De regreso ¿a quedarme? ..... (corrigiendo)

Cap. 29

♡♡Capitulo 29♡♡

Samantha

—Que pasa?, te volviste sorda y muda, habla, te di chance para que te fueras, pero no obedeciste, porque eres tan rebelde— dice molesto.


Yo estoy que no me puedo mover, no quiero voltear y verle la cara, con su voz es suficiente, para sentir asco. No lo pienso y salgo corriendo, pero él me agarra, me abraza, pero caemos al suelo, forcejeo.


—Suélteme maldito—  sigo forcejando, pero es muy fuerte, me tiene apretada las pierna, no puedo hacer nada.


—Deja de moverte o te ira peor muñequita— 


Estamos frente a frente, tirados en el suelo, tengo que tranquilizarme, para que el afloje su agarre y poder soltarme, con todo el miedo que siento, mis ojos a punto de soltar lagrimas el cual controlo, me calmo.


—Así me gusta relajadita, si te comportas te soltare— me dice.


Su aliento huele alcohol y tabaco, me repugna, trato de poner mi cara relajada, pero me es imposible, tenerlo tan cerca es asqueroso, siento miedo de lo que vaya hacerme.


—Nose porque no obedeces, yo no quiero maltratarte eres muy hermosa, pero tú no cooperas, te di hasta hoy lunes para que te fueras y no hiciste caso, no quiero verte junto a mi hijo— dice mirándome, el aflojo su agarre en mis piernas, pero empieza a tocarla y yo abro los ojos como platos, me muevo de nuevo para que no siga.


—-Y yo le dije a usted que no lo voy a dejar, haga lo que usted quiera maldito— le grito furiosa.


El me da una sonrisa perversa y se acerca más para besarme, aprovecho y le pego en sus bolas muy fuerte, el de una vez me suelta agarrándose y tirando un grito, me paro rápido y le doy otra patada. 


—Eso es para que no se meta conmigo maldito infeliz— le grito y recojo mi celular y salgo corriendo a la casa, le pongo seguro a la puerta, cierro todas las ventadas.


—Maldita zorra, esto me la vas a pagar, te juro que serás mía y lo voy a gozar como no te lo puedes imaginar, no te vas a librar de mí, maldita perra— me grita furioso, miro por la ventana y veo cómo se va agarrándose las bolas.


Mi corazón está a mil por hora, caigo al suelo y lloro, de miedo y rabia, desgraciado no me dejara en paz.


---AAAAAHHH MALDITO. me abrazo a mí misma, me siento frustrada, nose que hacer, nose si contarle a Cristian, temo a que pase algo peor.
 


Abro los ojos nose que tiempo ha pasado, estoy aun tirada en el suelo de la sala, escucho que abren la puerta.


—Amor que paso, porque estas tirada, estas bien—me le tiro encima, lo abrazo y empiezo a llorar. —Que paso, me estas preocupando, mírame—lo miro y veo preocupación en él.  —Háblame, que pasa mi vida—  no me sale hablar y lloro. 


Duramos unos minutos así, el espera a que le diga que me paso, pero que le digo, no puedo, se lo diré luego. El me ayuda a levantarme, me lleva a la habitación, yo me le suelto y voy al baño, cierro la puerta y le pongo seguro.


—Cristian dame un momento, porfavor—


—Amor no entiendo nada, sabes que puedes confiar en mi—


No le respondo, me lavo la cara, me quito el traje de baño y entro a bañarme, también que estaba en el lago y ese infeliz viene y daña todo.  Me tardo lo suficiente para pensar y analizar que le voy a decir, él porque estaba en ese estado, termino de bañarme, miro alrededor y no veo toalla, decido salir así, cuando abro la puerta Cristian está en el suelo esperando y se para.

 

—Estas bien amor y no me digas que no paso nada, porque por nada no estarías en ese estad— me mira preocupado.

 

—Puedes dejar que me ponga ropa— el me ve de arriba abajo y sus ojos brillan, le doy una sonrisa coqueta. —Que ves, se te antoja algo— 

 

—Si muchas cosas, pero primero quiero que hablemos— 

 

Levanto una de mis cejas, me alejo de él y empiezo a caminar muy sensual, la verdad con esa mirada que me dio, ver esos ojos brillar cuando me ve, es excitante, recojo la toalla y volteo, el está muy atento viéndome, me empiezo a secar lentamente, mientras lo miro, veo como traga grueso, sé que está loco por acercarse a mí, me dirijo a la maleta para buscar que ponerme, siento como me abraza.

 

—Lo haces a propósito verdad— empieza a besarme el cuello. 

 

—Nose de que hablas—le digo en un susurro.

 

—No soy tonto amor, pero me encanta que me provoques, hoy me la he pasado pensándote de mil formas, deseando que las horas pasaran rápido y deseándote a ti cada vez más— me dice al oído, con esa voz profunda que me eriza la piel.

 

Me voltea y nos vemos a los ojos, siento como mis labios pide a grito que me bese y mi cuerpo pide que me toque, no aguanto lo voy a besar pero me detiene, yo lo miro con mala cara, me agarra intento soltarme, pero él me tira a la cama con brusquedad, el cual me emociona más, lo miro con deseo, me encanta este lado tan rudo de Cristian, estoy completamente desnuda ante su mirada, él se empieza a quitar la ropa, y me estoy deleitando con ese maravilloso cuerpo, que me fascina tocar, se me acerca, cierro los ojos esperando sus besos, pero no llega, lo abro y veo una sonrisa, me pongo seria.




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