Día después...
Coreen se había estado moviendo de un lugar a otro constantemente y se veía que estaba aburrida. Yo gozaba por dentro porque Lester le había impedido salir de la casa hasta que nuestros padres llegaran.
—¡Me quiero morir! ¡ Me tienen encerrada aquí como si fuera una loca! —gritó histérica.
Me reí abiertamente para que ella lo notara y clavé mis ojos en ella. La observé enojada, le vi su rostro colorada.
—Tú, Denis —intensíficó la vos señalándome con el dedo índice—. Eres la culpable de todo esto. Le envenenaste la mente a Lester. Sabrá Dios que le habrás dicho.
—Yo no soy la que te ha castigado —le aclaré y me moví de donde estaba dejándola sola.
—¡Denis! ¡Estoy aburrida! ¡Permitánme aunque sea realizar una fiesta aquí!
La ignoré por completo y continué mis pasos hacia mi habitación, una vez allí arriba en el pasillo escuché el sonido de una cascada, me pareció extraño pero luego llegué a la conclusión de que podría ser de alguna televisión. Antes de llegar a mi habitación continué avanzando mis pasos y me dirigí hacia la de Lester. Abrí la puerta y me topé por sorpresa lo que estaba viendo.
—Wow que hermoso —me aproximé hacia la pecera que Lester tenía adentro—. ¿En qué momento Lester compró esto?
La pecera era bien extensa, con diversos peces adentro. Luego de admirar aquello abandoné aquella habitación y llegué a la mía. Mas tarde Lester llegó a mí con Coreen detrás de él.
—¿Podrías retirarte Coreen? Necesito conversar algo con tu hermana —le pidió Lester a Coreen.
—¿Y por qué no puedo estar? —refutó Coreen—. ¡Por qué siempre me excluyen!
Se movió enojada dejándonos solos. A mí eso no me importaba en lo absoluto.
—Démosle una oportunidad de por lo menos realizar otra fiesta —sugirió Lester—. Creo que no vendría mal un poco de alegría a esta casa.
—Muy bien mientras eso se haga yo no estaré aquí.
Lester me miró sorprendido.
—¿Qué estás diciendo?
—Supervísala tú. Yo no pienso hacerlo.
Suspiró frustrado.
—Que demonios voy hacer con ustedes dos —se expresó frotándose la cara con la mano—. Ustedes verdaderamente son difíciles de lidiar.
—Paciencia, Lester. Paciencia.
—Y... ¿A dónde piensas irte si se llega a realizar la fiesta? No me digas que te irás. Sea como sea necesitaré de tu ayuda en algo.
—No lo necesitarás Lester.
—Yo digo que sí.
—No, Lester.
—Sí, Denis.
—¿A ver cuál sería la razón principal por lo que yo debería quedarme?
Pensó un poco antes de responder.
—Las féminas —me respondió en un hilo de vos.
Me sorprendió su respuesta y sentí ganas de reír, no lo pude evitar y estallé.
—¿Te ríes? Podrían... Acosarme... Yo no quiero quiero que me dejes solo con... —protestó mientras me reía—. No confío en esta nueva generación que... Yo podría sonar ridículo o cobarde, pero de verdad no quiero tener contacto con esas chicas.
—¿Tuviste algún incidente con alguna fémina cercana a Coreen? —cuestioné luego de componerme.
—No.
—¿Entonces?
Rodó los ojos Lester.
—Hagamos algo, Lester. No hagas ninguna a fiesta a Coreen. Déjala quedarse un día con sus amigas mientras que nosotros podríamos aprovechar ese instante e irnos a una disco.
—¿Segura? —cuestionó dudoso.
Asentí.
—Cómo tú digas, Denis.
—Ven, vamos a escuchar música.
Se acercó a mí sin dudas, coloqué música mientras nuestros oídos se deleitaban escuchando la voz de Adele.
Final del libro I .....
El segundo libro está publicado.
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Editado: 29.05.2024