Me encontraba en medio de una encrucijada emocional, con mi corazón latiendo con fuerza y la mente llena de incertidumbre. Jess parecía no comprender la urgencia que sentía por conocer al misterioso chico de la estación de tren. La tensión entre nosotras era palpable mientras que yo intentaba explicarle la situación.
—Jess, ¿puedes soltarme por favor? —supliqué, buscando desesperadamente el apoyo de mi amiga.
Jess se giró hacia mí con el ceño fruncido, mostrando claramente su desaprobación ante mi insistencia.
—¿Por qué insistes tanto en que pare? —inquirió Jess, sin ocultar su frustración.
Me enderece, decidida a hacer entender a Jess la importancia de aquel encuentro fortuito en la estación de tren.
—¿Acaso no escuchaste nada de lo que dije? ¿No lo viste? —me exprese con emoción—. El chico de la estación estaba justo detrás de nosotras y... ¡y nos miramos, Jess!
Mi expresión reflejaba una mezcla de ilusión y nerviosismo, como si estuviera a punto de revelar un secreto emocionante a mi amiga. Sin embargo, Jess parecía más preocupada por otros asuntos.
—Me paralicé, no supe qué hacer y entonces tú empezaste a caminar conmigo arrastras —continúe, intentando transmitirle la intensidad del momento vivido.
Jess interrumpió mis pensamientos con una revelación inesperada.
—Ava —su tono era serio y firme—. Los chicos que estaban detrás de nosotras eran Klaus y Jordan. Son de último año y han generado cierta controversia desde su llegada al instituto. Te recomendaría mantener distancia.
Las palabras de Jess resonaron en mis oídos, pero mi curiosidad y atracción hacia este chico eran más fuertes que cualquier advertencia.
—¿Quién es Klaus y quién es Jordan? —pregunté, ansiosa por conocer más detalles sobre aquel chico que había capturado mi atención.
Jess describió a los chicos brevemente: Klaus como el pelinegro y Jordan como el rubio. Sin embargo, para mí, solo existía Klaus en ese momento, un nombre que resonaba en mi mente con una melodía encantadora.
—Jess, siempre te hago caso en todo, pero esta vez no lo haré. Necesito conocerlo, por favor déjame —rogué con las manos juntas en un gesto suplicante.
La mirada de desaprobación en los ojos de Jess fue evidente mientras consideraba mis palabras. Sin embargo, antes de que pudiera responder, Jess tomó una decisión inesperada.
—Haz lo que te plazca, Ava. Me voy —anunció Jess fríamente antes de alejarse dejándome sola en medio del dilema emocional que enfrentaba.
Me quedé allí, sintiendo una mezcla de emociones encontradas mientras observaba a Jess alejarse.