Denis entre lobos 1

Capítulo 80


Días después...

Mamá y papá decidieron pasar más tiempo juntos y extendieron sus vacaciones por más días. Coreen estaba como siempre de rebelde y la dejé en cargo a Lester, como eran tan amigos quizás con él las cosas iban a ser más suave, ella solía escucharle a él más que a mí. Solía llegar tarde, no quería decírselo a mis padres porque no quería causarle problemas. Además de que les advertía a sus amigos, conocidos y vecinos que me contaran todo lo que ella hiciera, pero sobre todo que la protegieran. Me la imaginaba siendo mayor de edad y me producía dolor de cabeza.

—Lester no sé, pero el comportamiento de Coreen últimamente no me está gustando, ella es menor de edad y está muy gobernativa, se aprovecha de que mamá y papá no están en casa —le expliqué a Lester con rabia—. Y tú debes de ser más rígido con ella, si le llegara a suceder algo podríamos tener problemas bastante serio. Imagínate a mis padres reclamándonos porque le permitimos hacer lo que ella quisiera. Sin embargo ella se ha descartado en estos días más de la cuenta.

—No arruines el viaje de tus padres pero tampoco no descuidemos a Coreen —se expresó amablemente—. Acuérdate de que ella está viviendo la etapa de la adolescencia y como lo sabes muy bien, los adolescentes cometen muchos errores, no piensan las cosas antes de hacerle. Simplemente se lanzan a aventuras sin medir las consecuencias.

Inhalé y exhalé aire profundamente.

—Algo tenemos que hacer y es ya —le aclaré a Lester—. Las cosas se pueden evitar a tiempo, yo no pienso callar toda una vida sobre lo que ella hace. Delante de la familia suele ser una cosa pero cuando da la espalda hace otras cosas. Temo a que pueda suceder algo malo en el futuro. No se puede apoya demasiado. Todo tiene su límite.

De pronto sonó el timbre de la casa, me movilicé a abrir la puerta, cuando la abrí me quedé pasmada al ver a aquella persona que se encontraba frente a mí y perpleja por lo que vi. No lo podía creer. Tenía tanto tiempo que no veía a Max y eso me parecía extraño. Llegué a pensar que podría estar allí por molestar o no sé que.

—¿Qué haces tú aquí? —inquirí con una ceja alzada y sorprendida. ¿Eh?

—Perdón por no avisarte, Denis. Pero es que mi vida es un desastre, ya no aguanto más estar sin, por favor perdóname —me suplicó Max, a mí me pareció un poco cómica la escena—. Creo que por el tiempo que tuvimos juntos, debemos de darnos una oportunidad. Yo en verdad he cambiado bastante e inclusive me he reconciliado con Dios y tengo la fe de que tú me perdonarás algún día. Eres buena y bondadosa.

Después de tiempo quería perdón que buen chiste, me acabó de amargar el día.

—No me interesas, así que lárgate de mi casa, te perdono sí, no volveré contigo nunca más —me expresé enfadada. 

Se arrodilló ante mí en busca de un perdón y me lo pedía una y otra vez, suplicándome. Lester se quedó mirando el espectáculo que estaba Max haciendo.

—Lo siento, pero ya no estoy para ti —le dije.

Siguió pidiéndome perdón sin parar y cuando vio a Lester se compuso. Al parecer sintió vergüenza.




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