Denis entre lobos 1 (libro 1) Serie: Denis

Capítulo 37


Pasé un buen rato observando el vecindario, no vi a nadie más por las calles. Al recordar a Alvaro, me traía alegrías y sólo eso bastaba para que yo me sintiera feliz. Aveces me sentía como una estúpida, cuando en mi surgía vibraciones por todo mi ser al recordar a Alvaro.

Me acerqué a un parque cercano y me senté en un banco desolado. Al poco rato visualicé a alguien que se aproximaba a mí.

«No puede ser».

Tulio mi ex novio se aproximaba hacia mí. 

Se sentó a mi lado. 

—¿Podemos conversar? —preguntó. 

—Que no sea nada de que volveremos.

Estábamos en el banco uno al lado del otro mirando hacia el frente.

—¿Qué ha sido de ti Denis? 

—Lo mismo de siempre. Tú conoces muy bien mi vida.

—Qué bien. Yo por casualidad anduve por ahí y decidí venir aquí. Casualidad de la vida de que nos volvimos a encontrar. 

—Así es, no te volví a ver después de que te atropellé Tulio. 

Accidentalmente cuando iba a una fiesta a sacar a mi hermana por las greñas, tuve la mala suerte de atropellarlo, pero yo por maldad le dije de que fue intencional. 

—No me acuerdes ese momento.

—Fue accidental —reí. 

—No, tu hermana te indujo —contradijo —. Creo que en verdad no fue intencional de tu parte, lo tomé como celos porque me había desaparecido con mis amigos.

—¿Celos? —alcé una ceja —. Nunca tanto Tulio. 

De un momento a otro empezaron a caer gotas de agua, me levanté inmediatamente y nos despedimos. Llegué hacia la casa de una amiga cercana y me quedé ahí en lo pasaba la lluvia.

Después de un buen rato regresé a mi casa, e inmediatamente subí las escaleras para ir hacia mi habitación, me sentía un poco agotada por la caminata, cuando llegué a mi habitación, quité los calzados de mis pies, y me recosté sobre mi cama.

Como a las doce del medio día, tenía un dilema si levantarme o no de la cama. Y al final decidí quedarme ahí. 

—¡Denis! —me llamó mi mamá.

Me levanté lo más rápido que pude. Salí de la habitación, bajando de las escaleras contesté.

—Voy bajando mamá.

Vi a mi mamá en la sala, al lado de alguien, miré confundida y sorprendida, había visto a ese muchacho antes, me acerqué a la sala con grandes dudas en mi cabeza. Visualicé las maletas que se encontraban en el suelo.

—Aquí estoy mamá —me quedé cerca de la entrada mirando hacia adentro. Se encontraban en la sala de estar.

Mi mamá voltió a mirarme.

—Denis vamos a tener un nuevo huésped, por favor prepara una habitación para él —me ordenó, asentí e hice lo que ella me pidió.

En el camino iba analizando: «Por qué ese chico estaba por la casa de campo». «Por qué está aquí». Me parecía extraño y como no me habían dicho nada, no pregunté, pero proseguí. Busque la habitación más cercana y la preparé cuando terminé le comuniqué a mi mamá de que había terminado.

También me ordenó llevar al muchacho a su habitación, pues no aguanté la curiosidad y me lancé a lanzarle preguntas cuando llegamos a su habitación.

—¿Por qué te quedarás hospedado aquí? —le pregunté.

—Mi tía me mandó a vivir aquí, ella regresó con su esposo y se fue del país —me respondió amablemente —. Pues no tengo donde quedarme.

«Wow».

—¿Pero quién es tu tía? —le pregunté.




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