Deliria: Fragmentos e historias de una mente delirante

Tercer relato: Un ángel roto

Y es que tras aquella sonrisa tan hermosa se escondía un ángel, tan roto que se creía inmerecedor del amor de quien fuera.

Un ángel que reía y coqueteaba con todos y nadie a la vez, que jamas involucraba sus sentimientos por miedo a terminar lastimado.

Acostumbrado estaba a las falsas palabras de amor y a las promesas vacías. Él buscaba amor, aunque fuera momentáneo, aunque solo durara lo que el acto carnal, tratando de olvidar sus pesadillas y su dolor que sentía que le atormentaria por siempre.

El placer nublaba su mente cada vez, le ayudaba por efímeros minutos a olvidar su dolor. No importaba cuantas veces fuera tomado, no importaba cuantas veces le prometieran quedarse a su lado, pues nadie lo cumplía.

Él reía, siempre reía, hundiendose cada vez más en su miseria, sin tener a nadie que lograra componer los pedazos de su corazón, de su alma.

Y su amigo no soportaba verlo así, después de las pesadillas, cuando el ángel se despertaba llorando a gritos, temblando, suplicandole ayuda entre sollozos lastimeros, no soportaba ver a ese ángel que se rompía entre sus brazos, ver como se caía a pedazos sin que pudiera hacer nada para calmar su agonía.

Cuando la noticia llegó a sus oídos debería decir que no se lo espero, de verdad quería decir que no. Realmente quería creer que no era cierto y luego ver a Cassiel sonriéndole como siempre, de esa forma tan hermosa y tan rota, sentir los brazos del ángel abrazarle y prometerle que todo estaría bien como en años pasados.

Pero no, las cosas no eran así, su amigo, Cass, aquel ángel tan roto se habia quitado la vida pues al parecer se habia cansado de luchar, se habia cansado de intentar olvidar. El peso en su corazón y sus tormentosos recuerdos habían podido con él.

Miguel siempre habia estado para él, siempre escuchándolo, siempre conteniendolo, guardando sus secretos... Pero no habia sido suficiente, no habia podido salvarlo, no habia podido salvar a su mejor amigo de sus fantasmas.

Ahi estaba ahora, leyendo aquella carta que Cassiel le habia dejado, con lagrimas en los ojos que se derramaban a cada palabra que leía, imaginaba a su amigo sonriendo mientras escribía su despedida, feliz porque al fin tendría paz.

Él se culpaba por todo, él se sentía el culpable de todo lo ocurrido, de que Cass hubiera sido abusado por querer protegerlo a él, que Cass hubiera sufrido tanto... y de que su mejor amigo finalmente habia optado por suicidarse.

"Miguel:

Solo escribo esto porque sé que no podría despedirme en persona de tí. Sé que intentarias detenerme y eso no es lo que quiero. Solo quiero ser libre de cualquier pesar, ya no quiero sentir esa presión en mi pecho al despertar cada dia, ni oír los murmullos sobre mi a mis espaldas, espero que lo entiendas. Sin embargo, no es tu culpa, yo hubiera hecho lo que fuera por protegerte, lo hubiera hecho denuevo si hubiera tenido que, solo para que tu estuvieras a salvo. Aprendiste a defenderte luego de eso, y no sabes lo orgulloso que me hace sentir eso, estoy muy, muy orgulloso de ti, hermano.
Te amo muchisimo, no tienes idea de cuanto, por haber sido el único que nunca se apartó de mí, por haber intentado juntar las piezas de mi alma por inútil que fuera.. Puesto que yo ya estaba perdido.
Siempre estaré en tu corazón, Miguel, te amo.

-Cassiel"

El chico no pudo más, abrazo fuertemente la carta, derrumbándose en el piso, llorando a más no poder, casi sentía que se ahogaba por el dolor que sentía, una gran presión se habia instalado en su pecho. Cassiel nunca le habia dicho nunca a nadie que lo amaba, ni siquiera a ninguno de sus amantes de turno, pero siempre habían sido ellos dos contra el mundo, siempre ellos dos.

Y Cassiel se lo habia dicho a él, al chico que nunca se resignó a abandonarlo, al chico que siempre lo quizo.

Al chico que siempre lo amo, a pesar de todo y nunca se lo habia dicho por temor, ahora era demasiado tarde.

Habia perdido a su gran amor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.