Denis entre lobos 1

Capítulo 8


En la noche...

A mediados de la noche después de que todos compartimos juntos la cena, me animé en querer hablar con la señora, ella era una escritora fantástica. Supe un poco de ella porque espié cuando conversaba con mis padres, en la mayor tarde, temas extraños para mí que no había escuchado. La señora Helen escribe novelas de terror y misterio bajo un seudónimo. Me preguntaba por qué un escritor esconde su verdadero nombre, pero bueno; son cuestiones personales. La gente suele emitir prejuicios injustificados. Aproveché en un momento que se encontraba sola. Para indagar en mi curiosidad.

—Hola señora Helen tuve curiosidad de algo y vine a conversar con usted — le dije a Helen, ella sonrojó.

Lucía una hermosa sonrisa, al ver su rostro pensé cómo había sido 20 años atrás ella lucía hermosa y se resguardaba en sí misma. Su piel estaba bien cuidada, podría ver que asistía a estéticas y spa. 

—Ven siéntate aquí, vamos a conversar —me invitó a sentarme a su lado. Me aproximé a ella mientras me observaba.

Me senté a pocos centímetros de ella para no tener que subir mi tono de voz.

—Es que... No sé como explicarle. La escuché hablando con mis padres sobre hombres lobos y tuve curiosidad —le expliqué. Me miró extrañada.

—Dime. ¿Qué sucede? —me preguntó.

—Es que hoy vi un joven convertirse en lobo —le confesé.

—¿Qué? ¿Es cierto lo que dices? —me cuestionó sorprendida.

—Sí, señora —le afirmé. La señora suspiró.

«Ojalá que me crea»

—Tienes que tener cuidado hay buenos y malos —me advirtió —. Pero explícame... ¿Cómo es que haz visto un hombre lobo? ¿Dónde?

—Hace horas señora, hoy fui al río con las chicas y vi a un joven convertirse en lobo, me asusté y salí corriendo —le contesté.

—Hiciste bien, aléjate lo más que puedas Denis—me alertó.

Peor hubiera sido si me hubiera quedado allí recordé la noche anterior cuando salí con Coreen a cumplirse su capricho. Tenía que haberla dejado sola a ver si aprende a madurar a su edad debiera de tener un poco más de cordura y medir el peligroso. Cosas que a ella ni le importaba, amaba la noche, prefería salir de noche más que salir de día, así de simple era Coreen.

—Está bien, me retiro señora Helen —me despedí —. No quiero hacer perderle más tiempo tengo cosas que hacer.

Asintió.

Abandoné el lugar, no quise alargar el asunto, era algo sin importancia.

Caminé hacia mi habitación no podía creer que podría existir esos seres. Decidí olvidar el asunto.

Cuando regresé a mi habitación, mi hermana estaba usando la computadora, al verme entrar se detuvo a decir algo.

—Denis ven aquí —me llamó haciendo señas con la mano, me senté a su lado.

«Qué querrá»
«Ojalá que no sea algún mensaje de Max o Julio»
«O peor aún no quiere que se le ocurra querer volver a salir de noche porque si de verdad que le aviso a mamá»

Esperé a que me contestara, esperaba que no me saliera con algunas incoherencias o pedidos extraños. No me podría imaginar ella y yo otra vez caminando por el bosque. Pero si tenía claro lo que le iba a decir si salía con la barbaridad de querer pasear.




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