Denis entre lobos 1

Capítulo 22

 

Ana y Sofía nos miraron a Coreen y a mí confusas. No podían entender nuestras respuestas, o quizás pensaron de que estábamos mintiendo.

—¿No...? ¿Nada de nada? ¿Ni un enamorado? —preguntó Lora —. No sé que pensar. 

—Los enamorados nunca faltan —respondí, bajé mi vista —. Siempre hay uno que otro baboso por ahí. Pero nadie que me pueda atraer, y menos esos que los que quieren es llevarse a una chica por una noche, usarla, y luego desaparecerse como hacen muchos malos hombres.

—Pero... Creo que en tu caso sería bien que salieras más a menudo —me aconsejó Lora —. O sea filtrar por ahí de vez en cuando. Conocer nuevos hombres, el mundo y todo lo que lo contempla. E incluso conocer más del amor, creo que es la parte que te falta por conocer.

—Lora yo salgo a divertirme, es que no vives conmigo para saberlo —respondí —. La vida no es para mí como la vive Coreen, yo vivo el día a día y le doy tiempo a las cosas. Mi tiempo es valioso y no la desaprovecho. 

Luego me levanté y caminé hacia  la ventana. Me quedé mirando a través de la ventana profundamente.

Las chicas continuaron hablando saltando de una cosa a otra. Veía como algo brillaba de lejos, era como una lechuza, en sus ojos brillaban luces de muchos colores. Me llené de curiosidad, no había visto algo así nunca, pero lucía hermoso. 

Tuve curiosidad, quería ir a ver a aquel animal de cerca, después me voltée a decirle algo a las chicas.

—Vengo en un rato —empredí el paso para abandonar la habitación.

—¿A dónde vas? —me preguntó Ana.

—Voy a preparar algo en la cocina —le mentí.

Continué caminando decidida a hacer lo que me me inspiró mi corazón, ninguna dijeron nada con respecto a mi salida, y continuaron conversando.


Abandoné la casa y aceleré mis pasos, llegué cerca de aquel animal era una escena hermosa, me agradó ver aquel episodio, pero no podía embelezarme por mucho tiempo, ya que era de noche y los peligros solían rondar mucho por doquier de boche. 

Cuando me acerqué al lugar para disfrutar de su fantástica escena, un perro grande chocó conmigo, debido al impredecible impacto caí al suelo, tuve un poco de miedo, y busqué con mi mirada a aquel animal que chocó conmigo, cuando al fin pude ver al perro, me percaté de inmediato de que no era un perro, verdaderamente era un lobo y tuve mucho miedo, el lobo huyó, traté de levantarme lo más rápido posible y cuando pude hacerlo emprendí la caminata rápidamente, pero al caminar a unos pasos me pegué un susto un susto nuevamente. Esta vez un chico chocó conmigo de lado. El impacto fue un poco duro.

—¡Uy! Disculpa —se disculpó el joven.

—No es nada, por la oscuridad es difícil ver bien —le respondí amablemente —. Pero lo más importante es que no ha ocurrido nada, como una caída grave o algo así, fue sólo un roce.

—¿Qué haces a esta hora sola por aquí? —me preguntó el joven extraño —. Es raro ver a una chica sola caminando debajo de la luna y la oscuridad entre árboles y arbustos.

De hecho era raro, y en ese momento me acordé de Coreen, a ella le gustaba salir de noche por doquier sin medir el peligro o las consecuencias futuras.




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