Capítulo 36

No pensaba decirle nada de nada de la conversación que tuve con Paulo a Carmen. Podría hasta decir que era un poco rara. Seguimos tomando sidra, conversando y bailando. Hasta las 2 de la madrugada. Llevé a Carmen a su casa muy borracha y yo ni se diga pensé que no iba a llegar a casa.

Al siguiente día...

Me levanté como a las 11 de la mañana, Helen me vio salir de la habitación y me llamó. Me paré delante de ella a ver que quería.

—Tendremos huésped, hoy viene alguien para acá, no sé por cuántos días —me informó Helen.

Asentí.

Tomó su periódico para leerlo y me fui a la cocina, con esa borrachera no tenía muchas ganas de hablar. 

«Pero... ¿Quién rayos vendría? Y además tenemos dos habitaciones, ¿dónde dormirá?» 

Minutos después salí de la cocina en busca de Helen necesitaba que me aclarara algunas dudas. La vi con el periódico en sus manos. Me quedé en frente de ella.

—Helen dime dónde dormirá tu huésped —sugestioné.

Dejó de leer y me miró.

—Por el momento no viene al caso, es lo de menos, lo importante es que viene alguien —dijo seriamente.

Alcé una ceja, pero me pareció extraño. Le di una sonrisa a media.

—Bueno en lo que pasa el resto del día y tú recoges a tu huésped yo saldré hoy con Carmen —le dije.

—Por lo visto te ha agradado el joven o me equivoco —comentó.

—Cómo amigo sí, lo hago porque quiero que Carmen se sienta más segura de Paulo, de hecho hablé con Paulo sobre ese asunto —le aclaré.

—Pero tu amiga la verdad que es muy boba —espetó.

Rodó los ojos.

Reí.

—Nooo, que va es todo lo contrario, lo que sucede es que es rara y en cuanto a lugar suele ser tímida —le recordé.

Respiró.

—De todos modos, el otro chico puede estar ilusionándose contigo y lo peor es que desconoce de tu plan, cuando sepa la verdad se sentirá que lo utilizaste y es la verdad —comentó tajantemente.

No lo había pensado Helen otra vez tenía razón.

—Hablaremos de eso después —me fui a mi habitación.