El resto de mi familia trató de convencerme por todos los medios posibles, pero no consiguieron que desistiera del matrimonio. Incluso Octavio narró todo lo que vio, tratando de evitar que mi padre accediera a dejar casarme, pero ni eso bastó. Aunque hice mal, justifiqué el casi golpe de mi futuro esposo. Pero no todo terminó ahí, papá llamó a mis hermanos mayores, Emma trató de hacerme cambiar de idea, pero no consiguió nada. Elías me prohibió hacer esa barbaridad, y se enojó por decirle lo mismo que le dije a los demás: aunque no lo acepten, yo me casaré con Nicolás.
En este momento los hombres que más amo están molestos conmigo. Favorablemente, mi mamá me apoya, aunque no quiera, en cambio mi hermana trata de entenderme. Siendo honesta, quiero que toda mi familia me apoye, y me acompañen en esta situación bastante compleja de mi vida, quiero sentirme segura con su aprobación.
—¿Por qué lloras Thamie? —Ágilmente limpio mis lágrimas, dándole una sonrisa a Sophie.
—Porque me extraño a mi hermano.
—Pero tu hermano Octavio está en su habitación —juego con su cabellera.
—Además de Octavio, tengo dos hermanos más, son los mayores —admiro sus ojitos.
—¿Cómo se llaman? ¿Por qué no los he visto?
—Se llaman Elías y Emma. Ambos viven en otro país.
—Vaya... Mamá una vez me contó que papá tenía un hermano que vivía en otro país, me dijo que él era mi tío —así que Nicolás vivía en otro país.
—¿Qué más te dijo de él?
—Me dijo que talvez el día que lo conociera daría un poco de miedo. También me dijo que debía quererlo mucho —quiero saber ¿por qué le pidió eso si Nicolás es una persona cruel?—. Thamie, el hombre que vino con mi abuelito, ¿es mi tío? Él dijo que era hijo de mi abuelo.
—Así es...
—Él da mucho miedo... Él me miraba feo... ¿Él no me quiere verdad?
No sé cómo responder, quiero ir a despertar a mamá y pedirle ayuda. Es difícil hablar con niños sobre problemas de adultos, a eso se le suma que prácticamente no sé nada de la familia de Sophie.
—Él es un ogro gruñón y malcriado, por eso se porta así. Lo mejor es que no te acerques mucho, después te convertirás es una niña gruñona —definitivamente, lo que he dicho no ha sido lo correcto.
—Pero debo quererlo Thamie, aunque sea un ogro gruñón —no puedo seguir con esta conversación. No tengo buenos argumentos.
—Es muy tarde, Sophie, es hora de dormir.
—No tengo sueño, Thamie.
—¿Quieres que te cuente un cuento?
—Sí —sonrío al ver su sonrisa angelical.
—Había una vez una princesa...
Comienzo a contar aquellos cuentos que papá nos narraba a mis hermanos y a mí cuando éramos niños. Ahora que analizo todo, mi niñez ha sido la etapa más feliz de mi vida. Cabe manifestar que he vivido rodeada de amor, pero el tener lejos a uno de mis hermanos no hacía completa mi felicidad. Ahora este recelo e inquietud por mi decisión, me roba la tranquilidad, me aterra lo que puede llegar a pasar en mi vida.
Estos últimos seis días han sido los más trajinados en toda mi vida. Un día después de aceptar casarme con Nicolás, el señor Neil comunicó que la boda sería en una semana, según sus palabras, se debe de aprovechar el tiempo lo más que se pueda. Por eso en esta semana he estado tan ocupada con la organización, aunque sea algo pequeño, tiene su complejidad. ¿Mi casi esposo? Del él no sé absolutamente nada, su señor padre se ha encargado de lo que le corresponde a él como novio.
Pero no todo ha sido tan malo en estos días, al verme desesperada y hasta frustrada, tanto mi padre como Octavio accedieron a ayudarme, sobre todo a apoyarme; brindándome tranquilidad. No puedo decir lo mismo de Elías, él sigue en contra, no va a seguir insistiendo, ya que es en vano, pero me advirtió que al primer problema que surja con mi prometido, él mismo se encargará de acabar con el matrimonio. Mi familia y Sophie -su compañía hace que mis días sean más bonitos-, han sido un gran soporte para mí, sin ellos estaría volviéndome loca.
Observo mi reflejo, arreglando mi flequillo. Después de tantos días en lo que me he sentido enredada, hoy se llevará a cabo mi "magnífica boda". Una de las tantas cosas que me preocupa, es que todos mis seres queridos van a ser testigo de esta falsa. Espero poder disimular lo desagradable que es para mí todo esto, pero lo que más espero es que Nicolás no salga con alguna estupidez.
—Thamie —inmediatamente una sonrisa se forma en mi rostro.
—¡Solange! —me levanto enseguida, procediendo a abrazarla.
—Tenía que estar presente en este momento —corto el abrazo.
—Gracias por estar aquí.
—Siempre me sorprendes, Thamie —sonríe—. No me sorprendería si huyeras.
—Huir no es una opción.
—Entonces, ¿esto es muy serio? —Asiento levemente con mi cabeza—. ¿Puedo saberlo?
No debería decirle mis sospechas a nadie, pero si me llegara a pasar algo, necesito asegurarme de que alguien hable por mí y se encargue de hacer pagar al culpable.
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Editado: 20.01.2024