Justo en ese preciso momento en que yo iba a contestar un taxista se aproximó próximo a nosotros. Medité sobre que decir, y se me ocurrió la idea de bromear un poco antes de darnos un beso.
—No te daré un beso—negué, crucé los brazos y suspiré —. El taxista podría exitarse. Imagínate que suframos un accidente por calentar al pobre taxista. Piénsalo bien Alvaro. Él está justo ahora mismo mirándonos.
—No relajes con algo tan serio —dijo Alvaro sin mostrar expresión alguna.
Me eché a reír y luego vi que Alvaro estaba sonriendo.
—Yo bromeo en cualquier momento Alvaro —recordé que últimamente había visto cosas extrañas —. ¿Alvaro tú crees en los portales?
Me miró extrañado.
—¿Portales? ¿Por qué esa pregunta?
—De vez en cuando me ha parecido ver sucesos extraños... Pero mejor olvídalo no quiero que pienses que te estoy desviando.
—Sigo esperando mi beso.
Sonreí.
—¿En serio? ¿Nada más?
Alvaro me miró sorprendido.
Volví a reír.
—¿Qué has pensado Alvaro?
—No sé a qué te refieres con nada más.
Suspiré.
—Sólo te lo pregunté para calentar un poco las cosas entre tú y yo. O sea cortar con la monotonía. Te muestras tan serio.
—¿Denis quieres algo más que un beso?
Sonreí.
—Cada cosa a su tiempo —cerré los ojos y abrí los brazos —. Ven bésame, muérdeme, cómeme. ¿Qué esperas?
Escuché las carcajadas de Alvaro. No solía ser una chica dulce, era clara pero no tanto como mi hermana. Permanecí en la misma posición en espera.
Se inclinó a besarme.
Despegué mis labios y dejé que su boca se uniera con la mía, sintiendo el olor de su piel, sus latidos y su respiración. Entre veces abría mi boca para ver si el chofer estaba mirando. Sentía un poco de pena por el chofer. Despegué mis labios y en seguida comenté algo.
—Alvaro dime qué sucedió en tu edificio, ¿tomaron alguna solución? ¿Cómo salieron las cosas? —cuestioné. Ah vamos a entrar al taxi, pobre taxista.
Entramos en seguida y le pedimos excusas al taxista de recompensa le di 50 euros por la demora.
Adentro del taxi Alvaro tocó mi pelo acariciándolo con ternura, me miraba con esos ojos verdes iluminados, yo lo miraba con mucha admiración, su rostro era tan tierno y dulce, suspiraba constantemente, era un amor siempre conmigo. Teníamos poco juntos y nuestra química era si nos conociéramos de toda una vida. Luego de durar unos segundos contemplando mi rostro, entonces me respondió.
—Todo se solucionó a tiempo, pudimos conseguir varios plomeros para que solucionaran las averías, hubo una explosión en lo interno del sótano, por donde pasan las tuberías de aguas. Después tuvimos que secar el piso mojado por el agua —me explicó —. Y usted señorita... —acariciando mi cara con su mano izquierda —. Usted ha cambiado el CD. ¿Será qué huyes de algo?
Me eché en carcajadas. De hecho tenía razón, yo trataba de evadir algunas cosas, quería que todo fuera lento. Siempre me había gustado el tipo de romance lento. Cuando pude contenerme entonces procedí a contestar.
—Es que una relación no es sólo de besos y amor, es también de amistad. La amistad es una base sólida para una relación —le respondí —. Me gusta conocer a fondo a las personas.
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Editado: 29.05.2024