De regreso ¿a quedarme? ..... (corrigiendo)

Cap. 8

💖💖 Capítulo 8 💖💖

Samantha

Me siento molesta, pero no tengo que estar así y menos con mis amigas, además son mis vacaciones y tengo que disfrutarlas, termino de ponerme ropa, salgo de la habitación, bajo las escaleras, directo a la cocina donde esta mis amigas y Ana.

 

—Buenos días— les digo. Todas responde igual.

 

—Querida, que bueno que ya bajaste, ven come algo, que estoy preparando la comida—  dice Ana.

 

Me siento a comer, ella preparo huevos revuelto, panes tostados, avena y jugo de naranja, estoy comiendo en silencio, sé que mis dos amigas me observan, le pediré disculpa, pero no ahora, aun me siento molesta y me conozco muy bien, mi actitud cuando estoy molesta es insoportable y puedo ofender mal a las personas, por eso cuando me pongo así, trato de estar sola. Termino de desayunar, me despido y digo que saldré a dar una vuelta por el pueblo.

 

Todo esta tan diferente de cuando me fui, los negocios importantes del pueblo quedan unos 15 minutos de la a casa de Ana si no se utiliza transporte, como estoy ahora caminando y me arrepiento de no pedir a alguien que me llevara.

 

Pero al parecer Dios escucho mis plegarias, veo un vehículo acercándose, le pediré que se devuelva y me encamine, le hago seña para que se pare, lo hace, baja el cristal de la camioneta cuando voy hablar y veo quien esta no lo puedo creer, de tantas personas que hay, tenía que ser el, pero no está solo.

 

—Hola Sam, para donde vas, ven para llevarte— me dice Cristian  con una sonrisa.

 

—Hola, no, está bien, me voy caminando, no te preocupes— digo y me voy, no me pienso montar junto a él. Escucho que alguien baja del vehículo.

 

—Oye espera, ven, yo te llevo, vas a caminar demasiado, porque no quieres, si hace rato hiciste seña para que me detuviera— me dice mientras me agarra del brazo.

 

—Ya te dije que me iré caminando y podrías soltarme porfavor— el me suelta.

 

—No te entiendo, dime porque no quieres que yo te lleve— el me mira y veo en sus ojos un poco de tristeza?, no es posible, será, me pregunto.

 

Cuando voy hablar, escucho a Williams.

 

—Si es por mí, no te tienes que preocupar mi querida Sam, ven móntate, que cristian no muerde— dice riéndose, yo lo quiero matar.

 

Creo que no tengo opción, me subo en la camioneta, pero veo que Williams no se monta y se va caminando, mi cara es de miedo.

 

—Pero a dónde vas, ven sube tu también— le digo.

 

—No, además ya estoy cerca, deja que él te lleve— dice con una sonrisa y se va.

 

Creo que, si me volveré asesina serial y muy pronto, porque a mí.

 

—Estas bien, te veo pálida— habla Cristian, no digo nada, me siento nerviosa. —Bueno, a donde te llevo— tardo unos segundos en responderle, hablo tratando de que no se note mis nervios.

 

—Solo iba a dar un paseo, me dejas en la cafetería— le digo.

 

El empieza a conducir, estamos en silencio, ninguno de los dos dice nada, me viene a la mente los recuerdos y el sueño y la molestia que se me había ido regreso y tengo deseos de estrangularlo.

 

—Llegamos— me dice, no me di cuenta en qué momento habíamos llegado, me bajo de la camioneta, Cristian me llama. —Sam, me gustaría que hablemos, crees que sea posible— me dice con una sonrisa.

 

—No lose, gracias por traerme, adiós— me alejo, en serio quiere hablar, porfavor.

 

Me dirijo a la cafetería, no es que tenga hambre, solo vengo a visitar y ver si esta un amigo que tenía, que sus padres son los dueños, cuando voy entrando escucho que alguien habla detrás de mí.

 

—Con que es verdad que estas aquí— volteo, Dios dame paciencia, lo que me faltaba, ella me observa con una sonrisa maliciosa.

 

—Si estoy aquí, que se te ofrece Cristal— le digo si expresión, si ella cree que me dejare humillar, se equivocó.

 

—Nada querida, solo pensé que más nunca volverías, después de lo que te hizo tu adorado Cristian, sabes, él y yo hemos sido muy felices estos años sin ti— me dice. la verdad me molesta lo que me dijo, pero no le daré el gusto.

 

—Eso está muy bien, no sabía que podías pensar, pero nada, muchas felicidades— le digo riéndome y dando unos pequeños aplausos, me le voy acercando, estoy frente a frente.  —Sabes algo, te vez patética, solo te diré una cosa y no te lo volveré a repetir más, no te metas conmigo o con algunas de mis amigas, porque la pagaras muy caro, captas o quieres que te lo explique con manzanitas— le digo molesta.




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