Del Odio al Amor

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Lía Blake.

—¿Cómo te fue ayer con Dylan?—pregunto Henry.

—Bien creo, de hecho no hicimos nada ya que no encontramos las llaves de la biblioteca.

—¿Y no hizo ninguna estupidez?.

—Descartando que se quiso ligar a Mary frente a mi, no hizo nada—dije mirando mi casillero.

Rio.

—Si que es loco.

—Si—suspire—, oye, ¿Tu sabes lo de Max? Bueno eres su hermano lo debes saber.

—¿Qué cosa?.

—No lo sé, Dylan me lo iba a decir pero no lo hizo.

—Lía, no te lo puedo decir, se lo prometí a me hermano—cerro su casillero—, lo siento.

—Bueno, vamos rápido que ya ve empezar la clase.

—Si.

Cerré mi casillero y nos fuimos a clases.

(***)

—Siento que la maestra tiene algo con nosotros—dijo el pelirrojo.

—Si tiene algo con nosotros, por qué siempre llegamos tarde a sus clases.

Abrí mi casillero intercambiando mis libros de historia con los de literatura.

—Bueno, Hen nos vemos en el receso.

—Si, adiós.

Me fui al salón y al entrar raramente la señorita Watson no estaba. Me fui a mi puesto y, ¡sorpresa! a mi lado estaba Dylan.

—Hola odiosa.

Me senté ignorándolo y fijé mi vista a la ventana viendo el campo de fútbol.

—Oye ¿Pensaste en lo que te dije¿.

Dirigí mi vista en el.

—¿Qué cosa?.

—Lo de la ropa para la fiesta.

—Oh eso, si.

En eso entra la directora.

—Chicos supongo que se estarán preguntando dónde está la profesora Anderson, pues ella no pudo venir por un inconveniente familiar, así que no va a ver clase de literatura por más o menos un mes, los proyectos que tengan no lo van a pausar, pero tienen más tiempo de hacerlos. Se pueden retirar a la cafetería para esperar su próxima clase.

Obedecimos y nos fuimos a la cafetería.

Todo el mundo estaba charlando en grupo, mientras yo estaba sentada hablando con Sam ya que Henry estaba en clase.

—Oye ¿Vas a ir al juego de hoy?.

—Si, creo que sí, al igual voy a la fiesta.

—Oye, ¿Podríamos arreglarnos juntas?, ¿Quieres?.

—Claro, a que hora empieza la fiesta.

—A las 8.

 

—Okey, que tal si a las 6 vas a mi casa y nos arreglamos, y así nos vamos al juego.

—Me parece perfecto.

Ambas sonreímos.

—Hola chicas—dijo el castaño sentándose.

Max Brown.

—Hola.

—Hola Max.

Dylan Fisher.

 

Al entrar a la cafetería pude visualizar a todo el equipo, quienes deberían estar en clases.

—Hey—salude.

—Dylan, amigo siéntate.

—De que hablaban—pregunte.

—De Lía—respondió Max.

—Así que los rumores son ciertos—dije.

—Si hermano, y Max se lo va a proponer en el campo, frente a toda la escuela al terminar el juego.

—Bien—me limite a decir.

Mi mundo se vino abajo al escuchar esas palabras.

«Max se lo va a proponer en el campo, frente a toda la escuela». Aquellas palabras retumban en cabeza.

Me había enamorado de aquella Morena, aunque la moleste casi siempre, si la quiero. Pero lo que va hacer Max me destrozo, ahora estoy jodidamente dolido con todo esto y tan solo pensar que le dirá que si, aunque podría a ver la mínima oportunidad que dijera que no.

Y tan solo pensar que todo esto empezó hace dos años.

Okey Dylan, solo tienes que acercarte y hablarle no puede ser tan difícil—me dije a mi mismo.

Tome una gran bocanada de aire y me acerque a cierta morena.

Amm hola.

Ella solo me miró sin decir nada.

Soy Dylan... Dylan Fisher.

Si ya me di cuenta—se volteo ignorándome y se fue.

Bueno, por lo menos le hable, si no fuera por mi reputación estuviéramos entablando una conversación ahora mismo.

«Creo que va a ser más difícil de lo que pensaste»

Si.

Desde ese día intenté hablarle pero solo me ignoraba, pero logré que me hablara aunque solo para insultarme pero algo es algo.

—Mira Max ahí está Lía—dijo Larry señalando a la morena.

—Okey, mi momento a llegado.

Se levantó y se dirigió a la mesa donde estaba sentada Lía y su amiga.

La miraba sonreír y reírse y me dolía que no era yo quien la hacia sentir de ese modo.

—Bueno chicos, hoy vamos a jugar contra los Mustang unos de los mejores equipos así que hay que practicar bastante.

—Si pero y las clases—dije.

—El entrenador ya se encargó de eso, hoy no vamos a tener las últimas dos clases, solo vamos a entrenar.

—Bueno.

Y así seguimos hablando de vez en cuando miraba a cierta morena, que en momentos estába sonriendo haciendo que yo sonriera involuntariamente.

(***)

Lía Blake

Estaba en mi habitación esperando a que Sam llegará para arreglarnos e irnos al juego.

Me dirigía al closet hasta que escuche que tocaban la puerta.

—Si Joseph—dije ya con la puerta abierta.

—El joven Dylan la espera en la sala.

¿¡Espera!? Dylan, que hace el aquí.

—Oh, bueno ya voy.

Agarre mi teléfono y salí de mi habitación baje las escaleras y me dirigí a la sala donde encontré al pelinegro.

—Bueno me retiro—dijo Joseph yéndose.

—¿Qué haces aquí? deberías estar preparándote para el juego que comenzará en...—vi la hora de mi celular—,1 hora y media.

 

—Pues, el entrenador nos dejó ir a nuestras casas para bañarnos y prepararnos para el juego, y me dirigía al campo y pensé en venir a verte.

—Oh bueno gracias... pero creo que debes irte o Fredwar te va a regañar.




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