Denis entre lobos 1 (libro 1) Serie: Denis

Capítulo 33


—Por simple curiosidad mamá —le respondí rendida porque sabía que no me iba a responder—. Ya olvídalo mamá. Muchas gracias por contestar. Eres muy amable.

Me levanté de la silla porque sabía que no iba a tener respuestas por parte de ella y caminé hacia mi habitación. Mamá no quería decirme, ignoré el hecho, me quité la ropa, tomé un baño, me sequé, proseguí vestirme y me dirigí a la habitación de mi hermana, estaba frente a su computadora como siempre.

Al verme me sonrió, me pareció extraña. Si hace poco se molestó por una simple pregunta y como si nada me sonrió. 

—Ven aquí —me llamó no supe para que. 

Avancé mis pasos hacia ella para saber que quería. Sus cambios de humor eran verdaderamente extraños. 

—Denis mañana te presentaré a mi novio, vamos a la plaza Mur —me invitó a salir con su novio —. Se llama Elías, te encantará es un encanto —me dijo emocionada. 

Sonreí al escucharla, me sentía bien al ver que ella era feliz. Y que por fin se abrió un poco a mí.

—Y yo estaré encantada también —le comenté animosamente —. Al parecer no es como el último novio que me presentaste, un tipo tan extraño. No sé de dónde rayos lo sacaste.

Su rostro de repente cambió a un tono más serio. Por ese motivo discutimos un poco, el tipo resultó ser un tipo de mala vida. Pero la dejé que ella misma se convenciera por sus propios ojos.

—Denis —pronunció pausó por unos segundos luego continuó —.
¿Aún eres virgen? No lo dudaría.

La miré por unos segundos, luego miré a otro lado y me quedé pensativa. Mi hermana me había echo esa pregunta, no sabía que contestarle, yo aún permanecía virgen, intacta al contacto de un hombre. 

—Soy virgen, ya lo sabes y no quiero opinión sobre eso —le respondí rápidamente —. Así que, ni necesitas preguntarme eso. Tampoco quiero que me presiones. Las cosas surgen cuando tengan que surgir, no cuando otro quiera.

Coreen abrió la boca y enarqueó una eja. Por su expresión noté que no lo podía creer. Pero eso ya yo se lo había dejado claro antes, quizás pensó en algún momento de yo estaba bromeando. 

—¿Acaso haz dudado de mí? —le pregunté —. De ti no es de sorprender. Tus salidas a media noche y tus llegadas sumamente tarde lo dice todo. Y no sólo eso, podría asegurar de que tú asistes a discotecas. Le ruego al Señor de que no andes en malos pasos. 

Coreen me miró molesta. 

—¿Acaso me estás diciendo de que yo soy drogadicta? —refutó Coreen.

—No es para que te enojes Coreen, eres muy agria y agresiva —le aclaré —. Supongo.

—Pues supones mal Denis.

—Nada de ti me sorprende hermanita. 

Resopló frustrada. 

—Me gustaría si fuera posible llevarte a hacer un análisis de sangre. 

Coreen se movió rápidamente, alcanzó una almohada y me tiró. 

Reí.

—Coreen la drogadicta —bufé. 

—¡Y tú una alcohólica! —me señaló. 

—Tú eres la novia de Chuky —me reí. 

Coreen continuaba molesta, y yo disfrutaba ese momento.

—¿Cómo será tu Chuky? —le pregunté curiosa —. Muéstrame una foto. ¿Tendrá el cabello rojo?

—Lo sabrás cuando lo tengas al frente.

—¿En serio, ni siquiera una foto? —insistí curiosa.

Negó rotundamente.

Y rápidamente cambié de tema porque Coreen se estaba tomando las cosas muy en serio.




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