—Lester —mencioné —. Se te olvida datos de mí.
Voltió a mirarme y habló apuntándome con su dedo índice.
—El primer dia que te vi, te asustaste ¿lo recuerdas? — me hizo recordar aquella escena.
—Sí... —afirmé —. Pero ese momento era algo obvio.
Llegamos en un rato bien largo era un lugar apartado, el taxista sintió miedo, lo veía en sus ojos.
—¿Están seguros de querer quedarse aquí chicos? Este lugar parece aterrador, muy desolado y muy pocas casas —mencionó el taxista.
—No se preocupe señor, estaremos bien, conozco muy bien este lugar —le respondió Lester al taxista tocando su hombro.
Lester prosiguió a pagarle y yo me paré a mirar el ambiente cuando Lester salió del auto le dije lo que opinaba del lugar.
—El lugar es bonito pero... —pronuncié —. Matan a una persona y no aparece, las gramas son muy altas, no sé como es que hay casas por aquí.
Lester me hizo una seña de que lo siguiera.
—Por aquí habitan los hombres lobos ¿No sientes su presencia? Pero descuida no te pasará nada andando conmigo —me aclaró —recuerda que yo te protegeré mientras estés a mí lado.
Con él me sentía segura y sí; yo confiaba en él. Me tendió su mano para que camináramos juntos.
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Editado: 11.04.2024