sentía el triple por la manera en la que él había respondido, seguramente estaba enojado por mi atrevimiento y estaba preguntando qué sucedía, esperando de mi parte que fuera alguna duda referente al trabajo, así que intenté ser lo más sincera posible con mi respuesta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.