Denis entre lobos 1

Capítulo 30


—Quiero conocer a ese joven, Denis, tráelo aquí —dijo Helen —. Digo... Si no sería ninguna molestia o inconveniencia.

Respiré y luego hablé.

Alvaro desde mi perspectiva podría ser misterioso, y los misterios suelen atraer secretos consigo.

—Está bien, lo traeré. Hablaré con él —le respondí —. Pero no te aseguro nada, lo conozco desde hace poco y no sé si él se sentiría cómodo en querer conocer a alguien que yo conozca en estos momentos. No creo que vaya ser tan odioso, pero sería normal sentirse un poco incómodo con una persona que recién se conozcan.

—Excelente y dime ¿cómo están tus padres? —me preguntó muy animada —. Quedamos en realizar un viaje por el Caribe como en los viejos tiempos donde solíamos andar juntos —suspiró —. Ay Denis, recordar es vivir. Me gustaría poder retroceder el tiempo y volver a ser la chica que yo era antes, cuando tenía tu edad. De hecho fue una buen a época.

Me inundó el recuerdo de mis padres y aquella discunción que presencié en la casa de campo. Desconocía el motivo, pero la decepción de ambos fue muy evidente.

—Están peleados, en la casa de campo discutieron por un largo rato. Pues ellos tomaron la decisión de regresar, y como sabes como es mi padre con su casa de campo, decidí regresar con ellos también, me preocupa un poco el cambio que tuvieron — le comenté —. Más adelante; mis amigas, Coreen y yo regresaremos y nos hospedaremos en una casa alquilada. Si tú quieres, puedes ir. Y... Hablando de eso Helen. Siento como por esos alrededores hay cosas raras, es encantador pero misterioso a la vez.

—Te entiendo Denis son tus padres y obviamente te preocuparías por ellos, después puedes planear un viaje con tus amigas —me dijo Helen tomando mis dos manos —. Y en cuanto a mí; me sentiría como una ridícula delante de ustedes que son más jóvenes que yo. 

—Sí, después iremos, y será mejor porque no estarán mis padres —afirmé —. Vine aquí también por algo más. Hace día estoy teniendo sueños extraños y viendo cosas raras en mi habitación cosas fuera de lo normal. Como si yo hubiera estado en un lugar extraño, y en ese lugar, yo hubiera absorbido alguna energía. O si como si hubiera cargado algo.

Helen me miró extrañada y pensativa.

—¿Estás teniendo problemas? ¿O te acuestas pensando en muchas cosas? —me cuestionó —. Quizás ves mucha películas de terror... Suspenso... Misterio...

—Creo que sí, pero; no creo que sea por motivos personales que sueño cosas raras, pero lo que veo no es sueño —le respondí rodando mis miradas —. Parece muy real, es como en el estado que duermes, pero ves y siente. Podría ser parálisis del sueño...

Me miró pensativa, estudiando cada palabra que yo decía. Ni yo misma lograba entender qué era lo que sucedía conmigo misma últimamente. Nada de eso me producía miedo, sino curiosidad.

—¿Qué ves? —preguntó.

—Yo veo luces extrañas en mi habitación, es como si hubiera un portal que se abriera, aveces me parece ver imágenes de lobos, es algo extraño... Aveces en las noche me asomo por las ventanas de mi habitación y veo lechuzas con ojos luminosos e iluminadas, veo lobos afuera de la casa, eso antes no lo veía.

 




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