Dejame ser tuya(precuela Durmiendo con el enemigo")

2.Mis ojos en ti.

Luego del incidente ocurrido después de la pequeña sesión de gimnasia de Lewis, las cosas estuvieron un poco convulsionadas en mi interior.

Era como si el diablo se hubiese apoderado de mi interior y se encargara de reproducir en mi mente no solo la imagen del hermano de mi mejor amiga caminando con nada más que una toalla tapando su cuerpo, sino que la pregunta de "que hubiese ocurrido si esta se hubiese caído" seguía reproduciéndose en ella.

Posiblemente me habría querido morir de la vergüenza y no podría haberlo visto a los ojos por mucho, mucho tiempo.

Habría sido capaz de inventar cualquier excusa con tal de no pisar esa casa.

Y así evitar toparme con Lewis, la causa mayor de mis desvelos.

Salvo que aquel día, ese maldito día no podía escaparme de ello, ya que esa tarde él debutaría con su equipo de fútbol americano en la universidad y Lottie me había robado que la acompañara.

— ¿Crees que sea una buena idea? — pregunté mientras ella me ataba el cabello en dos coletas altas.

—Por supuesto, no quiero tener que soportar la tortura de ver a esos simios ir detrás de ese balón sin tu compañía. Además las chicas allí son mayores que yo y me verán mal.

— ¿Y que cambiara que vaya contigo?

—Ay ay, tierna e ilusa Emma, de aquella forma podremos mostrarnos fuertes y siempre es mejor dos que una. Seremos un fuerte unido— ajustó de más la coleta haciéndome doler— ¿Lo entiendes mejor ahora?— preguntó en un tono de voz que dejaba en claro que no aceptaría un no como respuesta.

—Auch... Me lastimas— me quejé.

— Imagina que puedo hacerte si aceptas no venir conmigo— sugirió maliciosamente mientras una sonrisa se extendía por su rostro.

—Bien... Bien iré. Pero tendrás que prestarme algo de tu ropa si quieres terminar de convencerme— gruñí—Solo si me dejas llevar mi cámara conmigo.

Ella asintió. Diría que si a cualquier cosa con tal de que yo no la dejara sola.

—Perfecto— saltó de su cama y comenzó a bailar por toda su habitación mientras buscaba algo decente para mí.

Es importante destacar que lo que le quedaba bien a Charlotte ni por asomo se vería bien en mí. Su cuerpo y el mío eran por mucho muy sugerentes, pero sabía que ella no permitirá que me viera ridícula. Después de todo ella era la única que cuidaba de mí.

Tiró en mi dirección una remera negra holgada con un águila bordada en ella y unos shorts de jean.

— Tu ponte esto, yo por mi lado— dijo en tono misterioso— Usaré eso — agregó sacando de su armario un atuendo que era más adecuado para un club al que no nos dejarían entrar hasta ser mayores de edad que para ir a un partido de fútbol.

—Usaras... ¿Eso?— la miré no muy convencida de su elección.

—Claro, así como hay chicas mayores también hay chicos. Y con esto sé que captaré más de una mirada.

Negué con mi cabeza al escucharla hablar. Lottie siempre se había sentido más atraída por los chicos mayores mientras que yo prefería vivir inmersa en los romances de los libros que línea.


La puerta de su dormitorio se abrió mientras intentaba meter mi cabeza por el hueco de la remera que Lottie me había dado.

Un chillido luego del golpe sordo de un cojín cayendo al piso hizo que mi corazón se acelerara.

—Lewis Lou— chilló— No te enseñó mamá a llamar a la puerta.

Esto no podía ser más incómodo. Solo rogaba que la vista de Lewis se posara en el atuendo de su hermano y no en mí y mi brazier de sirenas.

— ¿Vendrán o no?— inquirió—El juego empieza en una hora y debo estar en allí en menos de media hora.

—Ahora vamos— respondió Charlotte molesta por el tono de voz que su hermano había empleado con nosotras.

— ¿Iras así?

—No es de tu incumbencia Lewis Lou— dijo sacándole la lengua en un gesto aniñado que se contraponía con la ropa que llevaba.

—Te dije que no me llames así.

—No es mi cara que tengas cara de Louis... Además de Lewis. Lewis más Louis— hizo una seña de más con sus dedos— Lewis Lou— agregó explicando él porque del apodo que había inventado para su hermano.

—Me llamo Lewis. L.E.W.I.S— deletreó despacio cada una de las letras de su nombre por si no nos había quedado claro— Y salgo en 10 minutos. Si no están listas las dejo aquí — nos amenazó.

—Señor, sí señor.

Lewis pasó por alto el sarcasmo de su hermana y depósito los ojos en mí.

— ¿Tú también iras "manzanita"?— preguntó divertido.

Mis ojos se abrieron de par en par al escucharlo decir eso.

— ¿Manzanita?— inquirió confundida Lottie—¿Por qué te llama así?

—No lo sé, debe de ser una típica broma de Lewis Lou—solté sabiendo que esto lo molestaría.

—10 minutos o se quedan— sentenció antes de aporrear la puerta.

—No le hagas caso. Esta nervioso, ahora es hora de maquillarnos, debemos vernos bien si queremos robarnos varias miradas—me guiñó el ojo mientras sacaba su " valija mágica" llena de sombras, líp gloss, glitter y millones de cosas más en las que yo jamás hubiese gastado mi dinero.

Luego de una sesión rápida y de llenar nuestras caras de colores, nos dirigíamos a la universidad de Lewis listas para verlo debutar como mariscal de campo.

Al llegar nos señaló el lugar donde debíamos quedarnos.

—No se muevan de aquí, cuando el partido termine vendré por ustedes. No se metan en problemas— dijo— Y eso lo digo por ti Charlotte. Confió en que Emma será una buena compañía para mantenerte alejada de ellos. Pongo mi confianza en ti— colocó una mano en mi hombro haciendo que me estremeciera por dentro.

—Se... Seguro.

Lo que él no sabía era que estaría demasiado ocupada vigilando cada uno de sus movimientos, y concentrándose en él como para ver qué estaba haciendo mi mejor amiga.

Solo tenía ojos para él. Aunque no lo supiera.

 


 




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