Capítulo 78

—Justo como me lo imaginaba, Coreen y Lester en el patio. Espero que mis vecino no mal interpreten esa amistad. Ya que hacen preguntas muy profundas.

Me aproximé hacia los mejores amigos rápidamente. Cuando llegué hacia ellos, fijé mis ojos en Coreen para comunicarle lo que ella me había dicho.

—Coreen —mencioné, colocó su mirada en mí—. Mamá y papá me encargaron a ti, se acaban de ir por unos días a La Merciana. No sé con qué motivos. Espero que no abuses de mi confianza e intentes hacer algunas de tus acciones que sólo te ayudan a hundirte más. El hecho de que ellos no estén aquí no significa de que tú puedes hacer lo que te de la gana.

Coreen y Lester se sorprendieron. Luego coloqué mis ojos sobre Lester.

—Y en cuanto a ti... Espero de que no vayas a apoyar a todo lo que a ella se le ocurra —lo advertí señalándolo con mi dedo.

—Vaya dictadura. Yo no apoyaría a Coreen en cosas malas, Denis —se expresó Lester riéndose—. Eres genial, Denis. Pero no es para tanto, no te preocupes. Yo te ayudaré a domar esta fiera, si llegó a ser necesario.

—¿Le vas hacer caso a esta aburrida? —cuestionó Coreen codeando a Lester.

—Vamos, Coreen tú eres irrespetuosa de vez en cuando. Debes de ponerle un poco de atención a lo que dice tu hermana. Nada de cosas raras.

Coreen rodó los ojos y respiró profundamente.

—Lo intentaré —pronunció Coreen de mala gana.

Al ver que ninguno de los dos decía nada, me animé a proseguir.

—Coreen, dile a Elías que venga a pasarse un rato con nosotros —le sugerí a Coreen.

Lester sonrió le pareció buena idea. A mí el dulce porque así me sería más fácil lidiar con Coreen y su mal carácter.

—Mi novio está en Suiza visitando a sus padres —comentó mirándonos a ambos —. Pero se me ocurre una buena idea, podemos organizar una fiesta. 

—Coreen —mencioné sin ganas—. No estoy para fiestas, por favor. Ve a donde tú quieras pero no pidas que hagamos una fiesta. 

—No seas aguas fiestas —me reprochó Coreen.

Dos días después...

Coreen nos convenció a Lester y a mí de realizarle las compras de su fiesta, al final tuve que aceptar porque no me dejaba en paz con esa idea. Cando todo estaba listo decidí subir hacia mi habitación. Lester decidió acompañarme, desde arriba se podría escuchar la música y el murmullo de la gente. Al rato recibí una carta, me extrañé muchísimo, una joven que yo desconocía me la entregó.

—¿Una carta a esta hora Lester? 

—Vamos, ábrela —me incitó Lester a abrirla.

La abrí sin tener la mínima idea de donde y de quien procedía, decidí leerla en voz alta.

Para: Denis

Querida Denis:

En estos momentos probablemente no querrás saber nada de mí, pero sé que tú corazón; no. Te escribo esta carta porque no tengo valor de decírtelo a tu cara. Te pido perdón por las palabras que te dije, si en tu corazón está perdonarme está bien y si no; está bien. Denis no pudimos vivir un romance pleno como yo quería, yo te amo y es de verdad. Tú ausencia me está matando pero es algo que debo de aceptar. Por lo que viste hace días dudo que querrás saber mí. Me alejo de ti y te dejo vivir. En estos momentos cuando leas está carta ya yo no estaré. Porque he decidido vivir en Inglaterra. Sí, estoy en Inglaterra. Me despido con mucho amor y dolor. Te amo y te extraño.

Atentamente: Alvaro.