Déjate amar

Capítulo 1

-Chicos, se hace tarde- dice Iván asomándose por la puerta

-Ya casi termino- digo dandole unos últimos toques al maquillaje de Axel- Ya está, vamos- le digo parándome, Axel se mira al espejo

-Amy, cada vez te vuelves mejor pintora- dice sorprendido por el maquillaje. "Amy" es el apodo que solo ellos me pueden decir. 

-No exageres- le digo agarrando mis cuadros 

-Lo digo en serio- dice ayudándome con estos. 

-Axel tiene razón- habla Iván entrando para empezar a jalarnos hacia afuera- deberías ir a otras partes para exponer tus cuadros y venderlos o anunciarte para hacer murales

-Podría ser, pero por ahora quiero seguir con ustedes- digo en un puchero al llegar a las bicicletas, mis hermanos ríen

-¿Estás segura que eres la mayor?- dice Axel, ganándose un golpe en su cabeza de mi parte- ¡Auch! eso dolió

-Por muy grandotes que hayan quedado sigo siendo la mayor- digo amarrando los cuadros en las tres bicicletas, ellos solo niegan con la cabeza y nos ponemos en marcha. Que injusto es que los hombres queden más altos que las mujeres, digo, hablando de forma familiar, se supone que ellos dos son mis hermanitos pero parecen mis hermanos mayores, apenas y les llego al hombro de los dos; claro, es obvio, por mi estatura de 1.58 cm no se compara a su casi 1.80 cm de mis hermanos.

Llegamos a la parte central de la ciudad, donde se pueden ver los edificios, el parque, y muchos puestos de gente como nosotros, cuando llegamos aquí nos sorprendimos demasiado por la cantidad de gente con dinero que pasaba con sus autos de último modelo. Nuestro lado es donde se encuentra una iglesia, puesto que el alambrado me ayuda para poder colgar mis cuadros, mis hermanos y yo somos expertos trepando lugares, por tanto, entre los tres colgamos los lienzos. Reviso la hora, 7:00 am, el tráfico es evidente, como se encuentran cerca los semáforos, mis hermanos se preparan para hacer su labor, Iván pasando entre los autos para vender periódicos y Axel haciendo diversas acrobacias y malabares para recibir algo de dinero.

No piensen mal, hemos intentado entrar a buenos trabajos, pero nadie te acepta si no tiene una casa o lugar de renta, si no tienes papeles legales y estudios terminados, yo tuve que enseñar a mis hermanos a hablar, cuando nos rescataron los tres tuvimos que aprender con doña Marta a leer y escribir, ahí es donde encontré mi pasión por el dibujo y pintura.

-Amy- interrumpe mis pensamientos Iván- vente, iremos al otro lado, ahí llegaron turistas y podemos vender tus cuadros

-Bien- le sonrío y subimos para descolgar los cuadros

Con los cuadros en brazos corrimos hacia el otro lado de lo semáforos, empecé a colocarlos en el pequeño alambrado que se encontraba ahí, me di cuenta que era el puesto de Iván donde vende sus periódicos

-Pero tus periódicos….

- ¡Shh!, no te preocupes, vamos, sigue poniéndolos, al final, yo ya vendí la mayoría, solo me faltan estos cinco- dice mostrándomelos para luego irse corriendo

La gente se va acercando, murmurando, algunas son de pies muy clara y otros muy oscuros, me maravillo de la diversidad que existe en el mundo, al igual de los idiomas, había unos hablando inglés, me hago suponer que le gustó porque estaba aplaudiéndome, luego se acercó a uno de los cuadros y empezó a formular una frase que no entendía

-Disculpe, no la entiendo- digo avergonzada

-Te está preguntando por el precio- dice una voz masculina mis espaldas

Me volteo y me encuentro con un chico como a la altura de mis hermanos, de cabello negros, ojos color avellana y tez morena.

-¿Me podrías ayudar a traducir?- le pregunto en forma de súplica y él asiente- dile que $100 cada uno- él habla con las personas

Cada una de ellas veo que saca su dinero y va dándomelo y señalándome cual cuadro quieren, para ser exactos había echo 15 cuadros, y logré vender 13, veo asustada el dinero en mis manos

-Si yo fuera tú escondería ese dinero antes que me lo roben- dice el chico que me había ayudado hace unos instantes

-Muchas gracias- logro reaccionar, guardo el dinero y él se ríe

-Me llamo Eduardo- me extiende la mano

-Soy Amanda- le respondo el gesto

-¿Sabes? Necesito un regalo de aniversario y creo que ya sé cual- dice agarrando unos de los cuadros que están en el estante, consiste en una luna gigante de fondo, con un árbol, de donde sale una rama y de esta un columpio donde se encuentra una chica sentada y el chico empujándola

-Bien, aquí tienes- me dice entregándome un billete de $500

-Espere le doy su cambio- le digo, viendo que se está alejando

-No- se niega- quédatelo, tu arte vale más que $100- dice sonriéndome

-De acuerdo- digo encogiéndome de hombros

-Por cierto- dice regresando y yo me giro- necesito un encargo, para mis suegros ¿Cuánto tiempo te tomarías en hacerlo?

-¿Qué quisiera que haga?

-Un paisaje, si tiene algo que ver con un río, mar o lago, mejor- dice entusiasmado- toma mi tarjeta, ¿podrías llevarlo a esa dirección?- me entrega una tarjeta

-Claro- digo tomando la tarjeta, él asiente y se va corriendo

-Licenciado Eduardo Sandoval Yañez- leo

Terminé vendiendo los cuadros que me quedaban, empiezo a levantar mis cosas cuando noto algo pegado en un árbol “Prohibido venteros ambulantes”, veo que detrás de esos árboles hay más personas vendiendo, enseguida escucho las sirenas de una patrulla

-Carajo- mascullo- ¡Policía! - grito llamando la atención de todos, quienes frenéticamente empiezan a recoger todo, visualizo al fondo una señora con una edad muy avanzada

-Amy apúrate – me dice Axel

-Llévense mis cosas, luego les alcanzo, iré a ayudarla- le digo señalando con la mirada a la señora, él asiente y empieza a recoger mis cosas

Apenas termine con esto te voy a matar Iván.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.