Denis entre lobos 1 (libro 1) Serie: Denis

Capítulo 41


Yo llegué primero al lugar de destino, Alvaro llegó un poco después. Me quedé observando el lago que estaba cerca y me aproximé a el para apreciar la naturaleza. Aprecié cada detalle, cada segundo mientras estuve sola. Cuando le encontraba cerca de la naturaleza, yo sentía una conexión especial.

—¿Significa algo para ti esté lugar? —me preguntó Alvaro.

—No, simplemente me gusta venir, es un punto de inspiración —le respondí pensativa —. La mente se vuelve a conectar cuando te acercas a un lugar donde esté la naturaleza y tú. No sé si piensas así como yo. Cada ser humano es un mundo.

—Realmente no pienso nada distinto a ti por el momento —me contestó —. Yo también suelo visitar los lugares donde la naturaleza es la protagonista. Lejos de las personas tóxicas que nos rodean.

—Sí, vivimos rodeados de personas tóxicas.

Nos quedamos silenciados por unos segundos contemplando el lugar uno al lado del otro. Alvaro de un momento a otro rompió el hielo.

—Denis eres una chica muy especial para mi, te lo he dicho muchas veces, yo no perdería una oportunidad en conocerte mejor —lo miré mientras sentía y mi corazón latía a gran velocidad —. Me miro a través de ti y me veo a mí. Aunque hay cosas que no somos del todo igual, o no estamos de acuerdo. Pero las personas dicen que en la imperfección esta la clave en donde uno se conoce realmente. No busca una persona perfecta, sino una persona a la cual sea acorde a mí y que nos podamos llevar bien.

No supe que decir en ese momento, las palabras no me salían para conversar, no supe por qué. Me sentía ansiosa y nerviosa a la vez. No entendía del todo lo que me ocurría. Pensé en ir al médico o era un simple choque de estado emocional.

—Mira yo... —pausé tratando de mantener la cordura y poder hablar perfectamente —. Prefiero decírtelo que a que me pueda arrepentir en un futuro, no quisiera callar nada en este momento —respiré profundo para continuar —. Yo creo que estoy enamorada de ti.

Alvaro giró su cara hacia a mí con asombro y una sonrisa de oreja a oreja. De hecho era muy notable de que le había agradado lo que yo había dicho. Sentí paz conmigo mismo porque saqué de mi misma algo que tenía que fluir, o sino mi corazón se iba romper en dos. 

—Yo no creo que este enamorado de ti, yo estoy enamorado de ti Denis —me confesó.

Hasta que al fin me había dicho lo que yo había suponido desde siempre.

—Eso lo sé, me di cuenta desde el primer día que te vi —le comenté mirando hacia al frente —. Nosotras las mujeres tenemos el sexto sentido desarrollado y nos damos cuenta de las cosas sin tener que decírnolos. Cuando ustedes quieren decirnos algo, have tiempo que ya tenemos la respuesta.

—Yo también digo lo mismo de ti —opinó Alvaro —. No sé cómo le diría, yo le llamaría; percepción. Muchas veces el corazón habla por sí solo.

—Hay cosas que tienes que contarme —le advertí —. No es nada grave, lo hablaremos con pausa.

Alvaro me miró perplejo, no sabía a qué yo me refería y dejé ese tema en el aire.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.