—No te disculpes es un mal entendido —le comenté a Lester.
Subí a mi habitación, me acosté y tuve un sueño horrible. Soñé que habían culebras agarrándome y no podía moverme. Cuando desperté vi que también se estaba presentando en el presente.
Unas culebras me estaban sujetando, tuve mucho miedo, no podía hablar porque tenía la boca tapada. Luchaba por poder escaparme pero no pude, una lámpara que estaba en mi cabeza se la do derecha se derrumbó. Al rato entró Lester al verme se asustó.
—Vengo en seguida —dijo y salió de mi habitación.
Al rato regresó con un cuchillo largo afilado y pudo liberarme de aquellas culebras, salí corriendo de mi habitación. Lester me siguió. Bajé hasta la sala.
—Denis eso que viste es provocado por alguien —me aseguró.
—No es la primera vez que me sucede eso —le confesé. Me miró asombrado.
—¿No?
—De unos días para acá me sucede eso. Aveces estoy acostada y siento que me quitan las sábanas, siento que alguien se me sube arriba, veo lobos por doquier, veo lechuzas —le expliqué.
Lester se quedó pensativo.
—De noche veo cosas extrañas raras —proseguí.
—Tenemos que resolver ese misterio —me dijo colocando su mano sobre mi espalda.
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Editado: 11.04.2024