Delayed

Capítulo 6

Issa

Llegar a casa es mi momento favorito del día, mis pies duelen y mi cuerpo no resistiría una hora más sin descansar. Al abrir la puerta lo primero en hacer es retirar el calzado en mis pies, es una costumbre que he tenido desde adolescente la cual mi padre no ha podido conseguir que deje de hacer. Siempre me quito los zapatos o lo que sea que lleve puesto en la puerta principal de la casa para caminar descalza el resto del camino hacia mi habitación o cual sea que fuere el lugar dentro de la casa al que me dirija.

No es que acostumbre andar sin chanclas dentro de casa, es una mala maña de sentir ese alivio en cuanto entro a casa que produce dejar tus pies libre de calzado alguno.

—¡Papá ya estoy aquí! —grito acercándome a la cocina donde suele esperarme con algo de comida para mí.

No está allí como acostumbra y antes de ir hasta su habitación algo llama mi atención en el pasamano de la cocina, se trata de un hermoso ramo de rosas rojas. Papá lo ha puesto en un jarrón con agua para conservarla pero no es el hecho que me sorprende sino a quien pertenece pero la pregunta no logra formularse en mi cabeza cuando ya tengo a mi padre detrás dándome la respuesta.

—Son tuyas.

—¡¿Mías?!

—Tal cual escuchaste. ¿Realmente no le contarás a tu padre sobre el chico que a dejado enamorado de tal forma?

—¡Que dices! Si estoy igual de sorprendida que tú papá, no hay ningún chico.

—¿Ah si? Pues leamos la nota que a traído.

Giro los ojos porque lo más seguro sea una broma de Atara o él mismo, no sería la primera vez que bromean de esa forma. Tomo la nota del hermoso ramo y leo en voz alta para que también escuche.

En pocos días estoy de regreso, necesito verte, es una cita. No has salido de mi cabeza ni quiero que lo hagas. Eliges el lugar y me deja saber.

Al final de la nota está su número telefónico al igual que su nombre y apellido.

—Después de tal declaración yo tú no lo negaría —comenta papá sin dejarme procesar la información.

—¡Papá! Esto no tiene ningún sentido créeme. Ese hombre está demente.

—Así nos llaman cuando se está enamorado —sus comentarios graciosos no están sirviendo de ayuda.

—Dudo que este lo esté y de ser así le tengo pena, no tiene ninguna oportunidad conmigo.

—¿Por qué no? No lo conozco pero el detalle y lo que dice la nota me hace saber que estamos tratando con un caballero.

—¡Es sorprendente como te dejas engañar tan fácilmente papá, ¿qué te hace creer que no se trata de un acosador? Un hombre malo que pueda dañarme —exagero con ademanes en mi diatriba haber si toma algo de remordimiento pero lo que dice a continuación es de infarto.

—¿Por qué? ¿Cómo que por qué? Porque puede que mi hija le haya dado la vagina a un extraño pero nunca a alguien que pueda hacerle daño. Eso lo tengo tan claro como mi nombre.

—¡Papá eres... Aaaah! —es todo lo que puedo decir antes de marcharme a mi habitación.

O si claro, nunca a nadie que pueda hacerle daño. Él no solo me hizo daño, sentenció mi existencia.

Dejo las rosas en la cocina pero me llevo la nota conmigo, no puedo creer que se haya tomado la osadía de hacer esto. Fue solo un revolcón, algo insignificante que no debía pasar y mi única esperanza es que no insista. No pienso escribirle ni mucho menos llamarle, quizás de esa forma piense que se a equivocado de dirección y no vuelve a molestar.

Voy a ducharme ignorando todo lo demás y tras regresar y estar con el pijama puesto, veo a papá entrar a la habitación tras tocar y permitirle pasar.

—Sabes que te amo con mi vida y solo quiero lo mejor para ti —empieza a decir mientras se acerca hasta donde estoy —. Prometo no insistir más pero después de lo que ocurrió fui el primero en alejar cualquier hombre macho masculino que tenía la intención de acercarse a ti sin embargo, creo que es tiempo de despausar esa parte de tu vida. Vive vida mía porque si existe alguien que lo merece eres tú. Si no quieres nada serio bien, te apoyaré siempre, nadie te juzgará porque después de lo ocurrido se vale que no creas en nadie pero sé que en tu interior aún existe ese voto de confianza que se lo entregará nada más que al correcto. Estoy seguro de ello porque los errores a las personas como nosotros no nos destruyen, nos aportan al desarrollo y nos hacen fuertes.

Lo miro con todo ese amor que desemboca mi ser al tenerlo cerca, llevo mis manos hasta su cabello bicolor debido a la edad que empieza a abrazarle para acariciarle. Él sonríe con esos ojos hermosos que tanto me hubiera gustado heredar.

—Gracias papá por siempre estar y para tu preocupación no quiero nada con ese chico. Solo fue algo del momento.

—Bien como tú decidas, ahora lo importante. ¿Sería mucho pedir que hiciera la cena esta noche? —lo dice haciendo esa cara inocente que me roba el corazón.

—Estoy agotada pero por ti soy capaz de todo. ¿Qué deseas cenar el rey de la casa?

—Eres la mejor.

Deja un beso en mi mejilla y juntos caminamos hasta la cocina al ver el ramo de rosas vuelvo a contemplarla y al papá notarlo me pregunta si deseo que la eche a la basura. Respondo que no porque la verdad son muy bonitas y no tienen la culpa de que quien la haya enviado sea un ser no deseable para mí. Empiezo a preparar lo que a pedido mientras me cuenta cómo ha ido su día en el taller. Al terminar ponemos la mesa junto al salmón al horno con bacon y cebolla caramelizada que he preparado para ambos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.