Denis entre lobos 2

Capítulo 51


En la tarde llegué a casa. Sofía y su novio me llevaron. Ni hermana estaba en la sala con Lester y cuando me vio achicó los ojos. Enviándome una de sus miradas asesinas. 

—¿Qué pasa Coreen?

—¿Por qué te vas y vienes como si nada? Ni siquiera nos avisa. 

Rodé los ojos.

—Deja tu dramatismo Coreen que tú eres peor que yo —recalqué.

—¿Ah, sí? ¿Y te vales de eso para hacer lo que quieras? 

Resoplé frustrada. 

—Ni nada voy a decir. Tú y Lester pueden pensar en lo que quieran.

—¿Por qué no vives con nosotros? Somos tu familia —me reclamó.

—Necesitaba irme y Lester lo sabe muy bien. 

En medio de dimes y diretes duramos un buen rato, hasta que mi móvil sonó, lo tomé y visualicé el nombre de Osman.

«Justo lo que me faltaba». 

—Vengo en seguida. 

Me voltée saliendo hacia afuera, una vez retirada de ellos tomé la llamada. 

—Hola Osman.
—Denis. ¿Dónde haz estado?
—En mi casa.
—¿Azores? ¿Te fuiste y no me invitaste?
—Tú sabías con anterioridad de que yo iba a visitar mi familia.
—Sí. Pero yo quería ir, Denis. Eres mala.
—Me gustaría presentarte a mi hermana. 
—No quiero a tu hermana, y eso ya lo sabes.
—Osman, aunque sea ha un mediante. Lester está muy poco expresivo conmigo, y si sabes de tus intenciones conmigo... 
—¿Con esa condición me llevarás a tu casa?
—Por supuesto Osman. 
—Está bien como digas. ¿Cuándo podré ir? 
—Carmen, Paulo y Leo que vengan contigo.
—Sí. Pero. ¿Cuándo?
—Yo les avisaré. Te llamo luego.
—Bien, aunque sea para darme buenas noches.

Colgué.

Volví a entrar y me coloqué en un sillón. Miré a Coreen aún con ganas de aniquilarme.

—Coreen te traje a alguien para ti.

Me miró extrañada. Luego observé a Lester y estaba sorprendido. Después desvíe mi mirada.

—Un amigo mío te quiere conocer —añadí.

—¿Tú? 

—Yo nada Coreen. ¿Cuándo quieres que vengas.

—Tengo novio Denis.

—Ah, lo olvidaba pero... 

Decidí dejar esa frase en el aire. Conocía perfectamente a mi hermana, y sabía de que no le iba a agradar la idea. 

—Denis eso no fue lo que me dijiste —comentó Lester.

Lo miré.

—Eso no viene al caso —le respondí.

—¿Ah no? Tenemos mucho de que conversar Denis. 

—Lo sé, lo veo en tus ojos. Puedo visualizar celos y enojo de tu parte Lester. 

—No es nada de eso —desmintió.

—Bueno. Lester tengo mucho de que hablar con mis padres, en la noche te espero en mi cuarto  Después de cenar. ¿De acuerdo?

Asintió.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.