Capítulo 5

—¿Qué? ¿Acaso no te comerías a un tipo guapo como yo? —cuestionó —. Lo dudo.

—En estos momentos no pienso en nada que no sea mi futuro, yo —interrumpió.

—Tus planes a futuro no te dañaría una tierna compañía como yo, podemos ser lo que tú quieras.

Aparté su rostro cerca de mí.

—No te creo nada, tú tienes muchas novias, amantes... O como les diga —le aclaré —. Además eso de andar besando a muchas chicas de esta empresa es al de ti que no me gusta. Imagínate que te peguen una enfermedad en los labios o una de transmisión sexual.

—Denis la gente habla y dicen las cosas como no son —se defendió.

—Y creo que nosotros... —pausé, el ascensor llegó al piso seleccionado y salimos juntos —. Nosotros no vamos a mezclar trabajo con enredados de amoríos ¿De acuerdo?

—No aceptó tu imposición —se antepuso a lo que había dicho.

—No me importa lo que tú piensas Lorenzo —aseveré.

—A mí tampoco me importa lo que tú piensas —repitió. 

Resoplé.

—Si me permites tengo cosas que hacer —me despedí.

Caminé hacia mi puesto, estaba llena de papeles con muchas solicitudes pendiente, me puse al día con mi trabajo. Era un lugar agradable y las personas también. En la hora del almuerzo me encontré extraño porque no había visto a Lester.

Horas más tarde...

Al terminar mi jornada de trabajo, recogí mis cosas para marcharme. Ordené mi oficina, puse todo en orden, detalle por detalle. Ya casi saliendo del área me topé de nuevo con Lorenzo de frente.

—¿Qué tal linda si nos tomamos un café? —me preguntó.

Me eché a reír. Lorenzo cruzó sus brazos. Frunció el ceño.

—¿De qué te ríes? ¿Acaso dije algún chiste? —inquirió.

—Nooo... Me rio porque sí, y punto —respondí —. Además no puedo tengo clases en la universidad.

—Ah, estudias, que bien ¿qué estudias? ¿Dónde? ¿Hasta que hora? —me interrogó.