2

—¿Un... ángel?—logré decir.

—Si....el disparo que te dio Charlotte te mató. Pero por alguna razón los ángeles supremos decidieron darte otra oportunidad.—explicó Leah.

Esto no podía estar pasando. Estaba muerta.

— Mamá, necesito que me ayudes a.....—habló una voz a mis espaldas. Era Brook.

—¡Cassia!—se detuvo un momento, como si estuviera en shock. Después de unos segundos, de igual manera a Leah, me abrazó, la diferencia era que Brook tenía lágrimas en sus ojos.—Te juro que pensé que te había perdido.

—Brook, no está viva.—dijo Leah totalmente fría.—Es un ángel.

—¿Qué?—preguntó Brook soltándome.—No,no, eso no puede ser.

Yo no sabía que decir. ¿Debería pedir perdón? ¿Debería alegrarme? ¿Debería llorar?

—Cassia no está preparada para ser un ángel. —dijo Brook a Leah.

—Eso lo sé, pero no hay nada que yo pueda hacer. Es la decisión que han tomado los ángeles supremos.

—Cassia, no te preocupes. Encontraré la manera de recuperar tu humanidad. —dijo Brook mientras me abrazaba.

Todo esto era como un licuado de sentimientos. Estaba sensible a cualquier cosa que ellos pudieran decir.

—Hay que asignarle a una persona. —habló Leah.

—¿Para qué? —pregunté.

—Para cuidarla. Recuerda eres un ángel. Tú misión proteger a alguien. De esa forma obtendrás tus alas.

Ahora entiendo lo que aquel hombre de blanco me dijo. Que tendría mis alas cuando las mereciera. Sin embargo, no creo poder cuidar a alguien, de hecho, creo que lo pondría aún más en peligro.

—Yo no creo poder cuidar a nadie.

Brook se acercó a Leah y le susurró algo en el oído. Ella sólo asintió con la cabeza.

Leah se acercó a mí y puso su mano en mi corazón.

—La persona a la que cuidarás es... Christian.