Deai no Mahō

Deai no Mahō (出会いの魔法)

Ciertamente, las personas hoy en día no creen en un tema que si yo misma no lo hubiera vivido, tampoco lo haría. A pesar de eso, el enigma sobre ser “la persona correcta en el momento equivocado”, seguirá presente. Una lección la cual es elegida para algunos, y será su destino para entender que “quienes están destinados a ser, siempre acaban siendo” para otros. ¿Y qué quiero dar a entender con todo ello? Bueno, empezaré por contar lo que es “La magia de coincidir”.

La palabra “coincidir” en japonés, se relaciona con el destino, con el hecho de que nunca conoces a alguien por casualidad, si no por un propósito en común. Un hecho mágico y especial. Y en mi historia, se remonta a mis días escolares, en donde mi vida era tan simple y rutinaria hasta que como cuando las estrellas colisionan, así fue mi sentir el impacto de su presencia en mi vida al conocerlo, al conocernos.

Estaba en la preparatoria Senju, en el penúltimo año. Llegaba tarde como se me hizo una mala costumbre, aún así, llegué a mi asiento y esperé a que la clase comenzara..

—Miyu-chan— mi mejor amiga, Airi Omori, me habló con una gran sonrisa y la ternura que la caracterizaba. Ella fue la primera persona que me habló al ingresar a la escuela y desde entonces, eramos inseparables. No necesitaba a nadie más. Estaba detrás mío y comenzamos a hablar, hasta que el profesor Kanu ingresó al aula, con esa tranquilidad y simpatía que lo caracterizaba. Sin embargo, alguien más estaba a su lado, era un nuevo alumno.

Se presentó y conocí a “Etsu Kimura”, por primera vez. A pesar de eso, me inundó una sensación complicada de describir con simples palabras. Atracción. Misterio. Magnetismo. Su aura cautivó por completo mi atención, de manera inexplicable. Ese fue el comienzo de todo mi sentir. No era solamente su estilo, sus rasgos o su personalidad, era más allá de todo lo que había conocido y sentido hasta este punto en mi vida.

Incluso, nos llegamos a quedar completamente solos en el aula sin dirigirnos la palabra. Recuerdo que iba muy concentrada a lo mío, era asistir a clases, ir a clases de idioma y regresar a mi hogar a estudiar para poder ingresar a la universidad de mis sueños, la universidad Somei, de alto prestigio. Para así estudiar literatura. Sin embargo, ahora mi mente tenía algo más presente o debería decir, a alguien más: Él.

Sí, antes de este suceso me había enamorado, había sentido el enamoramiento, el amor no correspondido, la admiración y en sí, la decepción amorosa en todo su esplendor, lo que me había inspirado a escribir historias para mí. No había funcionado en el pasado, por ello, ya no esperaba nada. Sin embargo, mi corazón pedía más, mi alma era como si reconociera a ese ser y pidiera su cercanía.

Era una persona muy solitaria, que tenía su rutina y objetivos establecidos, sentía que no necesitaba nada más, a nadie más, hasta conocerlo, porque desde entonces… Mi vida nunca fue la misma. Fue así que decidí arriesgarme y quedarme después de clases, a convivir con mis demás compañeros, incluyéndolo. Para mi sorpresa, nuestra convivencia resultó tan natural, cómoda, agradable y me sentía en paz, a pesar de mi timidez y nervios cuando estábamos demasiado cerca jugando cartas en una de las bancas de la escuela. Él era contrario a mí, era alegre, extrovertido y de cierta manera, sentía que nos complementábamos.

Me confesó que cuando yo me iba, preguntó a los demás quién era; “Miyu Jinsei”. Pasaron los días y mi percepción de mi entorno, mi rutina y sentir, se ampliaron, conocí a dos compañeros con los cuales me hice cercana: “Doi Mifune”, quien más tarde haría equipo con ella, su persona era brillante, enérgica y cálida, lograba hacerte sentir como su amistad de toda la vida, te abría los brazos y corazón como nadie más si eras la persona correcta. Así como a “Tomeo Ikeda”, quien era cercano a ella, en ese punto no sabía que él sentía más que amistad por ella, y era su opuesto, calmado, reservado, amante de la música y con un interior cariñoso que ocultaba en su exterior.

Podría decir que esos días de nuevas experiencias gracias a que me hicieron parte de su grupo, fueron los mejores que había vivido en esa escuela, porque había salido de mi zona confort y me había permitido sentir, vivir. Más tarde, fue cuando mis emociones pesaron lo suficiente cuando me di cuenta que lo que sentía era romántico. Intenté negarme a ello y alejarme de Kimura, lo más posible. Me obligaba a desarrollar lo que estaba sintiendo como algo innecesario en ese punto de mi vida. ¿Por qué cuando ya no esperaba nada, llegó él a poner mi mundo de cabeza? Es que desde el principio lo había sentido, pero fue cuestión de tiempo hasta que me di cuenta que estaba ahí desde que lo conocí. Era innegable y mágico, una coincidencia del destino.

Era un dilema ya que mi corazón pesaba y dolía cuando lo veía con alguien más, nuestra compañera “Tomomi Komori”, quien aunque tenía novio, se hizo muy cercana a él con otra intención que su amistad, era tan claro que incluso los demás se daban cuenta debido a su escandalosa personalidad en cuanto a los chicos que le interesaban, y yo tenía que fingir que todo estaba bien, que tenía el control de lo que sentía. Pero es que cada vez que intentaba alejarme, ignorarlo y evitarlo a toda costa, como si fuera un peligro… Siempre, en cada ocasión, me buscaba. Era como si sintiera lo que quería hacer sin decírselo de ninguna manera.

No funcionó, fue inevitable que nuestro vínculo creciera, se transformó en conversaciones casuales hasta profundas con bastantes gustos en común como la escritura, nuestras experiencias amorosas pasadas, en escribir cartas a las personas de nuestro pasado sin entregar, así como series o pensamientos que compartíamos. A su vez, mi amistad con Doi, creció, y aumentó al revelarle lo que sentía después de vacaciones, en una de las reuniones de trabajo, cuando nos tocó exponer en conjunto. Fue una liberación para mí, me sentía sumamente cómoda a su lado, como si el destino también nos uniera. Al igual que cuando le conté a mi mejor amiga, que “creía que me gustaba, Etsu Kimura", por mensaje. Recuerdo vívidamente su voz en esos audios llenos de sorpresa y emoción, hasta después hacerme burla en la mínima oportunidad que tenía, de ahí en más se encargó de hacer todo lo posible por animarme y reunirme con él. Tenía su nueva novela en vivo y directo, frente a sus ojos.




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