—Ven, camina conmigo —yo le tendí mi mano a Lester, acepté su invitación e íbamos juntos de la mano.
Caminamos entre el bosque juntos en silencio hacia el objetivo de Lester, pude ver que las luces de algunos animales iluminaba el camino, escuchaba el sonido de algunos animales, luego llegamos próximo a un puente y dejamos de caminar.
—¿Ves? aquí suelen pasar personas desde aquella dirección más a menos a esta hora, cuando veas un auto o un autobús nos vamos a esconder —me explicó Lester—. ¿De acuerdo?
—Sí —afirmé sin entender la situación. Pero supuse que había un motivo.
En un rato vimos a una jeep aproximándose y nos encondimos detrás de unos matorrales. No entendía el por qué de eso pero le seguí la corriente a Lester. Luego de un rato medio vi a unos lobos que salieron desde unas granjas hacía la calle y se engancharon en la jeep, saltaron a una velocidad que lograron caer encima.
—Wow —emití sorprendida—. Pero que veloz e inteligentes son esos lobos, temo que algo malo vaya a suceder. O mejor dicho; está sucediendo.
El conductor chocó con un póster de luz, debido a que no podía mantenerse en marcha, los lobos se tiraban con fuerza al cristal para romperlo, e impedían la visualización de la calle para aquel tripulante, cuando aquellos lobos pudieron romper el cristal, entraron hacia el auto y vimos que devoraban al conductor y a dos personas mas que iban adentro se escuchaba los gritos de las personas. Pero para ellas era inútil escaparse.
—Lester que horrible —sollocé —. No quiero ver más. Creo que tendré pesadillas por lo que he visto esta noche. Ojalá que no.
Aparté mi vista del cristal, luego Lester me miró y puso su mano sobre mi espalda.
—No veas pero no nos iremos aún —pronunció Lester—. Aún hay cosas que tienes que ver. Entenderás el motivo del por qué te traje aquí y de seguro me lo agradecerás, aunque no entiendas en este momento el motivo a este lugar; más tarde lo entenderás. Es algo fuerte, Denis. Y lo último que tienes que saber te dejará muy sorprendida. Tan sorprendida que no querrás ver a una persona.
Ahí nos quedamos por largo rato escondidos, yo evite mirar aquella escena horrible que estábamos presenciando. Y los lobos continuaron devorando a más gente que iban a bordo.
Suspiré.
—Que valor tienes, Lester. Es un acto muy descabellado el que estás viendo.
—Aveces la vida te pone a ver cosas que no las esperas. Además ya he visto esto antes. Y obviamente yo no hago lo mismo que ellos.
—Se podría decir que sí —me giré a espaldas de las gramas delantera quedando cerca de Lester—. Esas personas no llegarán a sus respectivos hogares hoy.
—Todos los días mueren personas a diario, son sucesos inevitables, pero tranquila quizás no vuelvas a ver algo parecido a molesta sucediendo a distancia de nosotros.
—Se me quitaron las ganas de comer.
Escuché una risa leve de Lester.
—No te rías, Lester es en serio.
—Es que se te quitarán las ganas de vomitar mas tarde, Denis. Y querrás comer algo. Eres muy comelona.
Rodé los ojos.
—No sé Lester, no lo sé.
Durante unos minutos permanecimos en silencio.
—Ahí está Alvaro entre ellos —mencionó Lester.
Me quedé paralizada y extrañada.
«¿Qué?». «¿Alvaro?».
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Editado: 29.05.2024