Denis entre lobos 1 (libro 1) Serie: Denis

Capítulo 54


Mis expectativas para escuchar a Lester eran más grandes que las ganas que él tenía de conversar. Quería hablar pero al parecer no sabía cómo coordinar las ideas.

Bajó su cabeza y se quedó observando al piso.

—Denis, eres una chica buena lo puedo percibir y creo que tienes que saber algo al respecto, necesito que me acompañes para que veas de qué y quién se trata —planteó, al momento me pareció extraño y decidí seguir escuchándolo —. Si no quieres ir, pues no vayas, está en tu decisión de decidir. No puedo obligarte, pero te aseguro que es la única manera de que puedas darte cuenta de algo que aunque no lo creo me preocupa un poco.

Lo observaba mientras hablaba de hecho no me negué a acompañarlo. Al contrario me pareció interesante, si él lo decía era porque en verdad era real, él no tendría por qué mentirte.

—De acuerdo si esa es la vía está bien te acompañaré —musité sin dejar de mirarlo.

Mientras Lester continuaba cabizbajo, yo lo observaba con admiración. No me caía mal, sólo no me gustaba su misterio. 

—Aún no entiendo el misterio el misterio de tu llegada a esta casa —pronuncié mientras lo observaba —. Sin embargo, no tienes que darle explicación alguna, tú y mis padres sabrán. 

—¿Parezco confiable para ti Denis?

Por unos segundos pensé antes de contestar.

—Por lo visto en el momento, creo que sí. 

—¿Y qué opina tu hermana?

En ese momento me eché a reír. Lester no podía saber lo que mi hermana pensaba de él.

—¿Por qué te ríes Denis?

—No me mal interpretes, mi hermana piensa lo mismo que yo de ti, sólo que en su forma particular. ¿Sabes que me gustaría Lester? Que fueran amigos entrañables, Coreen necesita de alguien que la aconseje, y ese alguien no puede ser yo, ya que ella no es muy abierta conmigo.

—Me parece buena chica.

—Lester todavía no la conoces bien, Coreen es muy rebelde y le gusta hacer lo que quiere sin importar nada. Yo a mis padres le he ocultado muchas cosas sobre ella. Aveces pienso que sería mejor hablar, pero lo omito porque no quiero que me odie luego.

—Tengo tiempo para conocerla y a ver que puedo hacer por ella. 

—Ojalá que no choquen nunca.

Me levantéé del sofá para cambiar de la rutina, prendí mi computadora y toqué música. Lester continuaba sentado en mi cama. No parecía molestarse por mi cambio.

—¿Te gusta ese tipo de canción? —le pregunté curiosa.

—Sí, de ese género en especial —me respondió y luego sonrió.

Retorné a sentarme en el sofá de mi habitación, permanecimos callados por un buen rato. Mis oídos se deleitan al escuchar música mientras mi imaginación volaba.

—¿Te molesta si me quedo otro rato más? —me preguntó alzando su cabeza y mirándome.

—No me molesta, al menos que digas alguna tontería —le respondí seriamente mirando hacia la ventana próxima.

Se quedó mirándome como estudiando mi mente y yo desvíe mi cabeza a un lado porque no quería cruzar mis ojos con los de él.

—Eres muy hermosa, me imagino que tienes muchos admiradores, tus ojos son electrizantes y atractivos, muchos hasta peliarían por ti —supuso.

—Pelear; no. Pero si enemistades —contesté con la cabeza desviada.




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