Denis entre lobos 1 (libro 1) Serie: Denis

Capítulo 48


Lester se acercó a mí, caminando a paso lento mirándome a los ojos, mis ojos se quedaron clavados con los de él. Ya le había dicho de que era muy sexy, pero esperaba a que no confundiera las cosas. Lester pausó sus pasos a pocos centímetros de mí.

—¿Ya se fue tu novio? — me preguntó.

—Sí, casi ahora —le afirmé —. Tuvo que irse porque ocurrió un incidente en el edificio donde él vive. 

Sentí que ese era el momento para que Lester me explicara algunas cosas raras que me había dicho anteriormente.

—¿Me podrías explicar algunas cosas que me haz dicho por favor? —le cuestioné —.  No entiendo las cosas que me haz dicho, me hablas con extrañezas, emites comentarios raros, como si conocieras cosas de mí.

Enarqueó una ceja, entre el silencio de ambos sólo nos mirábamos. Y yo no dejaba de mirar aquellos ojos enigmáticos y sus labios carnosos.

—Te explicaré según vayas entendiendo las cosas, te preguntarás por qué te suceden cosas extrañas y por qué te digo que hay algo que está a tu alrededor que verdaderamente no es lo que crees —me respondió rápidamente —. Te aseguro que nada ocurre por casualidad todo tiene un razón de ser. Si no te digo las cosas directamente es por que hay cosas que no me corresponde decírtelas. No soy quien para meterme en tu vida, no es el momento y ni la hora de saberlo.

Me quedé atónita; «¿Qué diablos estaba diciendo este tipo?». 

«¿Qué es lo que tanto sabía de mí?».

Llegué a pensar de que Lester podría leer mis pensamientos o no sé qué. Pero su proceder era muy extraño, era evidente que sabía cosas de mí y yo no conocía las razones. 

Miré al suelo, me recogí el cabello en esa posición y tomé impulso para hablar. Luego volví a mirarlo.

—Lester ahora sí me estás asustando, realmente no me explico como sabes de que me han sucedido cosas extrañas, yo sólo he consultado eso con una sola persona —miré sobre su hombro —. Me explicarás quieras o no. No podría seguir con las dudas. Ni siquiera conozco tu origen, a penas llevamos días conversando y conociéndonos. Y de verdad el día en que tú te apareciste por la cabaña, me pareció muy extraño, pero no pienso hablar sobre ese día. Lo que quiero es que me cuentes todo lo que sabes de mí, por favor.

—Piensa desde cuando te suceden cosas extrañas, podría asegurar que no haz hablado con sinceridad, haz entrado en tu vida algo que te ha hecho ver y escuchar cosas fuera de lo común —me aclaró seriamente —. Exprésate tú. ¿Será que me podrás confesar algunas cosas que estas viviendo? ¿Quieres alguna sugerencia? ¿Te aclaro alguna duda? De mi parte no tienes por qué tener, soy todo oído para ti. Puedes confiar en mí ciegamente. Yo puedo ser tu amigo o tu confidente.

—Estoy segura de que tú sabes cosas que yo no sé —le dije observando sus ojos —. No quieres decírmelo aún sabiendo de que ando buscando una respuesta. Eres tan misterioso Lester —respiré meditando algunas dudas que me rondaban por la cabeza —. Una vez más insisto de que por favor, me digas todo lo que sabes. Tú puedes ayudarme a entender, pero lo que buscas es que yo adivine.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.