Defenders: aventuras en Ponos

2. Un paso adelante

Al día siguiente, el chico salió al pueblo para buscar respuestas, él no quería quedarse con la duda. Las calles estaban casi llenas, pues los comerciantes instalaron un mercado en el pueblo. Al parecer, nadie tenía idea sobre cómo asesinar a un Skrill; la mayoría no conocía de la existencia de ellos, pues la O.A.S se lo ocultó a la humanidad.

Unos chicos hablaban discretamente sobre los asesinos de Skrills, parecían unos matones a los que normalmente no se les debería de acercar, aunque Eric era una persona bastante extrovertida, se les acercó a preguntar.

—¡Hey! ¿Puedo saber de quién se refieren? —preguntó Eric mientras se acercaba lentamente.

—claro, hablamos sobre los Defenders, no sé si sea lo mismo que buscas —Le respondió uno de los chicos agradablemente.

Eric entendió que habían más como ese tipo y se hacían llamar "Defenders". Rápidamente, se acercó más al chico para hacerle otra pregunta, ahora más confiado al saber que no era una mala persona.

—¿Cómo puedo volverme un Defender?

—No sé con exactitud, pero.... Escuchamos a unos hombres hablar sobre Ciudad Segura, dijeron que ahí se encontraba la organización que dirigía a esas personas.

—¡Muchas gracias! Me volveré un Defender muy poderoso.

El joven se fue corriendo felizmente hacia su cabaña, necesitaba algo de equipamiento para el viaje. Al llegar, tomó un abrigo naranja y unos pantalones negros, se dirigió a la casa de sus amigos que se encontraban en el pueblo.

Tres jóvenes huérfanos vivían en una casa, eran los amigos de Eric, los chicos a quien reclutar. Llegó y tocó la puerta esperando pacientemente.

—¿Eric? ¿Qué sucede? —Preguntó Alex, un chico alto y guapo de diecisiete años, tenía el cabello castaño desordenado y ojos color miel.

—¿Están las chicas en casa? —Preguntó.

Dos chicas salieron de una habitación, una más alta que la otra; Alex las volteó a ver con curiosidad.

—Hola, Eric, ¿cómo va todo? —Agregó Len, una linda chica de dieciséis años, sonriente y de cabello color morado.

—Ayer sucedió algo grandioso, fue inefable —Dijo Eric con una gran sonrisa.

El chico no podía explicar con exactitud lo que sucedió, era como si una persona recordara algo grandioso que sin duda le ayudaría a cumplir sus objetivos.

—Sea lo que sea, lo vamos a entender —Añadió Cami, la cuarta amiga y la más joven; ella tenía quince años, era más chiquita que Len y se notaba mucho más femenina, contaba con unos ojos marrones y un lindo cabello trenzado de color castaño.

—Sé cómo asesinar Skrills, bueno, no estoy muy seguro de cómo —Eric comenzaba a preocuparse, ¿y si solamente lo pueden hacer personas especiales? No estaba garantizado.

Los cuatro amigos quedaron muy confundidos, pues no conseguían entender a su amigo; asesinar a un Skrill era básicamente imposible. Alex estaba dispuesto a ayudar al chico, él deseaba vengar la muerte de sus familiares sea como sea.

—Espera.... ¿Dices que existe alguna forma de herirlos? Pero si esos malditos son inmortales, las espadas más filosas solo se rompen al impactar con su dura piel —Mencionó Len, ella no creía en dicha posibilidad.

—Es difícil mas no imposible, ayer vi cómo un hombre decapitó a uno delante de mí. Unos chicos mencionaron que esas personas se hacen llamar "Defenders" y al parecer, son capaces de asesinar a esos monstruos.

—¿Y qué vienes a buscar de nosotros? —Agregó Alex con interés.

Eric generó una ligera sonrisa de esperanza, cruzó los brazos y explicó.

—Quiero que ustedes cuatro se vuelvan Defenders junto a mí, necesito vengar la muerte de mis padres como ustedes a los suyos —Habló.

Sus amigos miraron al chico, querían ayudarlo, pero... ¿qué más da la venganza? Asesinar Skrills no devolverá las vidas que se perdieron, es algo inútil. Aunque, sabían que era lo correcto eliminar a esas criaturas para evitar más muertes.

—Está bien. Vamos a cazar a esos malditos hijos de perra —Dijo Len con un tono rudo. Entre los cuatro, Len era la chica del carácter fuerte, ninguno se quería meter con ella, quizá por miedo.

Los tres aceptaron, pues no querían ver más sufrimiento en la isla; si acabar con los Skrills traería paz a Ponos, era obvio que estarían de acuerdo.

—Deberíamos empezar a planear todo, opino que mañana empecemos el entrenamiento, pues somos demasiado débiles para luchar —Dijo Alex siendo realista.

—Tienes razón, coincido con la idea de Alex —Agregó Cami.

Len pensó que era demasiado pronto para empezar a entrenar, pero entendía que lo mejor era empezar lo más antes posible.

—¡Muchas gracias! Prometo que no los dejaré morir sin antes acabar con todas las criaturas —Exclamó Eric, prometió algo que al final no podría controlar.




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