Cap. 32

♡♡Capítulo 32♡♡

Después de haber hecho el amor hasta el cansancio, vimos unos capítulos de una serie, empezamos a planificar como vamos hacer y cuando le contaremos a los demás que él se va conmigo, pero no el mismo día, decidimos que él tiene que dejar todo en orden primero, aunque a Sofia no le agradara mucho la idea de que él se vaya.


Me siento emocionada, pero a la vez un poco mal, el dejara todo por mí,  nose si soy egoísta en decirle que sea el que venga, pero estoy feliz de tenerlo conmigo y para siempre. 


Al siguiente día ya miércoles, solo faltan ocho días para irme, tengo que pasar más tiempo con los chicos y la abuela, aunque claro, ya vendré más seguido a visitarlos.


Estoy con Cristian en la veterinaria, embobada viéndolo, se nota que el ama lo que hace, están bello, le digo que voy a salir un rato, para ir a la cafetería a ver a Iván, me da un beso y me dice que no vaya a beber de nuevo, yo solo rio.


Salgo, el sol esta potente hoy, siento que me voy a derretir, cuando voy a entrar a la cafetería, me llaman.


—Samantha, Hola— dice Gregorio, extendiendo su mano en modo saludo.


Siento como mi corazón late rápido y no entiendo el porqué, es una sensación extraña, desde que lo vi en su casa, no me causa miedo, al contrario me siento segura, es extraño, antes no me pasaba esto, pero pensándolo bien, claro que no me pasaba, porque nunca lo vi personal, solo por foto, por eso lo reconocí.


—Te sientes bien— me dice mirándome preocupado.


—Eh... este... si... ¿por qué?— le digo algo nerviosa.


—Te quedaste paralizada, sin hablar, segura que estas bien, a parte que te veo nerviosa, ¿yo te pongo nerviosa? —  


—No, como cree, solo estaba pensando en cosas, es todo— el me mira fijamente, como para asegurarse si es verdad.


—Vas a entrar— me señala la puerta. Yo asiento que sí.


El me da una sonrisa tranquilizadora, y entro, el entra detrás mío, observo el lugar y hay mucha gente, trato de buscar una mesa disponible, hasta que visualice una en el fondo, me dirijo allá, me siento y busco a Iván, pero no lo veo.  


Lo que veo es a Gregorio buscando donde sentarse, pero no hay nada. Excepto las sillas que me sobra, que es una, lo llamo y le digo que se puede sentar aquí.


—Gracias Sam, eres muy amabl—  dice sentándose y dándome una sonrisa.


—No se preocupe, no me molesta— le digo riendo.


Los dos estamos en silencio, solo se escucha a las demás personas hablando. 


—Y a que te dedicas—  me pregunta mientras ríe. Yo lo miro, aun me pregunto porque no me siento incomoda con este señor, me agrada su compañía, es extraño.


—Trabajo en una editorial— le digo dándole una sonrisa igual.


—Eso es interesante, a mí me gusta mucho leer libros, cual me recomiendas— mi sonrisa se agranda más.


—Bueno, hay muchos libros muy buenos, déjame pensar cual te recomiendo—


A lo que pienso que libro recomendarle, pido algo de tomar, una malteada de fresa, que casualmente, Gregorio pide una igual, el me mira en espera.


—Te puedo recomendar, "Orgullo y Perjuicio", pero si quieres algo más de fantasía puede ser "Harry Potter" que me encanta, nose si has visto las películas, te puedo decir de muchos libros más, pero no me pasa más por la mente— le digo.


—Esos están perfectos, ya me los leí, pero creo que volveré a leerlos—


Empezamos hablar, él me cuenta de que tiene negocios fuera y por eso tiene que viajar mucho,  pero que esta aquí para pasar más tiempo con su hija, el cual siente que la ha descuidado, yo opino lo mismo, le digo que tiene que pasar más tiempo con su hija y le de cariño, que lo necesita, nose porque le dije eso, el me mira interrogante.


—Porque lo dices, ella te hablo de algo— me dice un poco preocupado.


—No, solo son intuiciones, ella y yo no nos llevamos muy bien—


—Entiendo, pero si llegas a saber algo, me gustaría que me lo dijeras, los días que he estado aquí, la noto muy rara, no es mi niña de siempre—  dice en un tono triste.


No digo más nada con respecto a ella, lo observo y siento que lo conozco, me siento tranquila hablando con él, como si lo conociera de años o fuera familia, pero que estoy pensando, creo que me estoy volviendo loca.

A mi mente llega cuando lo vi, que dijo el nombre de mi madre con voz dolida, necesito saber que paso entre ellos, porque algo paso.


—Te puedo preguntar algo— el asiente con un sí y con una sonrisa.  —Bien, quisiera saber que paso entre tu y mi madre—  su semblante cambia a uno serio, me mira fijamente.


—Porque preguntas eso— dice esta vez sin mirarme.


—Mírame porfavor, me gusta que me miren cuando hablo con alguien, ¿la conoció?, tuvo algo con ella?, quiero saber, cuando dijo su nombre, lo escuche dolido — 


Veo como el empieza a buscar en su bolsillo y saca su cartera, luego dinero, me mira.


—Lo siento Sam, me tengo que ir, tengo unas cosas que hacer—  me dice, no espera a que yo hable y se va, dejando el dinero en la mesa.


Pero que paso, porque no me quiso responder, me quedo paralizada viéndolo irse y eso me confirma que si hubo algo entre él y mi madre, será en otro momento preguntarle, aunque nose porque mi curiosidad en saber eso, pero no importa tengo esa duda y punto.