Vinculo

El hecho de saber el nombre de aquello que estaba en mi interior, no me provocaba en ese entonces miedo, sino, curiosidad y a la vez temor, porque todo lo que hablaban de Dios y el Diablo, ahora se que es real y el saber que tengo uno en mi ser, me hace pensar que soy una de las pocas almas desafortunadas de este destino.

- Es fin de semana ¿Haras algo? - pregunto Zaroth

- Am, no lose talvez podría ir a visitar a mi amiga Alexa -respondi.

- Uuyyy, la piel virgen es la mejor de todas más si es de alguien joven.

Me incomodo tal respuesta, que incluso ese día no fui a verla, tenía miedo a que Zaroth tomara posesión de mi cuerpo y le hiciera algo a Alexa preferí quedarme en casa.

- ¿Sabes? Mejor, quedémonos en casa e investigamos que sabe el mundo de ti ¿te parece? - dije nervioso.

- Realmente no me importa lo que tu raza piense de mi, pero por otro lado veamos que han dicho en estos últimos milenios -  respondio mientras reia.

De pronto, una masa negra salió de mi hombro derecho tomando una forma retorcida de mi, era idéntico en físico pero los ojos rojos, delataban al maligno ser y a diferencia de mi, tenía una especie de cubreboca negro y usaba una capucha negra.

- ¿Por qué tan misterioso? ¿Acaso te da pena? - dije entre risas.

- Cuando me viste en el espejo ¿quién fue el que gritó como maricon? Y ten más respeto niño, da gracias a que tu alma sigue en tu cuerpo.

- Lo siento, solo era una broma

- No soy la ramera de Alexa, para que me estés diciendo bromas y ninguno de tus amigos idiotas ¿entendido? - dijo Zaroth muy molesto.

No respondí ante eso, preferiría guardarme mis palabras y empezar a buscar en la computadora.

- ¡Bien! Empezaremos buscando tu nombre ¿te parece bien?

-de acuerdo - respondio.

Al empezar a ingresar su nombre en el buscador, encontraba información de otros demonios, pero nunca de el, lo cual era raro porque comúnmente en internet encuentras todo, ya sea una imagen de un gato eh incluso como hacer que una computadora explote.

- Que raro, aquí no apareces tu o talvez estés aqui, pero con alguno de los otros nombres que me dijiste que tenias

Zaroth se acercó a la pantalla y comenzó a leer.

- Ninguno de ellos soy yo y la gran mayoría de ellos son inferiores a mi - dijo.

-¿Sabes por que no hay algo sobre ti? ¿Como terminaste en esa cueva? - pregunte.

- No tienes la edad para eso, además de eso, no es tu asunto - dijo serio.

Apague la computadora y preferi sentarme en el centro de mi habitación, agarre mucho valor y pregunte:

- ¿Por qué yo? ¿Por qué no has tomado mi cuerpo como otros?

- Porque quiero estar contigo y porque no veo necesidad de tomar tu cuerpo, aún eres un niño ¿qué me harías? Nada.

-¿ Y si voy a la iglesia a exorcizarme? - pregunte.

- Hazlo, no podrán sacarme, incluso si agarras una cruz, no te quemarás o empezare a gritar en agonía, así no funciona esto, niño estupido

- Pero si dicen que no soportan estar enfrente de la iglesia.... ¿eso no debería?.

- ¡ASI NO FUNCIONA! ¡ESTO NO ES UNA PELICULA! - grito.

Cuando dijo eso salió por mi hombro derecho y tomo un crucifijo que tenía en mi pared colgado, su mano empezó a quemarse y soltar humo negro, que tenía un olor a azufre muy fuerte.

- Cuando yo, lo tomo si me causa daño, pero...

En ese momento, me avienta el crucifijo en la mano, espantado lo tomé, pensando que me quemaría, pero fue lo contrario, estaba frio en su totalidad.

- Como no eh corrompido tu alma, eres libre incluso de tomar agua bendita todos los días, además estoy contigo, porque gracias a ti tengo forma física- dijo.

- ¿cómo que forma física?- pregunte.

- Un demonio en toda su vida, jamás a tenido forma física, pero algo en ti, hace que tome una apariencia parecida a la tuya, claro solo que mejor y menos idiota.

Me molesto la forma en como me veía, pero me resulto muy intrigante ¿algo en mi? ¿Que sería? ¿Soy diferente a los demas?, esas preguntas son aquellas que me invadían en ese instante.
Después de eso pasaron los dias, hasta llegar a Lunes.

- ¡Levantante maldita sea! - grito Zaroth.

De prisa desperté, con un brinco.

- ¡¿Qué haces maldicion?! - dije enojado

- Deja de estar soñando estupideces y levantante que ya tienes que irte a escuchar a la vieja esa de tu escuela.

Recuerdo el sueño a la perfección, era yo en medio de una habitación y mi madre en la esquina leyendo, cuando de repente la puerta se abre y se ven dos figuras siniestras sin ojos, hasta ese punto llegue cuando Zaroth gritó dentro de mi cabeza, lo sentí como si estuviera con un megáfono a centímetros de mi oído.

Me bañe, vesti y desayune para ir a la escuela, durante el camino Zaroth me dijo con un tono preocupado, como si len importara.

- Cuidado con lo que sueñas, algunas veces los sueños pueden ser lapsos de la realidad misma.

- Ahora que soy parte de ti, si te pasa algo lo sentiré igual, deseo, amor, tristeza, enojo, todo aquello que los hace humanos.

- ¿Entonces si muero? ¿Tu igual? - pregunte.

-No no, al contrario no te dejaré morir eres especial para mi.

-¿Te importo? - pregunte.

- No basura.!! A lo que me refiero esque contigo me puedo materializar y te considero un trofeo.

Me decepcione por la respuesta, porque apesar de tener amigos yo era el que recibía todo el acoso de mi salón, de todos ellos solo 2 les agradó, me alegraba eso claro, pero eso no quitaba años de acoso por parte de mis compañeros, talvez Zaroth lo sabia, incluso por ser débil esque esta conmigo, sabia que no podría resistirme y solo invento lo de ser especial como excusa.

- Entiendo, bueno quiero pensar mis cosas ¿puedes callarte? -dije.

- ¡Ja! ¿Que pensaras? ¿Como no llorar cuando te ataquen hoy? Awww, pobre niño patético, aprende a enfrentar a tus acosadores o lo haré yo.

- ¿tu? ¿Que haras? ¿Saldras de mi hombro y dirás ¡bu!?