—No te disculpes, Lester. Ha sido un mal entendido —le comenté a Lester—. Las cosas suceden porque van a suceder, no podemos evitar las consecuencias de sucesos sobre nuestras vidas.
—Denis —mencionó Coreen.
—Coreen, ¿podrías retirarte? Por favor —le pedí cortésmente, quería conversar un poco con Lester.
Coreen suspiró.
—Bien... Me retiro.
Coreen se movió rápidamente hacia la cocina dejándome a solas con Lester.
—Me preguntó; cuál había sido el motivo del por qué Alvaro había subido a mi habitación, él nunca había estado allí. Me parece extraño su actitud —argumenté pensativa—. Creo que mis padres no están en casa. ¿Sabes algo al respecto Lester?
—No lo sé, Denis —se movió hacia el mueble y se acomodó allí—. Creo que no están en casa. Seguramente se tomaron el día de hoy para salir juntos. De por cierto; tus padres son unidos aunque aveces ellos demuestren lo contrario.
—¿Por qué motivos vives en mi casa?
Lester fijó su mirada en mí sin contestarme. Me imaginé su respuesta.
—Me parece haberte dicho algo al respecto. Por el momento no deseo hablar sobre eso. Puedes estar segura de que yo no te haré daño, ni a ti y ni a tu familia. Tus padres conocen muy bien mi situación, confían en mí y saben que yo nos los desfraudaré.
Puse los ojos en blanco y suspiré frustrada.
—Lester y sus misterios —musité.
—Te escuché Denis —dijo Lester sonriendo.
—Se que puedo confiar en ti. Por el simple hecho de que mis padres te tengan tanta confianza, eso me hace no dudar nada bueno que haya en ti.
Volvió a sonreír.
—Gracias por confiar en mí, Denis.
Nos mantuvimos en conversación por un buen rato, hasta que sentí que me estaba sintiendo somnolienta. Me despedí de Lester cordialmente.
Subí hacia mi habitación, me acosté sobre mi cama sin haberme quitado la ropa, el sueño me había vencido rápidamente y tuve un sueño horrible esa madrugada. Soñé que habían culebras agarrándome por todo mi cuerpo y no podía moverme. Sentía pánico, quería deshacerme, pero no pude por ningún motivo. Cuando desperté de la horrible pesadilla vi que también se estaba presentando en el presente.
Comprendí que no era sólo un sueño, tambien ocurría antes mis ojos. Era una realidad.
Unas culebras me estaban sujetando, tuve mucho miedo, no podía hablar porque tenía la boca tapada. Luchaba por poder escaparme pero no pude, una lámpara que estaba en mi cabeza derecha se derrumbó por la fricción de los movimientos que yo omitía. Al rato entró Lester, al verme se asustó.
—Vengo en seguida —dijo y salió de mi habitación.
Al rato regresó con un cuchillo largo afilado y pudo liberarme de aquellas culebras, salí corriendo de mi habitación. Luego Lester me siguió. Bajé hasta la sala rápidamente aún con el corazón en mis manos.
—Denis eso que viste es provocado por alguien —me aseguró.
—No es la primera vez que me sucede eso —le confesé.
Me miró asombrado.
—¿No?
—De unos días para acá me sucede eso. Aveces estoy acostada y siento que me quitan las sábanas, siento que alguien se me sube arriba, veo lobos por doquier, veo lechuzas —le expliqué.
Lester se quedó pensativo.
—De noche veo cosas extrañas raras —proseguí.
—Tenemos que resolver ese misterio —me dijo colocando su mano sobre mi espalda.
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Editado: 29.05.2024