Del odio al amor.

☆2

Leah Blake.

—¿Cómo te fue ayer con Dylan?—pregunto Henry.

—Bien creo, de hecho no hicimos casi nada, sus padres lo llamaron y se tuvo que ir.

—¿Y no hizo ninguna estupidez?.

—Increíblemente, no hizo nada—dije mirando mi casillero—solo pregunto por mi hermano, al ver las fotos del pasillo.

—Oh Leah, y... ¿Le dijiste?.

—Si—suspire— oye, sabes que lo pensé muy bien—dije viéndolo y cambiando de tema.

—¿Qué cosa?.

—No lo sé, tal vez si le hablare a Aaron.

—¿Noo? ¿Enserio?—dijo agarrándome de los hombros.

—Rei—Sip, solo que me da un poco de pena.

—Deja que Roxy y yo te ayudemos con eso—dijo con una sonrisa.

—Bueno esta bien, pero después de clases, vamos rápido que ya va empezar y a Barnes no le gustara la idea que lleguemos tarde.

-Y.

Cerré mi casillero y nos fuimos a clases.

(***)

—Siento que la maestra tiene algo con nosotros—dijo el pelirrojo.

—¿Sera por qué siempre llegamos tarde a sus clases?—dije sarcástica.

Abrí mi casillero intercambiando mis libros de historia con los de literatura.

—Bueno, Hen nos vemos en el receso.

—Si, adiós.

Me fui al salón y al entrar raramente la señorita Watson no estaba. Me fui a mi puesto y ¡sorpresa! a mi lado estaba Dylan.

—Hola odiosa.

Me senté ignorándolo y fijé mi vista a la ventana viendo el campo de fútbol.

—Oye, perdón por lo de ayer, mis papás me necesitaban con urgencia—dijo rascándose la cabeza.

Voltee a verlo.

—Tranquilo, podemos hacerlo el viernes—sugerí.

—Me parece bien.

En eso entra la directora.

—Chicos supongo que se estarán preguntando dónde está la profesora Anderson, pues ella no pudo venir por un inconveniente familiar, así que no va a ver clase de literatura por más o menos un mes, los proyectos que tengan no lo van a pausar, pero tienen más tiempo de hacerlos. Se pueden retirar a la cafetería para esperar su próxima clase.

Obedecimos y nos fuimos a la cafetería.

Todo el mundo estaba charlando en grupo, mientras yo estaba sentada hablando con Roxy ya que Henry estaba en clase.

—¿Vas a ir al juego de hoy?.

—Si, creo que sí—dije bebiendo mi café.

—Oye, ¿Podrías pasarme a buscar a mi casa?, mi auto esta en el taller—dijo con pena.

—Claro, no te preocupes. Te pasare buscando a eso de las 7:00.

—Me parece bien.

Ambas sonreímos.

—Hola chicas—dijo el castaño sentándose.

Aarón Fisher.

—Hola—dijo Roxy mientras me miraba.

—Hola Aaron—sonrei.

Dylan Fisher .

Y tan solo pensar que todo esto empezó hace un año.

Y ahí estaba ella, la chica nueva, llego hace una semana, era muy linda y algo odiosa. La había estado viendo desde hace algunos días queriendo hablarle, pero aun no se como empezar, y tengo la mínima sospecha que ya le hablaron de mi, y no tengo una bonita reputación con las chicas nada bonita.

—Okey Dylan, solo tienes que acercarte y hablarle no puede ser tan difícil—me dije a mi mismo.

Tome una gran bocanada de aire y me acerque a cierta morena.

—Amm hola.

Ella solo me miró sin decir nada.

—Soy Dylan... Dylan Fisher.

—Si ya me di cuenta—se volteo ignorándome y se fue.

Lo sabia, ya sabia de mi, que mierda le habrán contado.

—Bueno, por lo menos le hable, algo es algo—dije para mi mismo.

«Creo que va a ser más difícil de lo que pensaste»

///

Desde ese día intenté hablarle pero solo me ignoraba, pero logré que me hablara aunque solo para insultarme pero algo es algo, la única forma que lograba llamar su atención era molestándola, y a sido un poco efectiva

—Mira Aaron ahí está Lía—dijo Larry señalando a la morena.

—Okey, mi momento a llegado—dijo mi hermano con una sonrisa.

Se levantó y se dirigió a la mesa donde estaba sentada Leah y su amiga.

Mi hermano Aaron, el perfecto de la familia, a veces me resultaba algo irritante, si esta bien, era mejor portado, con mejores notas y mejor actitud que yo, pero tenia cierta personalidad y actitud algo peculiar, eso era lo que me molestaba. En frente de las chicas era el mejor, un ejemplo a seguir y el chico que toda chica quiere, al igual en frente de mis papas, pero no era asi, era un patán, que solo le gustaba las chicas por rato, y no era el niño bueno que decían que era. Mas que celos, tengo preocupación por lo que quiera con Leah.

—Bueno chicos, hoy vamos a jugar contra los Mustang unos de los mejores equipos el entrenador quiere hablar con nosotros en unos 10 minutos, y después tenemos que practicar la jugada

—¿Y las clases?—dije.

—El entrenador ya se encargó de eso, hoy no vamos a tener las últimas dos clases, solo vamos a entrenar.

—Bueno.

Y así seguimos hablando de vez en cuando miraba hacia la mesa de Leah, viendo como se reía con Aaron, y las miradas que se lanzaban. No dejare que idiota de mi hermano le haga algo.

(***)

Leah Blake

Estaba en mi habitación pensando que ponerme, me dirigía al closet hasta que escuche que tocaban la puerta.

—Si Joseph—dije ya con la puerta abierta.

—El joven Dylan la espera en la sala.

¿¡Espera!? Dylan, que hace el aquí.

—¿Qué hace aquí?, bueno ya voy.

Agarre mi teléfono y salí de mi habitación baje las escaleras y me dirigí a la sala donde encontré al pelinegro.

—Bueno me retiro—dijo Joseph yéndose.

—¿Qué haces aquí? deberías estar preparándote para el juego que comenzará en...—vi la hora de mi celular—,1 hora y media.

—Pues, el entrenador nos dejó ir a nuestras casas para bañarnos y prepararnos para el juego, y me dirigía al campo y pensé en venir a verte y saber si en verdad ibas a ir.



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En el texto hay: amor-odio, romance

Editado: 26.07.2025

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