Capitulo - Extra 2

💖💖Extra-2💖💖

¡Oh por dios!, deje que me besara y en la casa de mi hijo, miro por todas partes, con algo de nerviosismo, pero no hay nadie, suspiro con alivio, seria vergonzoso que Sam presenciara esta escena y peor mi hijo, me siento mal en ocultar algo como esto, pero, nose si sea prudente esto que hacemos o ellos lo acepten.

El cree que porque tuvimos intimidad en varias ocasiones cree que ya me tendrá siempre, aunque tal vez no esté tan equivocado, porque ahora mismo me muero porque me toque como lo hace cada vez que estamos juntos, nunca podre negar que han sido encuentros maravillosos.

Hace tanto tiempo no me sentía querida, amada y deseada, él desde nuestra primera vez junto me hizo sentir todo eso, me sentí la mujer más feliz del mundo, él es tan tierno y a la vez rudo, me decía tantas cosas hermosas y en cada encuentro me decía lo hermosa que era.

En todos mis años que lo conozco nunca imagine que me iba a involucrar con él, pero hemos convivido mucho tiempo juntos cuidando a nuestros nietos, que solo paso, hace casi un año que estamos en esta situación, la primera vez que estuvimos juntos, me aterre y nose porque, me fui e invente que tenía que resolver algunas cosas, tarde tres meses en regresar, ósea actúe como si nunca había estado con un hombre y con miedo nose a que.

Regresé y volvimos a estar juntos, no una ni dos, la verdad perdí la cuenta, yo siempre lo evitaba, pero caía como una tonta, pero después de cuatros meses de sexo desenfrenado, “bueno, así le dicen la juventud de hoy en día”, volví a irme y tarde casi dos meses, hasta que regrese hace un mes.

El intento acercarse hace un mes cuando regrese, pero le puse un alto, le prohibí que se me acercara y que no le comentara esto a alguien más, el acepto no muy contento, me dijo lo mismo que ahora, que me dará mi tiempo. Pero luego me sentí entre la espada y la pared cuando él me confeso en ese mismo momento sus sentimientos hacia mí, pero me sentí emocionada al pensar que alguien se interesaba por mí, que no era solo sexo lo que él quería.

Son muchos años sola, pero no me arrepiento nada de lo que vivimos juntos, fui más feliz en todos nuestros encuentros, que todos esos años que duré de casada con ese miserable, no me gusta comparar y menos con ese que gracias a Dios esta muerto, pero Gregorio es diferente.

A veces me torturo pensando porque nunca me separe del miserable a Arturo, porque después de lo que le hizo a mi hijo cuando el intentó quitarse la vida, deje de sentir algún sentimiento por él y no volvimos a tener intimidad y el no insistió y se lo agradezco que no insistiera.

Creo que me mantenía con él por costumbre, nunca imagine la clase de hombre que era, me dolió todo lo que paso y pensé muchas veces porque nunca pensó en hacer conmigo todo lo que le hizo a Amanda la difunta madre de Sam o a Cristal, tantos años y nunca nos dimos cuenta, yo a ella no le guardo rencor y nunca me moleste cuando me entere por lo que paso con ese miserable.

Luego pensé que a mi me utilizo solo para ocultar la clase de hombre que era, solo fui eso, su tapadera ante todos, aunque me dio dos hermosos hijos que amo con toda mi alma.

—Madre, te quedaras aquí afuera, estas bien— la voz de mi hijo me saca de mis pensamientos.

Lo miro y me ve preocupado.

—Si hijo estoy bien tranquilo, solo estaba pensando— digo empezando a caminar para entrar a la casa.

—Estas segura madre, te noto rara y distraída, no estarás enferma, o ¿sí? — me dice más preocupado.

—Claro que no mi niño, solo son cosas mías, pensando y recordando, es todo— digo sonriéndole y togándole las mejillas. —Pero dime, solucionaste las cosas con Sam, no tendré que cuidar a mis nietos— le digo mientras entramos a la casa.

—Ya solucioné todo, nos tomaremos tres días, será un adelanto de aniversario— me dice con una sonrisa.

—Como la convenciste, ella se veía muy molesta contigo—

—Tengo mis truquitos madre— me dice y me guiña un ojo, yo niego con una sonrisa.

—No me digas nada, no quiero saber de tu intimidad— el se ríe.

Ya dentro Gregorio esta con Sam hablando muy sonriente, cuando nos ve llegar sonríe más.

—Sofia podrías acompañarme a la habitación para que me ayudes a empacar— dice Sam y asiento que sí. —Padre te quedas con los niños, te quiero— le dice dándole un beso en las mejillas.

Voy tras ella, Gregorio me guiña un ojo y sonríe y no pude evitar sonreír, lo digo, parezco una adolescente.