—Chicos, chicos —Entra la doctora—. No sean ruidosos, recuerden dónde están.
—Lo sentimos —Hacemos una reverencia.
—No se preocupen. ¿Ya tienen todo listo? —Su mirada se dirige a las cajas.
—Sí, solo estábamos esperándolos a ellos para irnos —habla Jay.
—Está bien. Les deseo los mejores de los éxitos en todo lo que se propongan y que su amistad siga intacta por mucho tiempo —Sonríe.
—Muchas gracias —Hacemos otra reverencia.
Jay con ayuda de SungHoon toman las cajas y salimos de la habitación, algunas personas nos miran mal. Después de todo, lo comprendo fuimos muy ruidosos.
Salgo de allí haciendo reverencias como si fuese una idol y para completarlo había una camioneta esperándonos. Eso llama la atención de algunas personas dentro del hospital.
Los chicos guardan las cajas y subimos.
—¿A dónde vamos?
—Sorpresa —Jake se acomoda en su asiento.
Me acerco a una de las ventanas para admirar el paisaje a pesar de que pasé, prácticamente, un año entero en coma. No estoy sorprendida, todo se ve igual, pero sé que algo dentro de mí ya no es igual.
Luego de tantas cosas malas en mi vida, ese fósforo de felicidad que hacía bombear mi corazón se fue apagando poco a poco, pero llegaron siete chicos con la calidez de sus corazones a encenderlo de a poco.
A pesar de que tenía personas maravillosas a mi lado, no puedo decir lo contrario, me sentía sola sin saber qué haría con mi vida porque una gran parte de mí se fue con mi mamá. Pero, en los momentos menos pensados llegan personas a iluminar tu vida simplemente con su existencia, no hace falta que los toques o veas en persona para saber que están ahí.
Las voces de los chicos me sacan de mis pensamientos.
—Lily, vamos. —Jay estira su mano para que la tome.
—Ah, sí... —Bajamos rápido y veo un gran edificio costoso por donde lo mires—. Wow.
—Lily, no te quedes ahí. —Jay jala un poco de mi mano para que entremos.
Si el edificio me sorprendió con solo verlo desde afuera, por dentro es una maravilla.
«¿Y si viviremos aquí para ir a la universidad?»
Mientras esperamos el ascensor escucho la conversación de los chicos.
—¿Queda cerca de la universidad? —pregunta Jake.
—Sí, a dos calles. Así que no tendremos problema de buscar autobuses y esas cosas. —Jay contesta como un guía turístico y eso me causa gracia.
—También vi que hay un supermercado cerca —comenta Heeseung.
—Y creo que si no queremos preparar el desayuno, podemos bajar a desayunar en la cafetería del hotel —Con un poco de duda agrega JungWon y Jay asiente.
—Nuestro piso es el 5B, lo voy a fijar en el grupo junto con la clave —Ni-ki toma su celular y nos llega la notificación de su mensaje.
—¿Eso quiere decir que viviremos los ocho aquí? —pregunto desconcertada, mis tutores no pudieron aceptar esto.
—Sí, luego de una larga charla con nuestra familia y tus tutores.
—¿Mis tutores?
—Sí, también nos dieron una larga charla de cosas que NO podemos hacer contigo —Sunoo imita a mi tutora y rio por lo bajo.
—No le faltes el respeto —SungHoon golpea el hombro de este.
Llegamos al quinto piso, en él hay dos pasillos.
«¿Por cuál debería ir?»
«¿Por qué me hicieron pasar primero?»
—¿A dónde vas? —Jay toma mi mano y me lleva hacia el otro lado.
—Eso es por dejarme pasar primero.
Los chicos miran divertidos la situación y Jay coloca el código para entrar. Nuevamente hacen que pase primero y quedó boquiabierta.
—Es el departamento más grande que he visto en mi vida.
—Y eso no es todo —Jay sonríe y nos hace señas para que caminemos por el largo pasillo—. Para los que estuvimos en el hospital sabrán cuáles son sus habitaciones porque las paredes están pintadas con su color favorito. —Él se queda en el living moviendo las cajas que sacaron de la camioneta.
Los chicos se meten en sus respectivas habitaciones.
«¿La mía estará al final del pasillo? ¿Por qué tan lejos?»
Abro lentamente la puerta de la habitación del lado derecho y veo las paredes moradas.
«Esta debe ser la mía»
—Espera, Lily. Nuestras habitaciones tienen el mismo color —grita y en su tono se nota preocupación.
Es demasiado tarde. Me acerco al escritorio y lo único que veo son fotos mías y algunas de nosotros que dan a entender que fuimos o somos novios también unas hojas donde está toda mi historia y cómo cuidarme correctamente para ese “día”
—Lily... —Entra agitado—. Esta es mi habitación —murmura.
—Ya veo. ¿Podrías explicarme? —Apunto hacia lo que está en su escritorio.
—Ah, eso... —Rasca su nuca nervioso—. No te lo quería decir —Su voz sale en un hilo—. Pero en el accidente perdiste la memoria, vas de a poco recuperándola. Puedo confirmarte que viviste cada una de tus recuerdos.
—¿Y qué significa tener toda mi historia y un procedimiento para cuidarme correctamente?
—¿Qué? —El rostro de Jay palidece y se acerca al escritorio—. ¿Por qué dijiste eso Lily?
—Eso es lo que dice en esas hojas.
—Estás equivocada, mira de nuevo —Me pasa las hojas y veo su historial médico y un currículum.
—Debe ser una broma —Reviso hoja por hoja—. No te creo nada, voy a preguntarle a los demás. Algo me estás ocultando, sé bien lo que vi. —Salgo inmediatamente de allí y empiezo a tocar puerta por puerta.
Todos me lo confirman, pero JungWon es el que se toma unos minutos para explicarme las cosas.
—Si fuéramos desconocidos, no recordarías nuestros nombres y tampoco tus tutores hubieran dado permiso a que vivamos juntos.
—Mmmh... Tienes razón. Pero ¿por qué encontré unas hojas que hablaban de mí en su escritorio?
—Imposible. Esas hojas tienen que estar en tu escritorio, yo me encargué de colocarlas en cada habitación. Vamos.